Fue sin querer

Yo subía por la calle Piamonte, que giro sobres si mismo y a paso acelerado se acerco a mi y me dio una tarjeta " llámame a eso de las 21.00, dijo" " Vale" conteste " Alejandro" dije tras leer su nombre. Un sobreatico muy molón de un tío de posibles. Aparentaba unos 50 y pocos, todo el pelo moreno,, con melenaza, contrastNdo con mis 43 tacos y mi afeitada cabeza rollo militar. El primer morreo nos hizo entender que la,cosa iba a tirar para alante. Nuestras pollas no tardaron en animar la escena, perdí el control y decidí comprobar el sabor de su polla en lo que desaparece una prend en las rebajas, y no recuerdo como me separó las nalgS antes de meterme su rabo sin lubricante, ni saliba , ni nada. Toda para dentro, al grito de "follame, cabron"- cosa que hizo. jajaja.

Alejandro te ia toda la casa llena de libros -un intelectual- me dije. No vi ni un tatuaje, eso sí su piel era suave y acogedora. Hablamos un rato, hasta que su mano se asomo a mi culo, antes de untado de Crisco, para follarselo con más calma, mientras que mis suspiros pedían más y más.

Alejandro disfrutaba follandome, pero solía sugerirme que investigaremos más porque quería te er una relación abierta. Así que u sábado de ese mes fui os al "Strong" para darle aprichoas que lo ligaranmas a i. Llega os a las 3.00 Penas había u a do ena de tíos. Le pedí que fueraa buscarme u a copa y cuando llego yo estB recostado en el sling co tres tíos paseándose a mi lado.. los tres tíos eran corpulento y se pusieron a ha er cola espera do su turno. El pri ero soltó un chorro de orí a que se deslizó por las nalgas, al terminar el segundo . De mayor calidad re me hizo dar u. Pequeño gemido al meterla sin ontempla iones, y el tercero me lle o la oca con su lefazo.. Don nuevos clientes tes, me pusieron a 4 patas y me penetraron al la vez, preñandome sin piedad.

Me escabullirse como pude y me refugio en el despacho del gerente. Don pascual me dio un tranquilizante (farlopa) y me ofreció sus clientes más excelsos.que filmaron la violáceos de su servicio de proteccion

Dos angoleños en plena accion y la colaboración de un grupo de rumanos conocidos como los lecheras.