El Fag de Eric 2

Es medio día, salgo de bañarme vistiendo la misma ropa de ayer, Eric se ha portado como un gran amigo esta mañana: llamó a mis amigos para avisarles que esperaría a que se me pasara la borrachera para que me fuera a mi casa.

Me invitó el desayuno y me compró varias botellas de agua y bebidas hidratantes. También me prestó una toalla y sus sandalias para que pudiera bañarme y refrescarme un poco.

La cruda se ha disipado casi por completo. Durante toda la mañana no he sabido cómo abordar lo que había pasado durante la madrugada entre nosotros, y tampoco quería hacer preguntas incómodas o echar a perder esa mañana de “amigos crudos” intenseando con el tema, me quedé callado aunque moría de ganas de hablar de eso.

Una vez afuera de la regadera lo busco con la mirada, considero que está cansado y creo que tengo que irme a casa.

Eric me llama desde la sala -¿Albert?- me acerco a él para despedirme y lo encuentro completamente desnudo sentado en el sillón, con sus peludas piernas abiertas.

-Quítate esa ropa, está sucia, la usaste ayer- me dice mirándome fijamente a los ojos- Ahorita te doy algo limpio para que te lo pongas- añade.

Me quito la camisa rápidamente y luego me bajo el pantalón. Soy de complexión delgada pero tengo mis pectorales bien tonificados y mi abdomen plano está marcado. Mis brazos tienen unos bíceps bastante decentes y como acostumbro bailar mis piernas son fuertes, delgadas y largas. Peludas como mi pecho.

Nunca he sabido definir el color de piel, es de un blanco bronceado, mi cabellera es negra ligeramente ensortijada, mi nariz es grande, aguileña y mis ojos color miel.

No me intimida estar desnudo frente a nadie, pero la actitud de Eric me hace sentir particularmente expuesto al quedar en bóxers.

- Ándale quítate todo cabrón- me dice cuándo ve que pienso quedarme en bóxers, me los bajo quedando completamente desnudo delante de él.

Eric relaja su cuerpo cuando me ve en pelotas - siéntate quiero decirte algo- me dice serio y me siento en el sofá junto a él.

-Antes que nada quiero advertirte que soy heterosexual- me dice sin dejar su actitud amigable y bonachona con la que me ha tratado toda la mañana - no tengo novia porque me gustan todas y porque no quiero compromisos, pero ahí a dónde estás sentado han estado montándome al menos la mitad de las de la compañía de teatro.

Aunque parece que blofea le creo, tiene todo para llevarse al “sofá” a las chicas más guapas de la compañía, incluida una muy buena verga.

Bajo la mirada discretamente a vérsela, se le ve pequeña, colgando inocente entre sus peludas piernas montada sobre sus dos tremendos huevotes bien peludos de los que ya he reparado la noche anterior.

-No quiero una novia, evidentemente no quiero un novio- me dice riendo- pero soy un cabrón en extremo caliente… así que me vendría bien un faggot ¿tú sabes qué es eso?

Meneo la cabeza en señal de negación, yo soy un chico dulce de 19 años que quiere amor, abrazos y caricias, no sé nada de términos y de fetiches

-Ay pinche Albert, estás bien pendejo- me dice pegándome suavemente en el muslo.

-El fag es un putito que satisface las necesidades sexuales de un hombre- me dice sonriéndome

-¿Como un prositituto?- pregunto inocente

-Pues si, pero el fag no cobra, el fag siente placer sirviendo a su Alfa porque lo considera superior a él- me dice mirándome fijamente a los ojos-el fag respeta a su alfa, lo obedece, hace lo que el alfa diga y desde luego lo satisface sexualmente… no está libre la posición de novio, pero tengo espacio para un fag ¿quieres ser mío?

Trato de procesar a toda prisa lo que Eric acaba de decirme, es demasiada información, me está describiendo una especie de esclavo sexual y acaba de decirme que se considera superior a mi… son palabras que de entrada no me gustan, pero la idea de tener una posición en su vida me llena de deseo. Es como recibir un premio de consolación que no se muy bien cómo se usa.

-No sé Eric, tendría que pensarlo- le digo con completa honestidad, yo espero un noviazgo bonito con besitos y abrazos, en cierta medida dista mucho de lo que él me propone.

