Novato: Autoconocimiento

En dos días mas entro a la universidad, asi que me senté en el sofá a ver televisión.

De la nada se abre la puerta del departamento. Era él, mi amo Erick. Me vio y me dijo: Desnúdate. Y se fue al baño. Lo escuché cagar mientras me desnudaba, y eso me calentó mucho, así que me arrodillé desnudo justo frente a la puerta del baño. Pasaron unos minutos y abrió la puerta, me miró, me tocó el pene con su zapato y se puso a reír, - Limpia – me dijo, y se fue a sentar al living.

Entré al baño, estaba hediondo, me asomé a la tasa del baño y no había tirado la cadena, por alguna razón no se me bajaba, todo lo contrario, me estaba palpitando de tan caliente que estaba. No pude evitarlo y toqué el asiento, aún estaba tibio, me calentaba pensando que estuvo sentado ahí semejante hombre. Tiré la cadena, luego vi que botó los papeles al suelo, “Con la boca” escuché, y vi que estaba parado en el marco de la puerta, me avergoncé mucho al pensar que me vio calentarme tocando el asiento. Pero nada de eso importó. Me puse en 4, y recogí, uno por uno, los papeles sucios que mi amo usó y los boté al papelero.

Luego escupió en el suelo -Limpia – me dijo.

Así lo hice, poco a poco iba perdiendo mi dignidad ante éste hombre, y me encantaba, no aguantaba mas la excitación, me llegaba a doler.

Entró al baño, me tomó del pelo y puso mi cabeza en la tasa del baño – Tomate el agua como el perro que eres- dijo casi gritando. Aún estaba hedionda la tasa mientras bebía. Escuchaba como se reía, me tuvo así unos diez minutos, cuando sentí que su brazo se cansó. Me sacó la cabeza y empezó a desnudarse.

En ese momento, me invadió una sensación completamente irracional, me levanté, me le tiré encima y le dije: Yo quiero desnudarlo amo. Me miró, y sonrió, así que seguí desabotonando su camisa azul. Cuando llegué mas abajo del ombligo, tuve que desabrocharle su cinturón de cuero. Puso su mano sobre mi cabeza y me empujó hacia abajo para arrodillarme. Como él es alto, arrodillado quedo justo a la altura de la hebilla de su cinturón, por lo que si se la tengo que chupar quedo a la altura justa. Sentí que comenzaba a botar líquido preseminal cuando lo vi hacia arriba, él mirándome hacia abajo, desde su superioridad de macho alfa, con la camisa puesta, abierta, mostrando su pecho tupido de vello, como un Dios, quería retorcerme en el piso solo de calentura, no sabia como manifestar lo que me hace sentir. Probablemente sabía lo que pensaba porque sonreía al verme así. Seguí desnudándolo. Se sacó la camisa, y después le desabroché los zapatos. Al sacarle el derecho, lo primero que hice fue ponerlo en mi cara e inhalé como nunca antes lo había hecho, el me vio y no estaba sonriendo, pero tenía esa expresión de asombro al ver algo sexy.

Finalmente, el ya desnudo, comenzó a llenar la tina. Sacó unas sales del botiquín y las echó ahí. Se acercó a mi y me abofeteó, fuerte nuevamente, ahora alcancé a sujetarme para no caer al piso. Me enderecé y me dijo: No vuelvas a hacer cosas sin que yo te diga, te perdono ésta porque es la primera vez, pero para la otra, te vas a arrepentir.

No es la primera vez que me amenaza así, ya antes me dijo que e iba a arrepentir, me gustaría saber que tipo de castigo me daría, supongo que no me echaría del departamento si la falta no es muy grave, pero no se si desafiarlo de algún modo, hasta el momento he estado excitado y por eso obedezco, supongo que sus castigos no me tendrán tan excitado, además intuyo que eso le fascinaría. Pero lo mejor será que cuando esté con él deje de pensar.

-Toma – me dijo tirando una esponja en el suelo frente a mi – Se metió en la tina – Báñame perro.

La tomé con mi boca y me acerqué caminando en 4. me arrodillé y comencé a pasar la esponja en todo su cuerpo, era majestuoso. Su cuerpo no es tan tonificado pero no tiene grasa en sus brazos, es bastante fibroso. Su pecho peludo es firme, duro, me dan ganas de lamerlo, de besarlo, y de dormir sobre él. -Dime que piensas mi perrito – me dijo. Yo avergonzado de decrle eso, le dije: Nada amo.

Se rio. -No eres tonto perro, se que pasan ideas por tu mente, un perro ideal no piensa, pero tu, eres un perro especial – cuando me dijo eso, lo miré y tenia el impulso de besarlo, me tenía loco.

- Me hace muy feliz amo – le dije – me hace muy feliz atenderlo, nunca me había sentido así, me dan ganas de ser su mascota para siempre.

¿Mascota? ¿De donde pude sacar esa palabra para referirme a mi mismo? Definitivamente estaba descubriendo cosas sobre mí que me aterraban bastante, pero Erick, mi amo, me miraba y sonreía. De verdad agradezco que él sea mi amo, si fuera diferente, probablemente se aprovecharía mucho mas de mí. Definitivamente hay sincronía entre nosotros, y no es una idea mía, estoy convencido de que él tiene que ser mi dueño para siempre.

Me acarició la cabeza y me agarró fuerte del pelo, se reía, y luego me acercó a su cara y me besó. No se por qué, pero empezaron a salir lágrimas de mis ojos. Cuando me vio así me increpó. Tenía miedo de responderle, pero quería ser completamente sincero, y si él se espantaba por ésto, sería el riesgo que estaba corriendo. - Creo que me estoy enamorando de usted amo – le dije sin pensarlo mucho.

Se levantó de la tina y se fue, mojado y desnudo, yo estaba atónito, mirando al suelo, “VEN” sonó su grito de la sala. Fui en 4, como perro, las rodillas me dolían pero quería humillarme para él, quería hacerle saber que aunque me esté enamorando, solo quiero ser su perro. Cuando estuve frente a él me sacó fotos con su teléfono. - Ésto se queda conmigo perro – No sabía como reaccionar, me indignaba y me excitaba a la vez.

-No te preocupes mi perrito, esto no saldrá de mi, nadie sabrá de ésto nunca, quería tener una foto tuya, eres mío, y sólo mío, no me importa lo que sientas por mi, pero nunca me podría enamorar de un perro. Pero … puedo tenerte cariño como mi mascota.

Me tomó en sus brazos y me tiró en la cama. Me cubrió con la ropa de cama, se acostó y se tiró un pedo muy fuerte y apestoso. - ¿Te enamoras de mis pedos también?- me dijo mientras se reía. Pasaron unos 5 minutos así. Me sacó, me abrazó y me dijo: ¿Donde quieres dormir perrito?

-En su pecho amo – dije, de nuevo, sin pensar. El sonrió, me encanta verlo sonreír, me abrazó fuerte y me puso sobre su pecho, y me dijo “Duérmete, mañana te espera un día largo.” yo estaba muy feliz, durmiendo sobre los vellos de mi amo, era el primer momento, desde hace años, donde yo estaba sonriendo.

Fue la mejor noche, aunque en el futuro, se venían mejores, pero aún no sabía eso.