POKER DE RABOS

POKER DE RABOS

Se avecinaban las vacaciones de verano y Aitor había decidido acudir al pueblo. Era un pequeño villorrio de unos cien habitantes donde sus padres tenían una casa que había sido de la familia desde hacía décadas. No llevaba mucha ropa para pasar un mes. Se pasó todo el día limpiando la casa y lavando toda la ropa de cama, etc.

Al día siguiente decidió darse una vuelta por los alrededores del pueblo. Era una zona tranquila y le gustaba recorrerlo. Saldría pronto, sobre las siete de la mañana tras tomar un buen desayuno. Así que se metió a la cama pronto y se quedó dormido pronto.

Salió y tomó un camino que se adentraba en las montañas. Era un camino que conocía perfectamente. De todas formas, llevaba una brújula por si necesitaba orientarse, una buena cantimplora, aunque conocía un par de fuentes donde coger agua y algo de comida por si acaso. Estaba caminando atravesando un bosque y por lo cerrado de la espesura no vio que las nubes cubrían el cielo

Cuando salió al primer claro empezó a llover, primero era una suave y fina lluvia para luego convertirse en un fuerte aguacero. No había previsto eso y no había llevado su poncho para cubrirse, con lo que se volvió a meterse al bosque intentando cubrirse con algunas ramas, pero ya era tarde, estaba bastante empapado y aunque la temperatura era cálida no podía permanecer mucho así. Encima era una zona donde estaba prohibido hacer fuego con lo que tendría que quitarse la ropa e intentar que si el aguacero pasaba con la temperatura ambiente se secase.

Estaba con estas dudas cuando entre los árboles apareció un viejo pastor. Aitor le conocía del pueblo. Era un hombre taciturno y de pocas palabras. Aparte de seco y mal encarado.

Si quieres vente a mi borda y allí podrás secar la ropa porque la lluvia dudo que pare pronto. --- dijo el pastor sin pararse y pasando de largo.

Aitor iba a responder, pero al dejarle con la palabra en la boca el pastor solo caminó detrás de él. Cuando llegaron el pastor encendió el fuego y le indicó a Aitor que se podía quitar la ropa y colocarla en una silla frente al fuego.

Aitor lo hizo sin pensar, como un autómata. Se quedó en bóxer. El pastor mientras enredaba entre los armarios para preparar algo de comer. Vio como Aitor estaba desnudo, vio su poco vello y admiró el buen culo que le quedaba con ese bóxer. Se acercó y se lo bajó de golpe y dijo.

Quítatelo que también está mojado.

Aitor iba a protestar, pero se sentía como a merced del pastor, pero eso a su vez le excitaba. De manera impulsiva se tapó los genitales con las manos. El pastor estaba a su lado a escasos centímetros. Aitor desnudo y el hombre con barba de varios días y ese aspecto algo asilvestrado. El pastor con la mano le acarició la nalga derecha y le dio un azote. Aitor no protestó, lo siguiente fue acariciarle la polla suavemente, descapullarle y con el pulgar jugar con el glande. El chico suspiraba. Él tenía sobre los 40 y el pastor más de 60. Estaba excitadísimo y muy entregado.

Veo que aparte de travieso eres muy obediente, túmbate boca arriba en la mesa y sujétate los riñones con las manos de tal forma que tu culo quede en vertical. Y que no tenga que repetirlo.

Aitor obedeció y quedó así. El pastor cogió un trozo de madera incandescente y lo pasaba cerca del cuerpo de Aitor provocando en él mucho calor. Luego Paco que así se llamaba el pastor cogió una vela bastante gruesa. Cogió un poco de manteca que usaba para cocinar y con ella untó el ano del chico y la vela antes de introducir esta en el ano del hombre.

Seguidamente encendió la vela y se sentó en una silla esperando como la vela se iba derritiendo. Luego las gotas de cera iban deslizándose por el borde de la vela empezando algunas a detenerse y otras llegaban a su esfínter. Aitor empezaba a quejarse y a chillar. Por cada quejido Paco le daba un tortazo hasta que Aitor calló.

Luego extrajo la vela y con un gran cuchillo fue quitando con mucha delicadeza la cera incrustada. Los hacía delicadamente no por hacerle un favor, sino por no dañar la mercancía.

Aitor ahora pudo apoyar los riñones en la mesa. Paco levantó los pies del hombre y los puso en sus hombros. Usó más manteca para lubricarse el pollón que sacó de sus pantalones. Aitor lo vio con esa curva hacia arriba. Antes que pudiera opinar ese rabo pugnaba por entrar dentro de él. Por fin, lo hizo. Solo la punta de momento, pero en cuanto la punta entraba fácil recibió una salvaje embestida que le atravesó, primero vino la sensación de invasión y luego el dolor.