-Ven aquí- me dice golpeándose el muslo por dentro, es un muslo carnoso a pesar de su constitución delgada, me arrodillo entre sus piernas y el se agarra su pequeña verga con dos dedos y me acerca la cabeza a ella con su otra mano- páramela- me la meto a la boca, huele a pescado, él no se ha bañado aun, sus huevos desprenden un penetrante olor a sudor, a testosterona, a hombre…

La succiono y la lamo, me la meto completa, es como un pequeño dulce sobre mi lengua, saco la lengua con su verga adentro y lamo sus huevos, sigo mamando y poco a poco voy sintiendo cómo mi mandíbula tiene que hacer más esfuerzos para tenerla adentro, esta vez estoy dispuesto a mamarla hasta el fondo, me esfuerzo y la tragó con fuerza, con energía, haciendo que vea mi hambre y mi necesidad…

Eric me empuja la cara hacia atrás con su mano grande y me pega en las mejillas con fuerza con su verga dura-¿Quiéres seguirla mamando?… ¿lo quieres?… ¿la quieres?

-Si por favor- respondo abriendo la boca pero la mano de Eric en mi frente me impide acercarme a ella.

-Tiene un precio ¿lo vas a pagar?- me pregunta

-Si- respondo nervioso e intrigado

-Levántate y lava los trastes del desayuno- me levanto de inmediato y entro a la cocina, recojo los trastes del desayuno y me pongo a lavarlos, diligente.

Eric me mira recargado en el marco de la puerta, con su verga bien parada y sus brazos cruzados- a partir de este momento te puedes ir cuando quieras, no te sientas obligado a quedarte- me dice- pero si te quedas es porque me vas a obedecer.

Termino de lavar los platos y me giro a ver a Eric sonriendo, esperando mi premio- arrodíllate- me ordena y obedezco, se acerca a mi y me dirige su verga a la boca con la mano, la voy a agarrar y la repliega - manos detrás, no tienes permiso de tocarme-

Sus palabras me excitan, pongo mis manos detrás y dejo que me folle la boca, lo hace con rudeza, la mete y la saca con fuerza, siento cómo me raspa la garganta y como me penetra hasta el fondo, me siento violado pero me gusta, me excita, es una faceta de Eric que no conocía y me sorpende al grado de excitarme tremendamente.

No puedo esconder mi excitación porque estoy desnudo, Eric me mira la verga parada y me sigue arremetiendo con su verga en la garganta…

-¿Te gustó?- me pregunta haciéndose para atrás. Lo miró desnudo con sus huevotes colgando y su verga apuntando hacia arriba.

-Mucho, gracias- respondo algo mareado y aturdido tras la cogida de boca que me ha dado

-¿Quieres más?- me pregunta

-Si- respondo acercándome de rodillas

-Todavia no- me dice- tienes que pagar el precio

-¿Cuál es el precio ahora?- le pregunto

-Suplica por ella- me dice

-Por favor Eric, déjame mamarte la verga- le digo

-Llámame Señor y suplica con más ganas o te vistes y te vas- me ordena.

-Señor, por favor, déjeme mamarle la verga, por favor Señor, quiero mamarle la verga, por favor, por favor se lo suplico, por favor- le digo arrodillado, no verga se pone aún más dura y comienza a chorrear precum

-Sigue rogando Albert, no te dije que pararas- me dice alejándose más

-Por favor, se lo suplico, por favor señor, se lo ruego… déjeme mamarle la verga… por favor por favor-Eric se la menea sonriendo

-Póstrate- me ordena y mis manos caen al piso y mi frente toca el suelo, sigo suplicando, Eric se acerca despacio y se para delante de mi- lame mis pies

De mil formas eróticas le hubiera lamido los pies sin que me lo ordenara, pero hacerlo así, arrodillado en el piso después de suplicarle que me dejara mamarle la verga era sencillamente humillante.

Mi cabeza da vueltas, ¿cómo he terminado suplicándole a un amigo que me deje mamarle la verga y llamándolo Señor.

Eric me toma suavemente de la barbilla y conduce mi cara hacia su verga- come te lo ganaste- me dice y esta vez, como si quisiera que todo mi esfuerzo valiera la pena se la mamo con más entusiasmo, con todas mis fuerzas.

