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El Padre, el Hijo y Rolando - II

Escrito por: CUBASTURIAS

Carmelo iba caminando por la acera de regreso a su casa y a lo lejos vio una cara que le resultó conocida, no estaba seguro, pero en la medida que se acercaba la certeza de que era alguien de su pueblo aumentaba. A un metro de distancia ese hombre se detuvo y se le quedó mirando, ya no había dudas.

- Carmelo: “Hola, estoy casi seguro, pero por si acaso ¿eres Rolando no?”

- Rolando: “Sí Carmelo, soy Rolando, unos cuantos años más viejo pero el mismo”

- Carmelo (dándole un abrazo): ¡Cojones Rolando! lo que menos me esperaba era verte a ti por aquí, ven sentémonos en ese banco”

- Rolando: “Pues hace ya unos meses me fui del pueblo, me quedé sin trabajo y a la vez me salió otro aquí en la ciudad, vivo… bueno, estoy de alquiler… no muy lejos de aquí”

- Carmelo: “Entonces somos casi vecinos, estamos a dos calles de mi casa, ¿quieres llegarte?”

- Rolando: “Espera, no hay prisa, yo por lo menos… ¿tú tienes algo que hacer?”

- Carmelo: “No, nada en absoluto”

- Rolando: “Es que no sé… no sé cómo empezar”

- Carmelo: “Dispara, da igual, ¿te pasa algo? me tienes intrigado”

- Rolando: “No, no me pasa nada… es por el pasado… por lo que te hice cuando eras un chavalito… ahora me siento culpable y te quería pedir perdón por aquello”

- Carmelo: “¡Pues ni perdón ni qué leches!, de mi parte no tengo nada que perdonar porque no me siento dañado por aquello… al revés, me gustó… cierto que me dolió bastante pero me gustó… en realidad te tendría que agradecer que me abrieras a ese mundo de placer”

- Rolando: “Es que yo sólo era un chaval joven necesitado de follar… y tú Carmelo aunque tenías 14 años parecías más y tenías un culazo que llamaba la atención… también aquel día andabas con un pantaloncito corto y muy apretado… no sé por qué te los ponías así… pero parecía como que lo andabas buscando… además al pasar y saludarte sonreíste de una forma…”

- Carmelo: “No insistas en culparte ni en buscar explicaciones, si te soy sincero a esa edad, e incluso antes, ya me llamaban la atención los tíos, y miraba a aquellos mayores que yo… quizás ese día no es que estuviera buscando nada en concreto, pero pensándolo ahora, inconscientemente seguro que sí, buscaba lo que realmente pasó”

- Rolando “Sí, por lo menos ese fue el mensaje que me llegó cuando cruzamos las miradas”

- Carmelo: “Lo que sí ni me imaginaba era que me iba a topar con un pollón como el tuyo… y eso tú sí que lo sabías cabrón… ese día me hiciste sangrar y me asusté”

- Rolando: “Lo sé, lo vi en mi polla cuando te la saqué… y aunque no lo creas yo también me asusté… aunque tenía 10 años más que tú tampoco era en nada experimentado… sabes que en nuestro pueblo, y en aquellos tiempos, no era mucho lo que se pudiera hacer…”

- Carmelo: “Totalmente cierto”

- Rolando: “Aunque Carmelo… tú te habrás puesto nervioso pero no te duró mucho porque a los pocos días te volví a ver exactamente en el mismo sitio y no andando, sentado en el suelo y recostado a un árbol, como esperando”

- Carmelo: “La verdad que creo que a esa edad ya era muy puta, en cuanto noté que en una hora dejé de sangrar me entraron tremendas ganas de repetir… me tuve que contener a mí mismo para aguantar un par de días antes de salir a ver si te volvía a encontrar”

- Rolando: “Sí, ya eras muy puta, esa segunda vez cuando andaba por allí fuiste tú quien te lanzaste hacia mí… y lo primero que hiciste fue agarrarme el paquete…”

- Carmelo: “Es que lo tenía claro, lo quería otra vez”

- Rolando: “Te estuve follando unos cuatro o cinco años, ¿no?”

