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Eduardo - 1

Escrito por: nibelungo

"Todo lo que amas probablemente se perderá, pero eventualmente, el amor volverá de otra manera.”

Franz Kafka

(1980-1981) No recuero cuando empecé a hacerme pajas, pero si recuero que con 15-16 años fui al piso de mi mejor amigo Juan, siempre quedábamos los sábados por la tarde, cuando llegué me abrió la puerta y con mucho misterio me pidió que fuera corriendo a su habitación, sus padres se habían ido a cenar y estábamos los dos solos pero aún y así cerró la puerta de su habitación temiendo que nos pillaran haciendo algo malo.

- Mira lo que he encontrado en la habitación de mis padres.

Agarró una revista que me pasó y solo la portada ya me impactó, una mujer rubia con los pechos desnudos mirándole a la cara con lascivia y tapándose el coño con una mano mientras que con la otra se metía dos dedos en la boca. La abrí y ojeé por encima viendo distintas mujeres en diferentes posturas con distintos hombres.

- ¿Qué te parece?

- Que me estoy poniendo palote, que buena que está la de la portada, ¿me puedo llevar la revista y te la devuelvo mañana?

- No puedo, la tengo que dejar donde la he encontrado antes de que lleguen mis padres.

- Que lástima, me haría una paja viéndola.

- ¿Y si nos hacemos una ahora los dos juntos?

- ¿Cómo?

- Si, yo ya me he hecho una, pero viéndote a ti me han vuelto otra vez las ganas.

Me puse nervioso, por un lado tenía ganas ya que tenía una buena erección, pero por otra lado nunca me había masturbado delante de otra persona, siempre había sido de noche en la intimidad de mi habitación y sin nadie que me mirara. Supongo que me vio con indecisión y me dijo.

- Venga, que no te de vergüenza, además ya nos hemos visto las pollas en los vestuarios, nos bajamos los pantalones y ya está.

- OK

Ambos nos quitamos los pantalones y nos quedamos en calzoncillos. Ambos teníamos una erección aunque la de Juan era más notable que la mía.

- Venga, ahora los calzoncillos.

No me dio tiempo a reaccionar y en cuestión de segundos ambos teníamos los calzoncillos bajados. Mi primer impulso fue taparme la polla y los huevos, pero vi que mi amigo se fue directamente a la revista e ignorándome se sentó en la cama y empezó a masturbase sin hacerme mucho caso. Yo me senté a su lado y vi como se masturbaba de forma compulsiva, como si su vida dependiera de correrse. Puso la revista entre los dos y al ver la revista me fijé en la polla de Juan, nunca se la había visto dura, nos habíamos duchado en los vestuarios juntos y jugando nos habíamos comparado las pollas y estando flácidas no había tanta diferencia, pero ahora que veía la polla de mi amigo dura vi que había mucha más diferencia entre nosotros, a mi apenas me llagaba a los 10 cm y la de mi amigo creo que superaría los 14-15 cm, aparte que era notablemente más gorda que la mía. Empecé a masturbarme al ritmo de Juan, un ritmo al que no estaba acostumbrado ya que siempre he ido con más tranquilidad, no tardé mucho y en cuestión de un par de minutos me corrí, pero viendo que mi amigo aún seguía con su ritmo frenético no dije nada y no expresé el placer de mi corrida, tampoco salió mucho semen con lo que podía interpretarse como precum mas que como una corrida. La polla se me empezó a poner flácida y mi amigo se dio cuenta.

- ¿Que te pasa, no te gusta esta tía?

- Es que te has parado en esta página y no me va tanto como la rubia -le dije como excusa para no decirle que me había corrido-

- No pasa nada, paso la página y vemos a otra.

En la siguiente página vi en diferentes fotos como un tío completamente desnudo, con una polla dura y descomunal iba introduciéndosela por el culo a la actriz. No se que pasó pero algo de esa escena me excito mucho y otra vez se me puso dura. Volví a masturbarme.

- Mira la polla del tío, que dura, tiene que dolerle a la tía una barbaridad.

- No se -dije inocente de mi- No parece que ponga cara de dolor, parece que está disfrutando.

- Venga, si quieres te la meto y me dices si te duele. Jejeje.

- Paso, paso, que no me van las mariconadas.

Pero esa idea hizo un click en mi cabeza y empecé a imaginarme a mi amigo en la posición del actor y a mi en la posición de la actriz de la revista. La polla se me puso aun más dura y notaba como empezaba a estar a punto de correrme otra vez. Frené el ritmo, quería correrme a la vez que mi amigo, pero llevábamos unos 5 minutos desde que empezamos y yo ya estaba por la segunda y el aún dale que te pego sin menguar el ritmo. Le hacía creer que veía a las mujeres de la revista y decía algún comentario respecto a la actriz -que buena está tía- o -que caliente me pone-, pero la verdad es que no dejaba de mirar de reojo la polla de mi amigo, lo grande que era aunque nos lleváramos apenas unos meses de edad, como con el vaivén de la mano el prepucio bajaba y subía dejando al descubierto durante una fracción de segundo el glande, un glande rosado brillante y unos huevos que acompañaban a la polla que con mucha diferencia eran más grandes que los míos y que no paraban de dar saltitos entre sus piernas con el vaivén de la paja. Y por un momento me entraron ganas de agarrarle la polla y metérmela en la boca, pero no, eso no estaba bien, yo no era un maricón ¿porqué iba a chupársela a mi amigo? a mi me gustan las mujeres, lo achaqué a la curiosidad y la sorpresa por ver la polla de Juan.

Habían pasado como unos 15’ y mi amigo empezó a dar jadeos de placer.

- Estoy a punto, ¡Ya Llega!, ¡¡YA LLEGA!!.

Tiró la revista a un lado y se tumbó en la cama mientras yo le observaba, aceleró el ritmo a la vez que le venían pequeñas convulsiones y ponía los ojos en blanco, se empezó a correr y los trallazos de semen fueron directamente a su pecho. Solo ver esa escena y sin tocarme me corrí, no entendía que me pasaba pero me había puesto muy cachondo ver a mi amigo correrse. Ni por asomo solté tanto semen como mi amigo, pero fue más que la primera vez que me corrí. Me subí los calzoncillos rápidamente y me fui a casa poniendo una excusa que dejó a mi amigo un poco contrariado. Una vez en mi casa, me masturbé intentado recordar a alguna chica de la revista pero solo me venía a la cabeza la polla de mi amigo lanzando chorros de semen como si fuera una fuente, me volví a correr.

Nunca hablamos de ese día y nunca más volvimos a hacernos una paja juntos, pero fue mi primera experiencia con un hombre y tardé tiempo en olvidarla.

Eduardo - 1

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