En unos meses sucedió lo que había pronosticado Gonzalo. María le planteó el divorcio a Alan. Lo hizo por la mañana cuando él desayunaba para irse a trabajar. Le dijo que se pasara lo antes posible por el despacho de su abogado y le dio su tarjeta. Alan prácticamente no dijo una palabra, se quedó preocupado y ese día al regresar del trabajo se quedó a la escucha para saber cuándo entrara Gonzalo en su apartamento. Por suerte para él no tuvo que esperar mucho, en cuanto lo sintió llegar, salió rápido en su busca. Gonzalo no había terminado de cerrar su puerta cuando vio a Alan.
• Gonzalo: “Hola, ¿qué pasa chico? ¿muy desesperado?”
• Alan: “Sí, pero no de polla… como sospechabas María me planteó el divorcio, lo hizo hoy mismo por la mañana cuando yo desayunaba”
• Gonzalo: “Te dije que sucedería tarde o temprano… pero tranquilo… eso no tiene que ponerte nervioso”
• Alan: “Es que no sé, no lo puedo evitar… ya sé que me vas a decir que a mí lo que me tiene que interesar es tu polla y las de los otros dos, y no su coño, pero es que no sé cómo quedará mi vida, lo que tenemos, la casa… siempre he oído que los divorcios son un rollo”
• Gonzalo: “Ven acá, déjame abrazarte… todos no, hay divorcios de mutuo acuerdo sin mucho problema… además hay una cosa que es lo más importante, vosotros no tenéis hijos, cuando todo termine quedarán sin ningún vínculo… una cosa, ni se te ocurra ir solo a ver a su abogado, irás conmigo”
• Alan: “Pero… ¿en calidad de qué?”
• Gonzalo: “Desde ya mismo soy oficialmente tu abogado, me vas a firmar un papel nombrándome tu representante y si quieres mañana mismo vamos”
• Alan: “Bueno habrá que hablar también de tus honorarios”
• Gonzalo: “Te estás buscando una bofetada, ¿es eso lo que quieres?... ¿cómo cojones crees que te voy a cobrar yo a ti?”
• Alan: “Pero trabajo es trabajo”
• Gonzalo: “Te callas… se va a hacer todo como yo diga… y lo primero es que no te voy a cobrar ni un céntimo… me vas a pagar dándome el culo como hasta ahora, no más pero tampoco menos”
• Alan: “Me haces sentir más tranquilo… ¿de verdad crees que no habrá problemas?”
• Gonzalo: “No es que esté seguro que no los vaya a haber, lo que te aseguro que sabré solventarlos de la mejor forma… no soy un novato en esto, llevo muchos años lidiando con divorcios”
Al otro día Alan y Gonzalo van juntos al despacho. Estuvieron poco tiempo, el abogado, Ruiz de apellido, les extendió un documento con las pretensiones de María. Gonzalo lo hojeó y le dijo que lo estudiaría con su cliente, pero que quería una segunda reunión pronto, si era posible al día siguiente a la misma hora, pero que en ésta quería que María estuviera presente. Él le dijo que hablaría con ella y le llamaría para confirmarle.
De regreso a sus casas, Gonz...