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Título: Segundo día con el Señor Cuero

Escrito por: Stopcasa

Tras el incidente de la primera vez, me encontraba muy ilusionado por volver a esa cueva de gratas sensaciones.

El Señor Cuero me puso una serie de condiciones además como había tenido varios fallos, quería que pagase por ellos.

La semana pasada estaba muy impaciente de que llegase el día, teníamos concretado el nuevo encuentro para el martes, pero pudimos cerrarlo para el lunes, aspecto que me gustó mucho, pues supuestamente podríamos disponer de más tiempo. Yo no sabía realmente lo que me podría encontrar, tenía mucha ilusión por llegar, entremezclado con cierto descontento, ya que el Señor Cuero en sus mensajes, me estaba pareciendo que estaba dejando de ser el chico agradable que había conocido por el chat.

En su papel de Amo, me ordenó que viajase hasta su casa con una serie de condiciones. Esa misma mañana recibí un mensaje diciéndome que me estaba esperando, aspecto que me resultó muy agradable, me puso otra nueva condición debería de ir sin ropa interior. Me encontraba montado en un tren dirección a otra ciudad, sin ropa interior y con una disposición absoluta de llegar para encontrarme con el Señor Cuero, con mucha ilusión, pero con cierta incertidumbre.

Llegué a la estación y me dispuse a andar hasta la casa del Señor Cuero, su cueva. Al llegar me llevé una grata sensación, el Señor Cuero estaba ya esperándome, me dijo hola, que tal en viaje etc, y tenía casi todo preparado, con su ropaje etc, y tenía ya mi indumentaria colocada en la mesa, para que me la pusiese; unos grilletes tanto en las muñecas como en los pies, un antifaz, un collar etc

El señor Cuero me hablaba y notaba la voz agradable, me sentí más ilusionado al comprobar el tono dulce que no esperaba, tuvimos una sesión muy agradable y placentera.

Nos pusimos en el sofá, yo de rodillas, pero en esta ocasión me puso unos cojines en el suelo, aspecto que agradeció notablemente mis rodillas, enseguida me ordenó entrar en acción, nunca mejor dicho, ya que tenía conectada la cámara para realizar transmisión a través del ordenador, pero al parecer en ese momento no tenía a nadie conectado.

Comenzamos a lamer los pezones, morreos, mamazos, me colocó unas pinzas en mis pezones, así un tiempo. Yo estaba disfrutando mucho, volver a revivir la situación de la semana pasada, me parecía un sueño, estaba a 100 y el Señor Cuero también se notaba que estaba disfrutando mucho, tanto es así, que entre los morreos, las caricias, mis lametones a sus pezones, a sus axilas etc, de pronto, el Señor Cuero se corre por primera vez, digo por primera vez, porque a lo largo del día tuvo hasta cuatro corridas, aspecto que me ha dejado muy sorprendido, además todas con mucha intensidad, con chorros potentes.

El Señor Cuero se levantó del sofá y se aseó en el baño, volviendo nuevamente al sofá, enseguida me puso a trabajar, me puso sus botas para comenzar a lamerlas, a continuación me puso otra vez sobre su pecho, para lamer sus pezones y comenzó otra vez a estar a tono, me puso a mamar su polla, tenía todavía sabor a gel, aspecto que me agrada mucho, el Señor Cuero cuida de mí maximizando su higiene, para así preservar mi salud.

Realizando la mamada, suena su teléfono, pero me dice que continúe mamando. Atiende a un tema de trabajo mientras yo estaba a lo mío, eso me puso tela, se movió del sofá para mirar el ordenador, y me puso a continuar la mamada en su nueva posición.

Seguidamente me trasladó a la sala que tiene con la máquina de hacer deporte, me puso unas cadenas en los grilletes de las manos y los enganchó a la máquina, dejando mis brazos tirantes hacia arriba. Se puso detrás de mí, notaba su piel sobre mi espalda, y comenzó a acariciar mis pezones y mi polla, que comenzó a empalmarse. Estaba disfrutando mucho, después se puso a darme en la espalda algunos golpes, que yo pude resistir sin quejarme demasiado, intentando estar a la altura del buen esclavo.

Posteriormente me dijo que le esperase un poco, estuve allí esperando en esa posición, algunos minutos, hasta que el Señor Cuero finalizase la gestión urgente que debía de atender de su trabajo.

