EL FISIO - 404

En ningún momento, mi compañero Antonio me había referido nada acerca del físio, por lo cual, salió de mi de preguntarle, y me dijo que era su cuñado, hermano de su mujer. Tragué saliba y como pude cambié de tema.

Habían pasado casi dos semanas desde mi última visita al físio, y aunque la espalda ya no me dolía, decidí llamar para pedir otra cita con la excusa de que mi espalda seguía mal. Decidido, marque su número que se me había grabado a fuego en mi cabeza, y respondió al segundo tono.

- Has tardado mas de lo que pensaba en llamar!- se escuchaba al otro lado del teléfono- Mañana a las 20 esperame en la calle, y ponle cualquier excusa a tu mujer, pero esa noche volveras tarde a casa.

Eso no sería problema alguno, mi mujer de vez en cuando sale con amigas suyas y yo me quedo en casa, así que le dí la misma excusa. Le pareció extraño de primeras, pero despues me dijo que eso debía hacer, salir y divertirme también.

Ese viernes Antonio me vió con muchas ganas de terminar pronto, ya que no paramos a nada en todo el dia, y para las 19:15 habíamos terminado. Fui a casa corriendo, me duche, me cambié de ropa y me fui a la consulta del doctor. Llegué a tiempo, pero el ya estaba esperandome dentro de un SUV blanco con los cristales tintados de negro. Casi no lo reconozco sin su bata blanca. Subí al coche.

- Buenas noches- le dije.

- Buenas noches, ¿peparado para pasarlo bien?- respondió.

Realmente no sabía donde íbamos. Cogió la ronda de Dalt y salimos dirección el aeropuerto del Prat. Se conocía aquello muy bien, ya que no necesitó de navegador para llegar hasta un hotel muy cercano al aeropuerto. Paró el motor, salimos del coche y cogió del maletero un pequeño bolso negro.

Entré al hotel siguiéndole a él, hicimos el check-in y subimos a la habitación 404.

- No he cenado nada -le dije.

- Tranquilo, ahora despues comeras carne! Sigueme!

Y sin soltar el bolso negro nos dirijimos al baño.

- Hoy, aparte de la higiene por fuera, vas a aprender algo nuevo, la higiene por dentro. Quitate la ropa! - me dijo.

Y sin hacerle mas preguntas obedecí. Me quité toda mi ropa, mientras el seguía aún vestido.

- Ahora quitame la ropa a mi.

Yo obedecía a aquel hombre sin saber realmente que tenía pensado.

Sacó de su bolso algo parecido a un consolador, me agarró del brazo y nos metimos en la bañera. Despues de ducharnos, mi polla ya estaba dura, mienyras el seguía como si nada. Desenroscó la alcachofa de la ducha y enroscó el consolador ese raro. Me puso de espaldas, me subió una pierna al filo de la bañera y con sumo cuidado introdujo parte de aquel consolador en mi culo. Abrió el agua un poco, a temperatura templada y iba notando como mi culo se llenaba de cálida agua. Hubo momentos en que sentía que me íba a cagar encima, pero me dijo que era normal, que me estaba dejando bien limpio. Despues del intenso baño, nos secamos, se puso unos calzoncillos limpios que sacó de su bolso.

- Ponte esto - me dijo ofreciendome unos suspensorios.

El se sentó en el water mienyras yo intentaba ponerme aquellos raros calzoncillos. Cuando lo conseguí, me dijo que a cuatro patas fuese hacia el. Confirme me acercaba, pude ver como sus calzoncillos ya estaban humedos por la zona de la punta de la polla, y eso que acababamos de ducharnos.

- Ya puedes comerme bien los pies, o esta noche lo pasaras mal - me dijo ya con voz mas segura.

Comencé con timidez, lamiendo el empeine de sus pies, pero poco a poco me dejé llevar y lamía sus dedos como si me fuese la vida en ello. Note que su respitación se aceleraba, lo estaba haciendo bien. Estuve como un cuarto de hora en sus pies, hasta que levanté la cabeza. Ahora si estaban chorreando sus calzoncillos. Cogió mi cabeza y se la llevó a su entrepierna. Le estuve comiendo los huevos y la polla un buen rato a través de sus calzoncillos, y cuando se los quitó, vi por primera vez lo enorme que era su polla. Especialmente me llamaba la atención su capullo, que era muy cabezón.

Apenas me dejor dar 3 o 4 chupadas a ese rico capullo cuando me tumbó boca arriba en el suelo del baño, se puso de cuclillas en mi cara e hizo que me comiera todo sus huevos y su culo. Lamí, lamí con tantas ganas que notaba como mi culo se iba abriendo, quería polla.

Me levantó, subí una rodilla en la encimera del lavabo y me hizo mirar a yravés del espejo. Ví como se echaba un poco de saliba en sus dedos, y acto seguido tenía ya algo metido en el culo. Realmente no sabia si eran sus dedos o su polla, to unicamente miraba su rostro a traves del cristal. Eran sus dedos, por que no llegaban tan profundo. Cuando el lo creyó oportuno, saco sus dedos y metió su enorme polla a traves de los suspensorios, así que no podía ver lo dura que estaba mi polla.

Yo no dejaba de gemir como una leona en celo, y cuando mas gemía, mas parecía gustarle a el.

Tenía mucho aguante, ya que se tiró asi otros 15 minutos, hasta que noté unos empujones mas intensos, y de golpe algo caliente en mi interior. Me había follado a pelo y se había corrido dentro de mi!!!

Me la sacó, y sin dejar de mirar por el espejo me besó intensamente.

Continuará...