Primeras veces. La mamada a mi primo

Antes de Aurelio y su camión, yo ya había probado que es ser la marioneta de un macho. Ya os había hablado de con quien, de mi primo José, el mayor, el desubicado…

Eso lo digo ahora, pero que en aquel momento todos queríamos ser como el, su aprobación. Ser su compadre, y no el blanco de sus chistes. El marcaba el ritmo y los demás le seguimos.

El tenia 17 años, bebía y fumaba, cuando a la mayoría de nosotros ni siquiera nos dejaban salir a las fiestas de los pueblo cercanos mas alla de las 12

¿Qué como era el? Pelo duro y castaño. Ojos marrones y sonrisa que bajaba bragas. Alto, y fuerte, con algo de barriga tal vez, pero con brazos y piernas musculosas. Entonces no se llevaban los machos de gym definidos y depilados en exceso, el era un chaval como los de antes; de cadena de oro al cuello y pelambrera en los cojones.

Recuerdo el día que empezó todo. Estamos celebrando una cena de familia, una barbacoa. Cuando termino, los hombres fuimos a mear el fuego. Algún padre instigo a descapullar, para ver si podíamos

Mi padre se sumo, “saca la bolita”, decía. Pero mi prepucio era muy estrecho y no podía.

Jose, sin embargo, con su polla totalmente desarrollada la sacaba entera hasta casi masturbarse. Yo me quede mirando, como si fuera algo excepcional. Y el se pavoneaba de ello…

Pasaron un par de días, y una tarde de tormenta veraniega, fuimos jugar a la videoconsola con mi primo Jesus, y alguno mas de la cuadrilla. Jesus es el hermano pequeño de Jose, y tiene un años mas que yo, o como a el le gustaba resaltar 14 meses.

Ahí estábamos jugando todos, cuando apareció Jose. Hizo un par de chistes malos, y cogio el mando sin esperar su turno, como hacíamos los demás, y cuando se canso de jugar se sentó en el sofá a mi lado

Empezó una conversación conmigo, me extraño porque rara vez me hablaba directamente, era el pequeño y pasaba bastante de mi.

Después de esa conversación superficial, me dijo:

Sal fuera, y espérame en el pasillo. Tengo que hablar contigo una cosa

Y yo, sin pensarlo dos veces le obedecí.

Fui al pasillo y espere, seguro que no mas de un minuto pero me dio tiempo a pensar que estaba hablando con todos y que todo era una broma orquestada para reírse de mi... No duro mucho ese pensamiento cuando apareció, me miro y solo dijo “sígueme”

Le seguí y subimos al piso de arriba. Se metió al baño, me espero en el quicio de la puerta. Entre y cerró la puerta detrás de mi. “Clack” sonó cuando cerró el pestillo

Rompió rapido el silencio

- Uff, como me estoy meando, se la saco y sin empezar a mear me pregunto si yo no tenía ganas. Sin contestar me pidió de modo autoritario que meara con el, y yo le obedecí

Empezamos a mear los dos juntos, él de frente a la taza y yo a un lado, el sonido de los dos chorros contra la loza y el agua se retumbaba en el baño

Cuando me la estaba sacudiendo, me paro y corrigiendo, me dijo:

- No, así no. Tienes que sacar el capullo para que el meo no se quede dentro, así. Dijo mostrándome como lo hacia el

- Pero yo no puedo, no se…

- Si, ya me fije el otro dia, ¿no puedes sacar el capullo como yo?

- No, yo no puedo, no se...

Entonces agarró mi mano izquierda y con mis dedos y los puso sobre su polla.

- Mira, tienes que hacer así; dijo mientras presionaba su polla y capullaba y descapullaba tirando hacia delante y hacia atrás hasta dejar su glande fuera. Inténtalo tú con la otra mano, me ordenó

Y así lo hice, lo intentaba pero no podía, mientras con la izquierda seguía haciéndolo con la suya, ya sin su ayuda, seguía con la mía intentándolo sin poder lograrlo.

Así seguí hasta que note que era mucho mas gorda y grande que antes…

Le mire extrañado a su polla morcillona, el rápido contesto:

- Es que ademas de para limpiarse, así es como se hace una paja, David. Si no puedes hacer esto, tendrás que ir al medico, porque sin limpiarte bueno, pero sin pajas no vas a querer estar, jajajaja. Se rió de su propio chiste, como siempre.