Tras unas cuantas embestidas lentas y profundas el dolor se convirtió en placer, sobre todo cuando el capullo por dentro tocó un par de veces su próstata. Lo fue follando cada vez elevando el ritmo hasta que cerca de la eyaculación se la sacó y poniendo la cabeza de Aitor colgando del borde de la mesa le folló la boca hasta eyacular tras ello en su cara.

Límpiate, veo que eres muy obediente, te propongo pasar unos días conmigo. Llama a casa para que no se preocupen.

No tengo a nadie que me espere, así que me puedo quedar sin problemas. Respondió Aitor

Lo que te propongo es que te quedes, pero como mi sumiso o esclavo. Ya sabes sexo cuando me apetezca a mí o con quien yo diga y, por supuesto BDSM que si no sabes lo que es te lo explico. ------ dijo Paco

Sin problemas, se lo que significa.

Paco entonces le cogió del pelo y le hizo arrodillarse y caminar a gatas hasta un extremo de la habitación donde le ató de una correa al cuello y le puso una manta en el suelo para dormir.

Tras ello Paco salió de la casa con el teléfono y llamó a un número.

Tengo un aspirante, muy obediente y parece que funcionará, es el hijo del Manuel. —dijo Paco.

Pues bájale y llévale donde el Doctor que le haga el reconocimiento y luego le subes de nuevo. A la noche subo para conocerle. ---- ordenó el hombre al otro lado del teléfono.

Paco entró en la borda y soltó a Aitor, se lo puso a los hombros y lo sacó fuera y lo metió en la parte de atrás del todoterreno. Lee ató las muñecas con cinta americana y los tobillos. Luego lo tapó con una manta y lo sujetó con varias cadenas. Estaba completamente inmovilizado.

Se montó al volante y fue conduciendo hasta el pueblo donde condujo hasta la casa del médico. Se metió por el callejón lateral de la casa y bajó del coche. Soltó las cadenas que sujetaban a Aitor y como si fuera un paquete se lo colocó en los hombros y tocó el timbre de la puerta. Sabía que el hombre al mando había avisado de su llegada. El médico abrió la puerta y les dejó entrar. Paco depositó al sumiso sobre la camilla y le cortó con una navaja las cintas y se las quitó.

El médico le ordenó ponerse boca abajo en la camilla. Aitor obedeció. El doctor le introdujo un termómetro con un poco de lubricante, jugó un poco con él. Luego se lo sacó y le dijo a Paco que sujetara al chico y mientras este lo hacía él preparaba una jeringa con solución salina. Se acercó a Aitor y le aplicó un algodón con alcohol y luego fue introduciendo muy lentamente la aguja en una de las nalgas para seguidamente apretar el émbolo e introducir el líquido. En la otra nalga, en cambio se lo clavó bruscamente.

Tras ello le hizo tumbarse boca arriba y llenando otra jeringa con cuidado le fue clavando en la bolsa escrotal hasta llenar una buena cantidad. Luego siguió explorándole físicamente hasta quedar satisfecho. Paco elevó el cuerpo de Aitor hasta que su cabeza quedó fuera de la camilla y el Doctor se bajó los pantalones y lo penetró bucalmente. Lo follaba primero suave y luego se la introducía hasta la garganta. Aitor no paraba entonces de soltar babas y respiraba a duras penas.

La polla del doctor se puso muy dura, llena de venas. Luego situó boca abajo en la camilla al chico. Cogió una buena cantidad de lubricante y con los pulgares fue lubricándolo su ano y llenarle de lubricante. Entonces apoyó su pene en la entrada y de manera muy fácil fue entrando dentro de él. Apoyándose con las manos en la camilla lo fue follando de manera salvaje a la vez que le decía lo puta que era. Lo folló hasta que fue sacándola y masturbándose con sus dos nalgas eyaculó sobre la espalda de Aitor.

Paco, ayúdame a llevarle a la ducha para prepararle para la siguiente etapa. --- dijo el doctor.

Paco lo llevó con ayuda del Doc. Allí mientras el Doc se duchaba con agua templada, Aitor se tuvo que duchar con agua fría. Cuando terminó le hicieron arrodillarse y le orinaron en la cara. Luego se tuvo que volver a duchar con agua fría.

