Un mes después de que Alexander se ofreciera a limpiar el cuarto, lavar la ropa de Arno y hacer sus tareas, hacerlo se ha convertido prácticamente en su obligación.

Arno es agradecido con Alexander pero lo deja servirlo prácticamente como su empleado doméstico, ha dejado de hacer el esfuerzo por tender su cama y jamás sd agacha a recoger su ropa.

El único deber que mantiene para él es lavar sus bóxers porque no le gusta que Alexander los toque… y es tan descuidado que en más de una ocasión ha tenido que usar dos días el mismo bóxer porque olvida esa sencilla tarea.

Alexander despierta todos los días a Arno muy temprano para explicarle lo que ha hizo de tarea y Arno que es bastante inteligente comprende bien lo que ha hecho Alexander y presenta sus trabajos con éxito.

El maestro Cortez, el responsable de los dormitorios es el único que nota ocasionalmente que algo en la dinámica de los dos compañeros de cuarto es sospechoso.

Cortez es un hombre de treinta años de raza negra, tiene la piel color caoba, usa el cabello corto, como Alexander y tiene un bigote muy poblado sobre sus carnosos labios color marrón. Usa siempre pantalones de vestir que le marcan sus prominentes glúteos y muestran lo fornido de sus piernas.

Cortez es muy insistente con Alexander sobre si se entiende bien con Arno y si todo en su habitación está en orden, Alexander siempre responde que si.

En un encuentro fortuito en el elevador Cortez le hace la misma pregunta a Arno

-¿Porqué lo pregunta maestro?- pregunta Arno - ¿Alexander le ha dicho algo?

-No al contrario- responde Cortez con su tono calmado y su voz de psicólogo, manteniendo siempre las manos en los bolsillos- es que seguido veo a Alexander en la lavandería y lo he visto agarrar escobas del armario común pero a ti nunca te veo limpiar- le dice con perspicacia.

Arno sabe ser cínico cuando se lo propone y responde sin preocupación- Bueno, la próxima vez que me toque limpiar a mi le voy a llamar para que vea que también colaboro en el cuarto- Arno sonríe y Cortez simplemente encoge los hombros - no es necesario- le dice - perdona mis dudas.

Arno sin embargo se queda intranquilo, no por Cortez sino porque en el fondo no comprende la razón por la que Alexander se comporta tan servicial para el.

Le viene una idea en la cabeza y se queda en el pasillo afuera de su cuarto, en su celular saca un perfil falso en una conocida página de citas gay.

El primer perfil que le aparece dice en el título: “esclavo negro sumiso busca Amo Blanco” la distancia hace evidente que se trata de Alexander pero además Arno reconoce en las fotos del perfil su cuarto y el cuerpo de Alexander postrado en el piso con la cara en el suelo.

Sin comprender bien la razón, Arno se llena de cólera, se siente usado… lo que parecía un buen gesto de su...