Eric arquea la pelvis hacia el frente como la noche anterior y exhala con voz ronca, me prende aún más… mamo con todas mis fuerzas deseando que se venga pero Justo cuando siento que está por conseguirle un orgasmo vuelve a sacarla y a hacerse para atrás -¿todavía quieres más?- me pregunta sonriendo

-Si- le respondo, tengo muchas ganas de mucho más

-Sabes qué hay que pagar un precio ¿lo vas a pagar?- me pregunta sonriendo- esta vez tal vez te cueste más trabajo

-Se lo ruego, por favor- digo llevado por la inercia de mis súplicas pasadas.

-Si no estás dispuesto a pagarlo puedes irte, pero si te vas esto no volverá a suceder nunca más- me advierte - seguiremos siendo amigos y todo como siempre

-Quiero pagar el precio- le digo de rodillas

-Pon las manos detrás, si quieres mamarme la verga tendrás que aguantar que te dé tres patadas en los huevos- pienso que es una broma, pero viendo su cara sonriente descubro que no es así… ¿será capaz de patearme los huevos?… ¿vale la pena dejarme golpear por una verga?…

Pongo mis manos detrás y levanto el pecho, lloriqueó un poco- por favor- suplico girando mi cara para no verlo patearme.

La primera patada es más fuerte de lo que imaginaba, siento calambres por todo el cuerpo y un poco de asfixia. Me agarro mis pelotas y me tiro de lado… que sensación tan dolorosa…

-¿Qué dices Albert?… ¿te vas o te doy otra?- me vuelvo a arrodillar con las manos detrás, Eric acorta mi agonía y me da un buen golpe con su empeine en mis testiculos. Vuelvo a caer de costado adolorido y en un grito, esta vez tardo más en reponerme y estoy a punto de irme…

-Falta una- me dice- animo, ya casi pagas el precio de hoy

Me pongo nuevamente de rodillas, ya estoy en esto, uno más y habrá terminado todo… me finta y grito de ansiedad, lo hace una segunda vez y siento que exploto de las ansias, mi verga ha perdido su erección, me siento algo derrumbado, hasta sucio… me da finalmente la tercera patada, me tiro al piso aunque esta no ha dolido como las otras dos…

-Date Albert, te la ganaste- me dice abriendo sus manos y mostrando mi premio bien parado entre sus piernas.

La devoro con toda mi energía, la chupo, la mamo, la lamo, me la trago, la exploro, hincado ante él hago con su verga lo que quiero, la siento mía, la he comprado con dolor y con humillaciones.

Eric se la saca a toda prisa de la boca y me sostiene la cabeza por los cabellos, se la mueve arriba y abajo a toda velocidad y luego explota sacando abundante leche que me llena la cara por completo… me siento marcado, bañado, completamente hundido y eso me excita.

Eric me hace avanzar a cuatro detrás de él sujetándome los cabellos, es como ser su perro pero más humillante.

Se coloca delante del espejo de cuerpo entero de su cuarto y me hace mirarme ahí, de rodillas, bañado en leche- Eso es un faggot- me dice - ¿Crees que alguien como yo suplicaría por verga como acabas de hacerlo tu?

-No Eric- le respondo mirándome arrodillado en cuatro junto a él

-¿Crees que un hombre como yo se dejaría golpear en los huevos por tener una verga en la boca?- me pregunta

-No Eric - le respondo mirándolo a los ojos a través del espejo, lo veo sonriente y satisfecho y eso me llena de placer

-Bueno, eso me hace superior a ti ¿no lo crees?- me quedo callado

-La ley de la vida dice que los superiores debemos someter a los inferiores, así como hoy te acabo de someter para enseñarte lo que eres… eres un faggot y quiero que seas mi faggot, y que me respetes y obedezcas.

Continúo en silencio- Yo te voy a humillar para que aprendas cuál es tu lugar, te voy a castigar para que aprendas a obedecer pero también te voy a cuidar, porque yo cuido mis cosas… Albert, ¿quieres ser mi fag?

-Eric, necesito pensarlo seriamente- le respondo con miedo pensando que me golpeará o me dirá que lo olvide y me vaya a mi casa…

-Es la respuesta que esperaba- me dice sonriendo- ve a bañarte otra vez, voy a sacar la ropa que voy a prestarte- responde soltándome los cabellos y avanzando a sus cajones para sacar unos pants y una playera.