En ese momento, aproveche esa complicidad para preguntar sobre algo que había sido hablar, pero que no sabia bien que era, ni como se hacia:

- Te parecerá una bobada, pero ¿como son las pajas? me atreví a preguntar

- Jajajaja, volvió a reírse el. Siempre fuiste un poco lento para estas cosas… Pues una paja es como follar, pero uno solo. Es lo que hacemos los tíos cuando no podemos meterla.

- Pero, ¿como se hace?

- Jajaja, pues básicamente como estábamos haciendo. Solo que mas rápido y un poco mas húmedo. Pero con esa pollita no se si podrás… Mira, es así:

Y empezó a tocarse su mas que ya morcilla polla arriba y abajo, hasta que se le puso dura del todo. Era un rabo de 16-17 cm, aunque no era enorme, era el mas grande que había visto yo hasta el momento, eso seguro.

- Ven, mira como se hace, para que sepas como es cuando te cambio la peseta por duro, dijo el cogiendo mi mano y llevándosela de nuevo a su polla. Me agarraba y marcaba el ritmo

A los dos minutos ya lo hacia solo, incluso me escupe en la mano derecha y cambie porque con la izquierda me resultaba incómodo

Yo me sentía complice de el. Ya no me pasaba que fuera una broma, sino que esto era algo entre los dos

En un momento, me agarro la mano y me paro en seco, el suspiro y tiro la cabeza hacia atrás. Creo que estaba a punto de correrse y no quería, pero aun así, una gota salió de su capullo. Yo la mire, de nuevo, extrañado

- Ufff, cabrón. Casi haces que termine, menuda mañana te das, se te da bien esto… Entonces me ve como miro a esa gota que cae de su capullo colgando de el hasta el abismo del retrete. ¿Sabes que es esto, David?

Yo negue con la cabeza

- Es la leche de los hombres, David. El tomó esa leche con los dedos, y a la vez que me dijo “pruébala” se llevo sus dedos directos a mi boca. Yo no pude ni reaccionar cuando ya sentía esa textura pastosa y sabor salado en mi lengua y paladar

- ¿Te ha gustado? preguntó el, como si mi repuesta le interesara.

- Muy rica no esta; conteste yo haciendo un gesto con la cara

- Es que lo dulce viene luego… dijo con media sonrisa

Me agarró y me sentó en la taza, su polla apuntando directamente a mi. Yo le miraba extrañado, pero emborrachado de toda la atención que ese hombre que idolatraba me estaba prestando

- Chupala como si fuera un Calippo, ya vera que enseguida sale mas y mucho mas dulce

Y así lo hice, empece a chuparla como un helado, sorbiéndolo como un Flash, como el me indicaba. Pero a los poco minutos el ansío pudo con el y empezó a follarme la boca sin darse cuenta que me atragantaba cada vez que la hincaba dentro de mi. Tuve suerte, y enseguida note como apretaba mi cabeza contra el y me llenaba la boca de ese sabor, que distaba mucho de ser la golosina que me había prometido

- Ufff, nenita que boca tienes. dijo cuando la saco de mi. Yo me había tragado mucha de su leche pero otra cara por mi cara roja y llorosa por los polacos que habían acompañado a mi primera mamada. El copio una toalla y tiernamente me limpio, mientras me decia:

- Este será nuestro secreto, no se lo puedes decir a nadie, lo entiendes, ¿verdad, David?

Yo asentí mientras el se vestía

- Toma, te lo has ganado; y me dio unas chuches que llevaba en el bolsillo del pantalón, no se si fue como un premio, o por miedo que alguien reconociera el olor a lefa que me salía de la boca y quería enmascararlo con esa gominolas…

Yo volví con mis amigos, mientras el se fue a su cuarto, Tenia miedo por ver que decía de mi ausencia. Pero enseguida me di cuenta de que nadie me había echado de menos, lo único que habían notado es que pasaba menos tiempo para cada turno.

A mi eso, ya me daba igual, había descubierto un juego mucho mejor que el de la videoconsola…