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24/7 vida de Dominacióny sumisión. Amo y esclavo.
Siempre me pongo el despertador 20 minutos de la hora a la que me lo ponía antes de ser esclavo de mi pareja. Esos 20 minutos sirven para darle placer a mi Amo, mi pareja, la persona que manda en nuestra relación desde hace años. Es una manera de darle los buenos días, de despertarle, de saludarle, de decirle estoy aquí y ahora en breve he de irme a trabajar. Si él está durmiendo de cara hacia mí lo que tengo que hacer es meterme su polla en la boca y acariciar su espalda, sus nalgas, sus piernas, así hasta que vuelva a sonar la alarma 20 minutos después. Si está de espaldas a mí mi obligación es lamer su culo, su ano, lamerlo y acariciar su espalda con tranquilidad y cuidado, ofreciendo el máximo placer. A veces mi Amo sigue durmiendo o endormilado disfrutando de lo que le hago, otras veces me folla la boca hasta que se corre dentro, o se mea dentro, sea lo que sea él decide.
Después me levanto y una vez duchado y vestido, tomo un café y le dejo la mesa de la cocina preparada para que desayune cuando él quiera .
Nuestra relación es de 20 años, como pareja, desde el inicio siempre hubo una dominación por su parte y una sumisión por la mía, al inicio era sutil, me gusta chuparle los pies, mamar, lo típico pero luego fuimos a mas, no solo sexualmente estoy a su servicio totalmente, sin límites, sin tabúes , sin tonterías, manda él y yo obedezco. También soy su esclavo al 100% para el resto de ámbitos de la vida, cosas de la casa, la economía, nuestra relación en sociedad…
Cosas de la casa..
Aquí entran todo tipo de asuntos, yo soy su criado, su mayordomo, su chacha, yo intento hacerlo lo mejor posible cada día, lógicamente ambos trabajamos pero yo al llegar a casa he de hacerlo todo, porque hemos llegado a ese acuerdo, porque a él le gusta y a mí me gusta. Se podría decir que es una relación a la vieja escuela, machista entre hombres, él es el HOMBRE de la casa y yo la “mujer” aunque sea otro hombre, mi deber es tener siempre todo en orden, la limpieza de la casa, los lavabos, la ropa, lavadoras, la cocina, planchar, hacer la cena, platos..etc etc etc. Todo se ha ido puliendo dia a día , perfeccionando, no ha sido fácil, a veces el cansancio o las ganas de estar tirado en el sofá han podido con mi deber pero para eso está la disciplina y los castigos, para aprender, para pulir, para tragarse el orgullo. Él ha de tener su ropa preparada para el día siguiente, planchada, plegada, a punto, zapatos o zapatillas a punto, todo en su sitio para que él solo tenga que ponérselo. Al llegar a casa siempre he de ponerle las zapatillas, y si ha llegado él antes que yo a casa mi deber es besar sus pies al llegar yo. No vivo todo el día de rodillas, solo cuando él quiere, hacemos vida normal de pareja pero él manda y yo obedezco, él es el Dios y yo soy el que está debajo que le adora.
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