Victor o Victoria (parte 2)

Cuando llegamos arriba, mientras él introducía las llaves en la cerradura, me pregunté si estaba preparado para traspasar esa puerta. Ello no significaba solamente entrar en su casa, significaba vivir algo que desconozco, ¿estaba preparado?. No lo podía saber, así que hice lo que hago muchas veces: no pensar y lanzarme a la piscina.

Él entró primero.

.-pasa

Bajé la cabeza, no sé porqué, y pasé dentro.

.- mira qué zorra ha traído el viento... Pasa al salón, déjame verte bien...

Me empezó a palpar el cuerpo, como si estuviese examinando un animal que duda si comprar o no.

.- ¿Qué haces tan vestida? Te quiero desnuda ya, como una buena puta, está bien?

.-sí...

Yo parecía anormal, no conseguía emitir más que monosílabos. No estaba empalmado, estaba demasiado nervioso, pero me empecé a desnudar tal y como me lo había dicho.

Mientras, él buscó algo en uno de los bolsillos del pantalón. Un pantalón vaquero que le marcaba un paquete de esos en los que solo te apetece hundir el morro en ellos y quedarte dormido ahí. De su bolsillo sacó unas bragas de tia.

.- ponte ésto, guapa

Dudé un segundo, me parecía algo ridículo vestirme unas bragas. Pero cuando levanté la vista vi la mirada lasciva y de perversión del macho a la espera de verme con ellas puestas y eso me excitó tanto que me habría puesto incluso un disfraz de bob esponja....

.- ahora sí...

Y diciendo eso, me agarró por la cintura y de un solo movimiento llevó mi cuerpo contra el suyo. Nuestras caras quedaron a cinco centímetros la una de la otra. Sentía su aliento, su respiración, sobre mi rostro. Con una mano empezó a sobarme el culo, como si fuese masa de pan.

.- vas a ser mi zorrita, verdad?, te gusta ser la zorra de un macho de verdad como yo, no es así? Claro que sí.. Yo sé ver dentro de ti lo guarra y cerda que eres... En cuanto te deje oler mi polla serás mia...

Y dicho ésto me dio una gran palmada en el culo al mismo tiempo que recorría mi mejilla con su lengua.

.-qué dulce sabe mi niña... Quiero comprobar si eres un buena mamona, quiero que te imagines que mi lengua es mi polla.

Sacó la lengua fuera para que se la chupase. Los ojos se me quedaron como platos cuando vi el tamaño, era una lengua enorme y yo no cabía en mi de gozo ya que las lenguas grandes son un fetiche mio de siempre. Me apliqué, empecé besando solo la punta, como si fuese el capullo y poco a poco iba avanzando hasta su fin, mamándosela con hambre y deseo. Sin darme cuenta, mientras lo hacía, empecé a mover mi cadera en círculos, como una stripper, rozándome contra su paquete. Él se dió cuenta, premiándome con unas palmadas consistentes en el culo.

.- jajajajaja mira que zorra te has puesto ya y apenas hemos comenzado... Muy bien guarra, muy bien.. ¿Ya estás húmeda verdad?

Continuó besándome, y digo besándome y y no besándonos porque él llevaba el control. Con una mano, sujetando fuertemente mi mandíbula, me inmovilizaba haciéndome sentir un muñeco sin voluntad. Su otra mano seguía jugando con mis nalgas, separándolas, dándome palmadas.

.- al suelo, puta!

Continuará..