Leandro: El que sufre pacientemente
Adara: Belleza
Guillermo: Aquel con voluntad de proteger
Leandro se sentía satisfecho, cómodo, con la vida que llevaba. Sólo había tenido una experiencia homosexual cuando era un adolescente. Fue sólo por una puesta que perdió y que le hizo tener que pajear a dos de sus amigos. Eso, a pesar que en aquel momento le hizo sentir morbo, luego lo quiso borrar de su mente. Ahora estaba casado con Adara, una mujer hermosa y estaba muy orgulloso de tenerla. Cuando salían a la calle, presumía de llevarla del brazo. Vivía para ella, iba del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Los fines de semana siempre la llevaba de compras, la complacía en todos sus caprichos y luego la llevaba a comer o a cenar.
El matrimonio duró unos cinco años. Inesperadamente para él, un buen día ella le dijo “me voy, te dejo, he conocido un hombre que me hace sentir lo que tú nunca me has hecho sentir, entre otras cosas con mejor polla que tú, pero además sabe usarla muy bien y llevarme a tocar el cielo”. Eso fue como si le echaran un jarro de agua helada en la cabeza, ni lo esperaba ni le parecía que pudiera resistirlo. Inmediatamente cayó en una depresión profunda, vivía como si tuviera que arrastrar una losa muy pesada. Estaba más tiempo en el trabajo porque allí es donde único pensaba en otras cosas y lo peor para él eran los fines de semana, cuando sentía que se le hundía el techo, se le caía encima. Quedó reluctante a las mujeres y se juró no volver a tener ningún tipo de relación con ninguna. Se dijo a sí mismo eso de “buey solo bien se lame”, pero incluso se masturbaba poco.
Un buen día se encontró con su amigo Guillermo, quien le preguntó por cómo le iba, por su mujer, por su vida. Él le contó lo que le había pasado casi conteniéndose las lágrimas. Guillermo le pareció extremadamente cruel la forma que había empleado Adara para dejarlo y después de una larga conversación tratando de animarlo, le aconsejó que buscara algo que hacer, que se apuntara a un gimnasio. Le dijo que al otro día pasaría a recogerlo para ir juntos y así lo hizo. Luego estuvo yendo con él varias veces.
Leandro empezó a notar que le hacía bien el gimnasio y que luego era menos el tiempo solo en su casa, llegaba cenaba y poco después a la cama. Empezó a ir todos los días, su amigo Guillermo sólo iba dos veces por semana. Además estaba más tiempo, al final no tenía nada ninguna otra que hacer. Los fines de semana, también iba, pero además, se echaba más horas haciendo deporte. Con el pasar de las semanas no sólo era ocupar su tiempo sino que sin saberlo empezó a sentir el efecto de la dopamina, la serotonina y las endorfinas. Se sentía mejor y eso le hizo adicto al gimnasio. Su mundo se circunscribía casi a sólo trabajo y deporte.
Tres años más tarde estaba en los vestuarios del polideportivo y escucha que le hablan.
• Guillermo: “Hola, ¿eres Leandro?... no me jodas tío, no te conocí hasta que te vi la cara”
• Leandro: “Sí Guillermo soy yo, ¿qué tal tú?”
• Guillermo: “Bien, estuve varios años trabajando en la capital, pero te repito estoy asombrado, ¿cómo cojones has logrado ese cuerpo?”
• Leandro: “Pues dándome mucha caña, vengo a diario, mi vida fuera del trabajo es el gimnasio”
• Guillermo: “Pero estás increíble”
• Leandro: “Gracias… aunque hoy no es mi mejor día, de hecho me estoy yendo ya para casa, tengo una contractura aquí, en la zona lumbar, no creo que sea gran cosa, ya la tuve una vez y fue peor que ésta, pero me jode que ahora tendré que hacer algo de reposo”
• Guillermo: “Déjame ver… es aquí, ¿no?... la puedo notar”
• Leandro: “Sí, ahí mismo”
• Guillermo: “Oye, no sé si sabes que recibí un curso de masaje y fisioterapia, te podría ayudar, tengo incluso una camilla plegable”
• Leandro: “Por mí perfecto, te lo agradecería mucho”
• Guillermo: “El problema es que en mi casa no es buen sitio, casi que acabo de regresar de la capital y de momento estoy compartiendo piso, no creo que deba ponerme en medio del salón… y en mi habitación no cabe, la tengo plegada detrás del armario”
• Leandro: “Vengo con el coche, si quieres la recogemos y vamos a mi casa”
• Guillermo: “Pues andando”
En breve ya estaban en casa de Leandro, Guillermo montó la camilla en medio del salón y le dijo que se desnudara. Leandro se quitó casi todo quedándose sólo en slip.
• Guillermo: “Sí quieres te quedas así, pero lo mejor es que te quedes totalmente en pelotas, para esa contractura tengo que trabajarte la zona lumbar pero también los glúteos, a mis clientes normalmente les pongo una pequeña toalla, sólo para que sientan algo de intimidad, pero tú no eres uno de mis clientes, nos conocemos de hace años… te propongo que te lo quites todo y te acuestes tal cual llegaste a al mundo”
• Leandro (quitándose el slip): “Como quieras… ¿boca abajo?”
• Guillermo: “Sí, claro”
Guillermo abrió un frasco de aceite que se trajo junto con la camilla y le echó una cantidad generosa, la repartió por toda la espalda y a la vez se embadurnó bien sus manos.
• Guillermo: “Te voy a dar un masaje completo, en todo el cuerpo, no voy a dejar ni un solo musculo sin atender, relájate todo lo que puedas… no voy directo a la zona afectada, eso será después, ¿alguna vez has recibido masaje?”
• Leandro: “No, nunca”
• Guillermo: “Mejor, ya verás”
Guillermo le masajeó incluso el cuero cabelludo, la cara, el cuello, los hombros, los brazos, las manos, dedo a dedo. Se tomó mucho tiempo, luego se fue a los muslos, las piernas, los pies, se los flexionaba, le frotaba el empeine, la planta del pie, los dedos. Volvió al cuello y fue bajando poco a poco, a los lados de la columna y más había afuera, recorrió los omóplatos, bajó, se acercó a la zona lumbar y la trabajó a consciencia.
• Guillermo: “¿Todo bien?”
• Leandro: “Me encanta lo que haces”
EL GIRO I - Infelicidad, tinieblas
Xtudr és el xat per a gais fetitxistes definitiu. Troba fàcilment milers de nois de la teva ciutat que comparteixen els teus mateixos gustos i gaudeix enviant i rebent missatges en directe.
La xarxa nº1 de trobades entre nois us ofereix una experiència ràpida, fàcil, i divertida amb la qual podreu conèixer molta gent nova com CUBASTURIAS.
Amb Xtudr podràs:
- Crear un perfil amb les teves fotos i afegir les teves preferències.
- Veure els perfils i fotografies d'altres usuaris.
- Enviar i rebre missatges sense límits.
- Utilitzar els filtres de cerca per trobar la teva mitja taronja.
- Enviar i rebre Taps als que més t'agraden.
Registra't a l'app fetitxista i BDSM més popular i comença la teva aventura.
https://www.xtudr.com/ca/relatos/ver_relatos_basic/41920-el-giro-i-infelicidad-tinieblas