Dominado en el parque de madrugada

Llevaba mucho tiempo sin escribir nada y tenía ganas de volver a hacerlo, pero la experiencia que tuve ayer fue el motivo definitivo, pues no podía guardármela para mí solito, así que aquí os dejo cómo acabé sometido por un dom cachondísimo en un parque público de madrugada. Espero que lo disfrutéis casi tanto como yo viviéndolo ;)

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Llevaba unos días bastante agobiado por diversos motivos que se me juntaron, en especial por tener que organizar la mudanza a un piso nuevo, cosa que siempre me lleva por el camino de la amargura. Aún así, el morbo, las pajas y el sexo me resultan siempre una buena forma de aliviar la ansiedad, por lo que mientras cenaba me puse a hacer el recorrido habitual por las apps y por twitter a ver si se animaba la cosa hasta que me habló alguien por grindr. He de decir que ahora mismo en mi perfil de grindr no tengo foto y tanto mi nombre como mi descripción avisan de que me va morbosear con unos emojis de pies y calcetines.

Era un chico bastante guapete, con pintas de ser bastante masculino, pero con poca información en el perfil más allá de que era act sin sitio, un par de fotos y un álbum. Me dijo que andaba cachondo, con ganas de dar de mamar y de follarse un buen culo, entre lo que me pasó una foto en la que se le veía una polla muy apetecible, ancha y de buen tamaño pero sin ser nada exagerado, o sea lo que me gusta; además se podían atisbar sus pies con calcetines negros por la foto. Yo le contesté enviándole mi álbum, donde tengo unas cuantas imágenes que dejan poco a la imaginación. También comentamos el tema de los pies y que a él le gustan los chicos sumisos. Como estaba cenando le dije que le volvería a hablar en un rato.

A eso de las 00:15 volvimos a hablar y me enseñó su álbum. Tras varias fotos de su cara apareció una en la que se veían su paquete en boxers y sus pies en calcetines blancos, seguida de varias similares sin calzoncillos y de una que tiene unas vistas que me encantan: él desnudo sentado en una silla, con las piernas abiertas, mostrando a la perfección su cuerpo, su polla, sus piernas... Por describirlo un poco, mide unos 180cm, morenito de piel (luego supe que es brasileño), pelo corto oscuro, barbita corta, algo de pelo por el cuerpo, polla de unos 19cm y pies bastante grandes, diría que una talla 44.

Tras un rato esperando a ver si marchaban sus amigos y compañeros de piso para que tuviésemos sitio, al final dijo que no iba a ser posible, pero yo no me iba a quedar sin quedar con él porque ya le había cogido las ganas, así que le propuse ir a un parque o algo similar. No podríamos hacer todo lo que nos apetecía, pero le añadía el toque morboso del cruising y los espacios públicos, que a ambos nos mola también.

A eso de la 1 quedamos cerca del parque del que hablábamos (Belvís, para quien conozca Santiago) y fuimos juntos hasta unos huertos urbanos que hay en el parque a los que se puede entrar y están bastante resguardados y tapados; hacia el final del huerto, pero mirando hacia la entrada, hay una esquina en la que hay un pequeño muro de piedra que forma un cuadrado detrás del que yo ya había ido hace un par de años a chupársela a otro tipo de grindr.

En cuanto llegamos, nos empezamos a manosear lentamente el uno al otro mientras nos morreábamos para dar comienzo al encuentro. Rápidamente nos calentamos y ya estaba agarrándome el culo mientras restregábamos nuestros paquetes por encima de la ropa, así que dejé de resistirme y me quité los pantalones, dejando a la vista (o al tacto, más bien, que al estar resguardado las farloas no iluminaban nada) que me había puesto un suspensorio para que estuviésemos más cómodos. Él también se quitó los pantalones y los calzoncillos, y continuamos besándonos en la boca y por el cuello mientras yo le pajeaba y él me agarraba del culo.

Al poco rato me giró, me abrió las piernas y em dijo que me apoyase en el muro. Yo ya estaba súper caliente y me tuve que quitar la sudadera que llevaba porque mi cuerpo estaba ignorando que era de madrugada y al aire libre en santiago de compostela. En esto fue que me agarró las nalgas para separarlas bien y comenzó a comerme el culo, algo que me flipa. Pasaba su lengua por encima de la entrada de mi ano y de vez en cuando la introducía, haciéndome suspirar y dificultándome que estuviese en silencio. Por momentos me agarraba de las tiras del suspensorio, me escupía para dejarme el culo bien húmedo y lleno de babas y también me mordía las nalgas, dejando alguna que otra marca. En un momento me pidió que le pasase su móvil, que estaba apoyado en el muro, para ponerse la linterna; dijo que me quería ver bien el culo, separando las nalgas, tocándolo y esparciendo sus escupitajos por toda la zona. Siguió comiéndomelo un rato mientras yo aprovechaba para apretar su cara contra mi culo y que su lengua llegase bien al fondo.

