La familia de uno de mis amigos tiene una casa en un pueblo de playa y a veces nos invita al grupo a ir y pasar unos días allí. Este verano fuimos a finales de julio para intentar aprovechar al máximo los días de sol en la playa.

Por las noches siempre solíamos jugar a algo o ver pelis y dormirnos muy tarde. De esta vez nos apeteció beber así que compramos algo de alcohol y estuvimos hablando hasta que se nos ocurrió jugar al prueba o verdad. Instalé una app en el móvil ya que estábamos algo faltxs de imaginación, y decidí instalar una que recalcaba que era picante y basada en sugerencias de lxs usuarixs. El rato pasó, haciendo pequeños retos como algún lío o destapando algún secreto, hasta que salió el siguiente reto: "Confesad uno de vuestros morbos y, si coincides en él con alguien presente, llévalo a cabo". Al principio todo fue muy incómodo, nadie quiso dar el paso, pero al poco tiempo el alcohol nos fue haciendo efecto y nos empezamos a deshinibir. Unx a unx empezamos a confesar nuestros fetiches (yo decidí decir que eran los pies, zapatos, etc.). Como éramos impares, aunque todxs coincidiéramos con alguien una persona iba a quedar descolgada sin pareja, aunque al final pasó que todxs coincidieron con alguien menos yo así que me quedé sentado mirando al móvil mientras el resto de divertían un poco. Yo estaba en un sofá sentado al lado de Carlos y de Marta, que llevaban varios años de relación y decidieron cumplir uno de sus fetiches (bondage). Carlos empezó a buscar cosas con las que poder atar las manos y pies de Marta y lo hizo. Él se dio cuenta de que yo les observaba demasiado, e intenté disimularlo, pero para mi sorpresa noté cómo su mano se posaba sobre mi muslo mientras Marta, con los ojos cerrados, esperaba a que él continuara su tarea.

Yo estaba en tensión. Se suponía que Carlos era hetero, y Marta es mi mejor amiga, así que no sabía qué hacer, pero él en realidad me daba mucho morbo así que no pude evitar que la polla se me pusiera dura. Aparté la mirada de todo y les dije a lxs demás que me iba a ir a dormir y que les recomendaba a todxs lo mismo porque se nos estaba empezando a ir de las manos.

Me fui a mi habitación, una con una cama de matrimonio, y estuve mirando el móvil tratando de asimilar todo lo que acababa de pasar. Unos 10 minutos después, escuché cómo todxs se iban a sus respectivos dormitorios (había 5 y algunos tenían camas individuales así que cabíamos bien, solo teniendo que compartir la pareja), así que yo decidí ponerme ya a intentar dormir. Un rato después, me desperté por un extraño olor que no sabía de dónde venía. Al abrir los ojos, me encontré con un zapato. Me intenté mover, pero lo único que conseguí hacer fue que Carlos bajara el zapato y pudiera verlo hacerme un gesto para que no hiciera ruido. Quise mirar la hora del móvil, pero descubrí entonces que tenía las dos manos atadas a la cama. Mi cara d...