Paco salió a llevar a Aitor al coche. El Doctor se vistió y salió montando en el asiento del copiloto. Aitor iba metido en una jaula que Paco tenía en la parte trasera del todoterreno. Subieron por una pista forestal hasta un punto donde se bajaron del vehículo e hicieron bajar a Aitor. Le colocaron un saco en la cabeza y le amordazaron.

Ataron sus manos a la espalda. Le fueron guiando monte arriba. Caminaron durante un par de horas por caminos de tierra, prados y por último una zona kárstica donde le tuvieron que ayudar.

Por fin llegaron a una cueva donde le soltaron las manos y le hicieron colocarse a cuatro patas con el saco puesto. Allí escuchó unos pasos. Sintió como una bota aplastaba su cabeza contra el suelo. Ahora sintió como algo metálico entraba en su ano y se abría hasta notar casi dolor de la tensión que notaba. De repente, sintió un fluido frio que entraba en su recto y también era extendido en la entrada de su estrellado esfínter.

Ahora notó como algo enorme intentaba entrar en su ano. Incluso con toda la dilatación que tenía era difícil su entrada. Pero ahora de un solo golpe entró hasta el fondo y fue follado de forma salvaje y violenta pero cada embestida la polla tocaba su próstata y eso le llevaba al placer total. Ese hombre que lo estaba más que follando poseyéndole de manera total y absoluta se colocó a 4 patas encima de él y lo folló hasta que apunto de correrse la sacó y lo llenó de semen la cara.

Entonces le sacaron el saco y vio a la persona más acojonante que recordaba.

Te presentamos a Brutus, durante tu estancia en el pueblo si él te quiere follar o usar podrá hacerlo como lo podemos hacer nosotros. ---- explicó Paco.

Era un hombre enorme, de casi dos metros, complexión fuerte sin ser musculado, vestido con una especie de piel por encima del cuerpo y en la zona de la polla un taparrabos de cuero que por lo que pensó seguramente se podría sacar la polla rápido. De botas una especie de sandalias de cuero. Pelo largo y barba cerrada y una gran cicatriz que le cruzaba el lado derecho de la cara desde el nacimiento del pelo hasta casi la barbilla.

El hombre no saludó, solo le atravesó con la mirada. Volvieron a hacerle caminar de vuelta al todoterreno y le volvieron a meter en la jaula. Ahora condujeron por el mismo camino, pero al llegar a la base de la montaña se introdujeron en una carretera que llegaba a la entrada del pueblo. Como había llevado la capucha de nuevo, no sabía dónde iban. Escuchó las bisagras de alguna puerta abrirse para luego al arrancar el coche volver a cerrarse.

Cuando volvieron a parar le sacaron de la jaula y le pusieron de pies y caminar unas decenas de metros hasta que lo detuvieron. Oyó como traspasaron varias puertas.

Volvieron a pararle. Le levantaron el saco un poco hasta que le pudieron colocar un collar. Hicieron que levantase las manos hasta que los brazos quedaron atados al collar. Ahora no tenía escapatoria. Oyó una silla arrastrarse y cuando, tras quitarse la máscara y acostumbrarse a la luminosidad existente, pudo abrir los ojos vio al alcalde.

No sabía muchas cosas del pueblo, pero conocer a las fuerzas vivas era muy fácil.

Vestido con traje y tras la mesa de despacho. Se levantó y cogió un aparato como una linterna larga con la que le aplicó pequeñas descargas en diversas partes incluyendo pezones y glande.

Sé que eres el hijo del Manuel, veo que conoces a paco y al Doc y si estás conmigo es que también has conocido a Brutus, como te habrán dicho, por supuesto deberás aceptar que te usemos. Evidentemente podrás romper en cualquier momento. Pero mientras nos perteneces si rechazas que te usemos o alguno de los encargos que te hagamos pues serás descartado. Ahorra arrodíllate sobre ese sillón.

Aitor obedientemente lo hizo y se sujetó a los brazos de la silla El alcalde se sacó la polla y cogiéndolo de los hombros lo penetró. Después de haber sido follado por tres tíos, sobre todo Brutus no hubo dificultades. Lo fue follando a la vez que Aitor mamaba o masturbaba a Paco y el Doctor. El alcalde le mordía la oreja y le masturbaba. Lo fue haciendo cada vez más fuerte la follada y la paja hasta que estuvo a punto.

No podemos manchar el despacho, vamos al baño.

Fueron al baño y Aitor se arrodilló en la bañera y los tres hombres se masturbaron llenándole de semen la cara para luego limpiárselo orinándole.

A partir de ese día cada vacación que tenía era sumamente divertida. Siempre iba al pueblo o donde le mandaban sus Amos.