TENOCH Y DIEGO 2.2

Diego se despertó cuando un chorro de fétidos orines calientes le mojaron la cara, tardó unos cuantos minutos en reaccionar y darse cuenta que Cristian estaba encima de la cama mojando no solo su cara y su cuerpo, también la cama completa.

-¿Qué haces cabrón?- preguntó Diego indignado, Cristian podía ser el Amo pero ese cuarto y el departamento seguían siendo de el

-Lo que me da la gana, puto, por algo soy el pinche Amo - dijo Cristian sin detenerse.

Diego se bajó de la cama y estaba a punto de decirle algo pero se contuvo, miró como Cristian se sacudía la enorme verga semierecta para terminar de tirar las últimas gotas

-Abre la puta ventana, se seque o no está noche vas a dormir aquí- le dijo saliendo del cuarto. Diego obedeció y miró su reloj, eran las 4:50 de la mañana, Cristian entró terminando de ponerse una playera, luego le aventó a Diego un short bicicletero y una playera de Lycra.

-Esto es lo que vas a usar para el gym. Póntelo - le ordenó, Diego estaba demasiado desvelado para contradecirlo, se puso la ropa de Lycra y luego se calzó unos tines y sus tenis.

-¿Listo?, vámonos... ah espera... - dijo Cristian cerrando la puerta del departamento tras recordar que olvidaba algo- bájate el short y empínate con las manos en el sillón

Diego obedeció, Cristian tardó uno o dos minutos en llegar y se colocó detrás de Diego, primero sintió algo frío en su ano y luego los dedos de Cristian esparciendo aquel líquido frío y luego entrando y saliendo de su culo para lubricarlo, luego le introdujo algo pequeño y cilíndrico en el culo, y le dió una nalgada - ya súbete el short. Le dijo luego Cristian tomó su celular y permaneció en silencio unos minutos, Diego ya con el short arriba esperaba las instrucciones de Cristian; pero Cristian permanecía en silencio mirando el celular, de pronto, sintió unas pulsaciones eléctricas internas provenientes de lo que fuera que Cristian le había metido en el trasero, las pulsaciones eran como pequeña golpes de calor que lo hicieron gemir entre placer y dolor y tirarse en cuatro patas al piso.

-Excelente- le dijo Cristian a Diego- Si te veo echando la hueva en el gimnasio, ya sabes - Cristian volvió a darle click a su celular y Diego cayó al suelo gritando y retorciéndose- ¿Entendido cabrón?

-Si Señor-

-Vámonos- le dijo Cristian.

Subieron al metro y bajaron cuatro estaciones después y entraron a un hotel de lujo, subieron al segundo piso en donde estaba el gimnasio.

-Hola Claudio- saludó Cristian muy ameno

-¿Qué pedo wey? Ya tenía rato que no venías, ¿Qué pedo?

-Wey, he estado ocupado. Pero ya voy a venir más seguido. Mira te presento a... mi esclavo - Diego se sonrojó y tosió de nervios cuando escuchó que Cristian hablaba así de el frente a un desconocido.

-¿Tu esclavo? - preguntó Claudio sorprendido y riendo por la ocurrencia- ¿Cómo es eso?

-Si wey, este cabrón hace lo que yo le diga. Es mi esclavo. ¿Verdad puto?

Diego no cabía de la vergüenza, Cristian estaba yendo demasiado lejos, con mucha pena asintió moviendo la cabeza

-A ver cabrón, me estás haciendo quedar mal, ¿Cómo se le responde a tu Amo?

-S..si Señor- respondió Diego bajando la cabeza y titubeando

-Estás bien loco, pinche Cristian

Cristian soltó una carcajada muy divertido- Si wey.

-Bueno ¿Qué pedo? ¿Van a usar las instalaciones?

-Si wey

-¿Y ahora si vas a pagar o qué pedo?

-Siempre he pagado, cabrón

-Pero ahora son dos, te daba una hora por una mamada de 10 minutos. Si son dos... ya no sale el negocio

-Te tengo un negocio mejor. Tú tienes que limpiar las instalaciones antes de abrir, mi esclavo puede limpiarlas por ti y darte la mamada diaria. Así pagamos las entradas de los dos... y tu sueldo para que le pongas una rutina, velo está hecho un marrano.

Claudio no la dudó, librarse de la limpieza era una promesa suficientemente tentadora.

-Orale, es un trato- se estrecharon la mano Cristian y Claudio y Cristian entró al gimnasio y se detuve frente a uno de los aparatos, de volteó y le dijo a Diego - Te apuras a limpiar cabrón, que tienes que hacer rutina completa

Claudio llevó a Cristian a los baños de vapor y le dio a Diego una cubeta con un trapeador.

-Dale wey, tiene que estar listo para las 5:30 que se abre el gym a público.

A las 5:40 el gimnasio empezaba a llenarse y Diego finalmente terminó de aspirar el último rincón del gym. Claudio se acercó a el y le empezó a hacer preguntas sobre sus hábitos y prácticas, luego empezó a pasearlo por los aparatos y a designarle la rutina.

A las 7:30 Cristian y Diego abandonaron el gimnasio y regresaron al departamento. Una vez adentro Cristian se sentó en el sofá y tronando los dedos le ordenó a Diego que le quitara los zapatos - dame un masaje en los pies puto- le ordenó Cristian a Diego.

-Si Señor- respondió Diego a regañadientes; los pies de Cristian realmente apestaban a sudor, todo el, aunque era un hombre muy guapo realmente su olor era muy desagradable.

Una hora más tarde Diego abandonaba el departamento para irse a la escuela, Cristian hacía lo mismo

-¿A qué hora vienes al depa puto?

-A las seis Señor

-Bien, llega a esa hora, le diré a mi amigo que pase a cobrar la mamada que le debes.

Diego ignoró ese comentario, pero si lo escuchó. Y se preguntó porque si el se había considerado hasta ese día hetero, sentía tanta curiosidad de saber qué se sentía mamarle la verga a su entrenador del gym.