El Intercambio Perfecto

El esclavo esta chupándosela al AMO, el AMO esta de pie, y el esclavo esta de rodillas.

La recompensa psicológica para el AMO es la total dedicación del esclavo a darle placer. El hambre/deseo del esclavo por SU pene lo excita y satisface al AMO.

Es SU pene lo que se ha transformado en el objeto absoluto de deseo para el esclavo.

Entre SUS piernas ÉL posee aquello que es tan precioso y deseado por el esclavo.

El esclavo chupa con avidez, mira hacia arriba, el esclavo necesita ver el placer que le esta dando a su AMO, busca los ojos de su hombre. Las miradas se cruzan; por esos pocos segundos, infinitos mensajes no verbales son intercambiados.

El esclavo continúa con su deber, de vez en cuando mirando hacia arriba. El AMO mira hacia abajo, un símbolo más de la dinámica del intercambio.

El esclavo saborea cada gota de pre-semen de su hombre, ansiosamente trabajando por su última recompensa: el semen y el placer del AMO.

El AMO entiende cuanto el esclavo desea su jugo, su esencia. El AMO entiende que lo que el esclavo quiere es tener una parte de ÉL y esta forma de adoración es el afrodisíaco máximo para el.

Las dos partes saben y se enorgullecen de sus roles respectivos.

Los dos sienten que el momento se acerca, el esclavo acelera sus deseosos movimientos a medida que su recompensa se acerca.

Cuando el AMO explota y comienza a echar su esencia en la boca del esclavo, el esclavo se asegura de que ni una sola gota se desperdicie, quiere cada gota de la leche de su hombre.

El AMO es gratificado por el orgasmo que el esclavo le ha proveído con tanta devoción y por el conocimiento de que su semen es precioso para el esclavo. Lo que el AMO le ha dado, hace sentir más valioso al esclavo.

ha sido El Intercambio Perfecto