Subiendo la nota +8

Este relato forma parte de una serie. Os recomiendo leer los capítulos anteriores antes de leer este.

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Recuperé el sentido cuando sacó su dedo de mi culo y me dió un azote fuerte con la mano mientras con la otra ordeñaba las últimas gotas de lefa que quedaban en el tronco de mi polla. Cuando terminó me dijo que me pusiera de rodillas en el suelo. Así lo hice. Me postré delante de él aún empalmado y con la polla y el culo palpitando por la experiencia. Mi culo se abría y cerraba resentido por el esfuerzo de dilatar para que entraran los dedos pero con sensación de vacío y necesidad de volver a estar ocupado.

Aún con la mano en la polla me dice que le limpie el dedo. Sabe dulce. Mi culo descansa pero está vacío.

Por fin pude ver de nuevo su cuerpo definitivo y depilado y en primer plano delante de mi cara su pollón morcillón. No podía mirar a otro sitio. Sentía envidia de esa polla. Era grande, proporcionada y bonita. Sus palabras me sacaron del estado de concentración en el que estaba.

-Profe: Sé que quieres comértela pero lo único que me vas a chupar hoy es esto.

Mientras lo decía metió en mi boca el dedo que había usado en mi culo. Lo introdujo sin dudarlo hasta el nudillo y lo colocó sobre la lengua. No me dió tiempo a reaccionar aunque tampoco me hubiera movido. En ese momento era suyo.

-Profe: Chupa hasta que esté limpio.

Obedecí y comencé a chuparlo de forma torpe mientras le miraba a los ojos. Tenía un sabor extraño pero dulzón gracias al lubricante. Mientras chupaba sentía cómo mi ojete se apretaba y mi polla se ponía tan dura que me dolía. Por un momento pensé cómo había acabado desnudo de rodillas chupando el dedo de mi profesor después de sacarlo de mi culo. Me daba igual. Estaba disfrutando como nunca hubiera imaginado y estaba seguro de que eso sólo era el comienzo. En ese momento sólo podía centrarme en mirar su polla e imaginar cómo sería su tacto. Comencé a fantasear que el dedo era su polla y lo chupé como Elena chupaba mi polla aunque con bastante más torpeza. En ese momento valoré la habilidad que tenía ella para comerla. Su dedo ya no sabía a nada pero seguí chupando absorto en mi pensamiento. Su voz me sacó de ese estado mental.

-Profe: Buen chico. Te has ganado tu premio.

Se acercó a mí y me quitó el dedo de la boca. Estaba deseando comerme su polla. No sabía porqué pero era lo que me apetecía. La tenía a escasos centímetros de mi cara y podía verla mejor que nunca. Podría pasar así horas. Estaba empalmado, con el culo palpitando recuperando su cierre habitual, con el calor de los azotes, embargado por una sensación nueva y con ganas de comerme mi primera polla. Más que polla, mi primer pollón.

Se estiró para coger algo que yo tenía detrás. Cuando me di cuenta de que no me iba a meter la polla en la boca ya tenía el vaso de chupito delante de la cara. Estaba lleno y había rebosado un poco.

-Profe: Nunca había sacado tanto de una sola vez. Tendré que ordeñarte a menudo para que no te estallen las pelotas. ¿Alguna vez te habías corrido así?

-Yo: Nunca. Ni de lejos.

-Profe: ¿Por qué crees que ha sido?

-Yo: Estaba muy excitado y me has tocado el punto G.

-Profe: Eso ha ayudado pero el secreto ha sido la jaula. Con ella no te has matado a pajas y has conservado toda la leche. El masaje sólo ha ayudado a que salga mejor. ¿Estás dispuesto a llevarla siempre a partir de ahora?

Asentí con la cabeza mientras sonreía con vicio.

-Profe: Muy bien. Ahora tómate tu vaso de leche que tienes que crecer. Hasta la última gota.

Me quedé sorprendido. No me esperaba esa orden pero estaba muy cachondo y eso me empujaba a hacer cosas que jamás pensé que sería capaz. Tomé el vaso y sin pensarlo más me lo bebí de un solo trago. Era una sensación nueva y extraña en la boca. Sentía su viscosidad por la boca y todo su sabor en la lengua. Era salado y dulce a la vez. Sentía como avanzaba por la garganta y se deslizaba hasta el estómago. Me dejó una sensación rara en la boca pero no era desagradable. Pregunté sin pensar mientras alternaba la mirada entre su cara y su polla.

-Yo: ¿Todas las lefas saben igual?

-Profe: Parece que te has quedado con sed. Eso tendrás que averiguarlo tú.

-Yo: ¿Puedo probar la tuya?

Lo pregunté con una mezcla de muchas sensaciones: deseo, lujuria, inocencia, humildad… Estaba desatado. Ese tipo había liberado algo de mí que hacía que deseara cada vez más. El culo me palpitaba aún, la polla seguía bien dura, la boca me sabía a mi propia lefa y le estaba pidiendo descaradamente que me dejara comerle la polla. Estaba dispuesto a todo con tal de no parar de gozar.

-Profe: Mi lefa tendrás que ganártela.

-Yo: ¿Cómo?

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No sé quién tiene más ganas. ¿Nuestro protagonista de polla o vosotros de que continúe? . Si le das a me gusta y comentas me animarás a escribir la continuación. Gracias a los que lo habéis hecho ya y a los que me escribís por privado. Si alguien me quiere hacer pro sabré agradecerlo.