AVISO: Este relato contiene scat, si no te gusta el tema, pasa de leerlo.

A principios de verano estuve hablando por chat con un chaval en el canal gayguarros. Hablamos de lo que nos ponía y él rápidamente preguntó si me iba el scat. Le dije que sólo como activo, que a mi no me gustaba que me guarrearan. La cosa quedó ahí, pero nos dimos los teléfonos y volvimos a hablar por whatsapp y por skype un par de veces en todo el verano.

Los viernes por la noche tengo mi rato libre para salir y generalmente intento quedar con alguien para una buena sesión de sexo. El viernes pasado no me salió nada, así que a eso de las 23:00 conecté skype para ver si me salía algo con alguno de los que tengo ahí. En seguida me mandó un mensaje. Se llama Nacho. Me dijo que ese día estaba sólo en casa de su hermano y me fuera para allí. Hablamos un poco de lo que haríamos y fui. Llegué pasada la medianoche. Un barrio muy humilde a las afueras de Barcelona. Mi GPS me desvió al final y estuve a punto de salir corriendo, ya que me metió en una calle oscura, sin casas, con vías de tren cerca y pensé que el tío me había engañado. Finalmente encontré la dirección correcta, le dije que había llegado y bajó a la calle a buscarme.

Era un tío no muy alto, con algún kilo de más, con gafas, vestía ropa deportiva de estar por casa. Me guió hasta su piso, bien arreglado, muy normal. Fuimos al salón y me preguntó si quería tomar algo. Le ordené que se arrodillara y comenzara a comerme el rabo. Lo hizo sin rechistar. Me bajé el pantalón, saqué mi rabo medio tieso y empezó a mamar. Fui sacándome toda la ropa mientras el comía rabo. Luego me di la vuelta para que me comiera el ojete. Le pedí lametones y lo hizo perfecto. Se notaba que tenía ganas de obedecer. Volví a ponerme de cara y le dije que se quitara toda la ropa. Su cuerpo era muy normal, con vello recortado, polla pequeña, nada musculado ni fibrado, más bien fondón. Físicamente no era un tío que me atrajera, lo que me excitaba era su sumisión sin ser sumiso y sus ganas de experimentar con el cerdeo. Él en ningún momento me había dicho que le fuera ser sumiso, que buscara una relación amo / esclavo. Simplemente me había dicho que quería experimentar guarreando, que nunca lo había hecho.

Pasamos a la habitación. Le ordené que se tumbara boca arriba y me senté en cuclillas en su boca. Se puso a lamer como un poseso. Mientras, me ensalivé los dedos y empecé a hurgar en su culo. Le metí un dedo lentamente, él se quejaba de dolor y lo hice suavemente para que fuera dilatando. Con el dedo noté que algo había por ahí dentro. Así que decidí sacarle el rabo de la boca y metérselo en el culo, para llegar al fondo. Costó bastante meterlo dentro, su culo continuaba bastante cerrado, pero entró todo hasta el final. Bombeé un poco y lo saqué con ganas de metérselo en la boca de nuevo. No le hizo ascos, pero tampoco había sali...