Regresamos de nuevo al sofá volvimos a los morreos, mamazos, yo estaba chupando su polla y me estaba resultado todo muy placentero, notaba que el Señor Cuero estaba disfrutando también, nos abrazábamos, morreábamos, le daba mamazos, el Señor Cuero me tocaba también mis pezones, me daba cachetazos en mi culo, ese proceso lo repetimos varias veces y realizando una mamada, de pronto se aparta de forma repentina y se vuelve a correr, pude ver el chorro y toda la intensidad del mismo, yo estaba sorprendido de la intensidad de la corrida, con la cual se llegó manchar todo su pecho y parte del sofá.

Nuevamente el Señor Cuero se marchó al baño para asesarse, regresó con una bayeta para limpiar el semen del sofá y enseguida regresó para volver a la acción. El Señor Cuero es muy potente.

Nuevamente en el sofá me ordenó que volviese al mismo proceso, yo estaba encantado de chuparle sus pezones, lamerle las axilas etc, En esto que se levanta y me ordena que le siguiese, llegando al dormitorio, se coloca en la cama y yo me puso a lamerle, pasé a lamerle también los huevos, y sus muslos y la parte más baja de sus huevos, parece que el Señor Cuero estaba disfrutando mucho con eso, tanto que se vuelve a correr, esta vez por tercera vez.

Había pasado más o menos dos horas y media y se había corrido tres veces ya.

Nos dispusimos a marcharnos del piso para comer algo, fuimos al bar cercano de su casa, y estuvimos charlando y poniendo en común algunas conversaciones que habíamos mantenido en el chat. Tras la comida regresamos a la cueva.

Volvimos a ponernos nuestras indumentarias y situarnos en el sofá, me dijo que teníamos espectadores en la Web, que saludase a no sé quién, y con cierto pudor, levanté la mano haciendo el amago de saludar, pero tengo que reconocer, que me sentía un poco ridículo. A continuación el Señor Cuero mostró a la cámara mi polla, mi culo, a modo de presentación al espectador conectado, tengo que reconocer que esa situación me puso tela.

Enseguida comenzamos nuevamente, mamazos, morreos, abrazos, algunos cachetes en el culete, colocación de pinzas nuevamente, magreos etc, El hecho de estar siendo observado por el espectador, me ponía tela, estaba disfrutando mucho. El Señor Cuero me colocó una camisa de fuerza de cuero, tenía las manos hacia atrás, inmovilizando mis movimientos, me puso a seguir lamiendo, pasando a lamer sus botas, el Señor Cuero con su cigarrillo, me ordenó que sacase la lengua, y me utilizó como cenicero, me ordenó tragar la ceniza, aspecto que me resultó muy repugnante, a su vez, me puse con cierto temor de meter la pata como en la semana anterior, que vomité por ese motivo. En esta ocasión intenté comer muy poco, para evitar las arcadas y meter la pata.

El señor cuero se puso de pie y se puso a frotar su polla con mi boca, a su ritmo. Yo intentaba estar bien, controlando la situación, me encontraba de rodillas y el Señor Cuero sacaba y metía su polla en mi boca a su antojo, estaba disfrutando, tanto es así, que se corre nuevamente por cuarta vez, ¡¡¡SORPRENDENTE!!! pero real, lo estaba viendo con mis propios ojos, yo pensaba que lo de los actores pornos en las pelis, era mentira, que no podían estar follando tanto tiempo y tener tantas corridas, pero ahora, me lo puedo creer.

Seguidamente el Señor Cuero me ordenó que me sentase por primera vez en su sofá, aspecto que agradecí, estaba inmovilizado con la camisa de fuerza de cuero, y el Señor Cuero se puso a hacerme una paja, no tardé ni un minuto y enseguida me corrí yo también, evidentemente estaba a punto desde el primer momento, suficiente un poco de estímulo para que me corriese.

Me quité la camisa de fuerza de cuero, me dijo que pasase al baño, que limpiase también la camisa de fuerza manchada con mi chorro y regresé al salón. Me dijo que el espectador se había marchado, que había regresado de nuevo y que le había comentado que se había perdido nuestras corridas.

Estuvimos charlando, viendo su material audiovisual, los videos de la sesión de la semana anterior (los cuales me encantaría que el Señor Amo compartiese conmigo), estuvimos comentando aspectos de la página web, poniendo en común alguna información, etc.

Antes de vestirme le entregué el obsequio que me pidió la semana anterior, en esta ocasión creo que he estado más acertado, creo que no le ha disgustado del todo.

Faltaba un tiempo para que llegase a hora de mi tren de regreso, y el Señor Cuero muy amablemente se ofreció a enseñarme la ciudad desde un mirador cercano, me pareció un gesto muy humano y agradable por su parte, producto del chico encantador que conocí en el chat.

Espero poder regresar el lunes de la semana que viene.

Título: Segundo día con el Señor Cuero

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