Me estaba cansando un poco de mantenerme abierto en esa posición, así que se levantó y volvimos a morrearnos un poco, compartiendo conmigo el sabor de mi culo. "Es mi turno", le dije mientras le quitaba la sudadera y fui bajando, lamiendo su torso y sus pezones, hasta llegar a su polla. Empecé a chuparle la punta pero enseguida me la metí entera, le tenía muchas ganas. Mientras chupaba él acercaba sus manos a mi culo para tocarlo y meterme algún dedo de vez en cuando. Acabó poniéndome con la espalda en el muro para agarrarme la cabeza y follarme la boca; todavía no tengo mucha capacidad para esto pero pudo hacerlo un rato, alternando con soltarme escupitajos en la boca como premio (no hacía falta lubricar más, obviamente).

De repente, para mi grata sorpresa, me sacó la polla de la boca, se quitó un zapato y me acercó el pie. Al estar donde estábamos ya me había hecho a la idea de que no iba a disfrutar de sus pies esa noche, pero él también tenía ganas. Como tenía que hacer bastante equilibrio en esa posición acabé echando mi sudadera sobre una piedra que había por el suelo, me senté y así a él le fue más fácil apoyarse. Pude oler su calcetín y confirmar que tenía unos pies bastante grandes, casi tanto o más que mi cara, pues lo apoyaba sobre mí y lo podía sentir desde el mentón hasta la frente. Le quité el calcetín, ya algo húmedo por mis babas, y me puse a pasar mi lengua por todo su pie. Comencé por el talón, que chupé como si fuesen unos huevos, y luego subí a sus dedos, donde pasé la lengua entre cada uno de ellos y alternaba con chuparlos, sumando uno tras otro, hasta chuparlos todos juntos como si le hiciese una mamada a su pie. Cada poco él me lo sacaba de la boca y me daba golpes en la cara, que yo recibía con gusto.

Al rato se volvió a calzar y aprovechó que yo estaba sentado para follarme un poco más la boca y seguir lubricando bien su polla mientras yo le acariciaba los pezones. Volví a levantarme y tras morrearnos un poco me quitó la camiseta para chuparme él a mí los pezones, succionando mis tetas a tope y alternando entre eso, mi cuello y mi boca. Yo estaba en la gloria, estaba disfrutando mucho porque no es fácil coincidir con alguien tan morboso como tú y que a pesar de las incomodidades del sitio estuviese buscando la forma de seguir haciendo ciertas cosas. Quiso volver a comerme el culo y dejármelo muy babado y húmero, hasta que se levantó para restregarme la polla por encima.

Yo en este punto ya no podía más y estaba restregándome en su polla como perra en celo, así que entre suspiros le pedí contra sus labios que me follase. Nos separamos un momento para que se pusiese el condón y me pusiese algo de lubricante, porque yo llevaba bastantes meses sin follar. Me apoyó contra el muro y comenzó a metérmela despacio; como no he follado mucho (la penetración no es lo que suelo buscar, la verdad) me dolió bastante, pero él se adaptó a mí y sus besos me ayudaron a que poco a poco doliese menos. En cuanto notó que ya no me dolía y mi ano no hacía tanta resistencia no dudó en empezar a darme más caña. Empezó a embestirme cada vez con más fuerza y aumentó poco a poco la velocidad. Mientras me follaba, me agarraba los pezones y me hacía arquear la espalda para que entrase mejor su polla. Me acercaba todo lo que podía a su cuerpo y me volvía loco que me respirase al oído o me lamiese detrás de las orejas. En este punto yo ya no me estaba controlando y gemía bastante alto, lo habría escuchado sin duda cualquiera que pasase por el parque, pero por suerte no había nadie.

Yo a cada poco abría un poco las piernas y me agachaba contra el muro para intentar dejarle paso a su polla y que entrase lo más al fondo posible. El ritmo de sus embestidas ya era bastante acelerado, y su fuerza hacía que se escuchasen también los golpes de su cuerpo contra mi culo. En una de estas me alzó para besarme y decirme que se quería correr, así que le dije que hiciese como quisiera; él me agarró fuerte entre sus brazos, apretándome contra su cuerpo mientras pasaba su lengua por mi nuca. Me avisó de que ya se iba a correr y junté nuestras bocas para que se corriese con nuestras lenguas juntas en un beso. Él se corrió así, y yo sin haberme tocado la polla apenas noté que tenía en suspensorio empapado de mi corrida.

Dejé que recuperase el aliento mientras su polla se iba ablandando todavía dentro de mí, hasta que la sacó y se quitó el condón. Volvimos a besarnos un rato hasta que finalmente nos vestimos y nos fuimos juntos del parque. Mientras le acompañaba a su casa y se fumaba un piti fuimos hablando un poco de nuestras vidas, y antes de separarnos quedamos en que ambos queremos que la siguiente vez que nos veamos sea en su casa para poder tenerme a sus pies, en sentido figurado y literal, con mayor comodidad.