Raul - Gym

Estaba en el gimnasio, como todos los días, siguiendo mi rutina habitual. Desde hace un tiempo, he descubierto que me atraen los calcetines de los hombres musculosos y sudorosos, especialmente los de Raúl.

Tiene 22 años, es hetero y su físico es impresionante. Siempre se le ve levantando pesas o haciendo ejercicios intensos. Su aroma masculino llena el aire, atrapando mis sentidos de una manera que me deja jodidamente aturdido.

El martes Raúl había terminado su sesión de entrenamiento y se dirigía hacia los vestuarios. Yo ya había terminado mi rutina, pero me quedé un poco más, fingiendo revisar mi teléfono mientras esperaba la oportunidad perfecta.

Vi a Raúl dejar sus cosas en una taquilla y dirigirse a las duchas. Mi corazón latía con fuerza y un impulso incontrolable me llevó a acercarme a su taquilla. Miré a mi alrededor, asegurándome de que nadie me observaba, y luego abrí la puerta de su taquilla con cuidado. Ahí estaban, sus calcetines, empapados en sudor después de su entreno.

Sentí la humedad y el calor de ese macho. Mi respiración se volvió pesada mientras los acercaba a mi rostro. El aroma era intenso, deseaba convertirme en ese calcetin. Cerré los ojos y respiré profundamente, dejándome llevar por su fragancia.

De repente, oí un ruido y abrí los ojos rápidamente, guardando los calcetines de vuelta en su lugar. Raúl volvía, envuelto en una toalla. Me saludó con un gesto de la mano, sin sospechar en absoluto lo que había estado haciendo. Le devolví el saludo, tratando de mantener la calma, aunque mi corazón seguía latiendo desbocado.

Esa noche, en casa, no podía dejar de pensar en lo que había hecho. La emoción y el riesgo de ese momento me dejaron con ganas de más.