- Carmelo: “Exactamente tres años, a los 17 me eché novia, con la que no mucho después me casé y no sé por qué pero no te acercaste más a mí, sentí que me habías echado a un lado”

- Rolando: “Es que no era, ni creo que soy mala persona… no era como ahora, en los pueblos y en esa época era normal que los chiquillos follaran antes de ser adultos… pero yo ya no era un chiquillo… de alguna forma empecé a sentir que te podría dañar, convertirte en el hazmerreir, en el mariconcito del pueblo... por eso no le dije nunca nada a nadie… y luego, cuando me enteré que tenías novia, no quería entorpecer, no quería romperte el plan… que lograras casarte y tener una familia como todos”

- Carmelo: “Es cierto lo que dices… jamás oí nada de nadie… y sí, eres muy buena persona”

- Rolando: “Aún ahora sigo pensando que debiera disculparme por lo que te hice con 14 añitos”

- Carmelo: “¡No me jodas Carmelo! Ya te dije que me encantó, fuiste el macho que me abrió un mundo de placer por el culo y soy yo quien te debo algo, no una disculpa pero sí un agradecimiento enorme… después de aquella primera vez hubo otras y cada vez gozaba más y más, alguna vez hasta me corrí sin tocármela”

- Rolando: “Sí, lo sé”

- Carmelo: “Lo que no sé yo es si me deberías dar una disculpa por haberme dado de lado cuando me eché novia… pensé que de vez en cuando…”

- Rolando: “No quería que interferir… a propósito… ¿cómo te fue con ella?”

- Carmelo: “Sabes que a los dos nos salió trabajo en la ciudad… y bueno demás decirte que nuestras familias, y menos la de ella, no nos iba a permitir irnos a vivir juntos sin casarnos… por eso nos casamos enseguida, los dos con 18 años, yo pocos meses mayor que ella… y nada, fue casarnos y venirnos a vivir aquí, en mi actual casa”

- Rolando: “Me refería más a cómo te fue sexualmente con ella”

- Carmelo: “Ah, pues al principio bien, la verdad que disfrutaba del sexo con ella… luego quedó embarazada y casi no quería… durante ese tiempo me hacía pajas en el baño y me afloraban cada vez más los recuerdos de aquellas veces en el pueblo, incluso me metía dedos en el culo… luego, al nacer Alex, volvimos a follar pero poco y ya a mí no me entusiasmaba mucho… la cosa se fue enfriando pero así se mantuvo digamos, a un nivel bajo, para mí casi como una obligación, por años… hasta que a ella le diagnosticaron cáncer… fue un palo para todos, Alex sólo tenía 13 años… pero, espero que entiendas lo que te voy a decir… te reconozco que en el tema sexual para mí fue un alivio no tener que follármela… y volví a las andadas, días antes de que muriera yo estaba tan mal que quería desahogarme y la mejor forma era que me dieran bien por el culo para no pensar en todo aquello… y encontré en una página web un hombre de los que a mí me gustan, quince años mayor que yo, cien por cien activo, con buena polla y además tenía horarios en que estaba solo en casa… y fui directo a que me diera por el culo… y bien que me dio, más de lo que yo buscaba… cojones no te imaginas lo que sentí después de tantos años sin macho… porque hasta ese momento nunca le fui infiel a mi esposa… no sé ni por qué, quizás moral de pueblo, ¡qué sé yo!… el asunto es que me volvió a llevar a tocar las estrellas… a partir de entonces se me metió en la cabeza recuperar el tiempo perdido”

- Rolando: “Eres una puta de por el culo”

- Carmelo: “Sí macho, lo mío es que me den y me den bien dado“

- Rolando: “Bueno ahora sí que vamos a tu casa que te voy a dar… pero además de polla te voy a dar un par de guantazos por puta”

- Carmelo: “Lo que quieras, a estas alturas de mi vida lo que al macho le salga de los cojones… a ese macho que te dije, con quien estuve después de tantos años sin nada, le gustaba… le gusta pegar… no te imaginas cómo me dejó las nalgas… y lo peor no fue que me pegara, sino que realmente me gustó, me hizo sentir más cuando luego me daba polla, me puso puta que no veas”

- Rolando: “Sí, parece que lo tuyo es ser la puta… ¿nunca le has metido tu polla a un hombre?”

- Carmelo: “Nunca, ni tampoco a otras mujeres, sólo la usé con mi mujer, y ya te dije que con el tiempo cada vez menos y me costaba… lo único bueno de todo eso fue mi hijo, que es lo que más quiero en la vida… ¿tú no tienes hijos?”

- Rolando: “Sí, yo también me casé y tengo un hijo, pero me divorcié y él, aunque ya es mayorcito, vive con ella”

Todo esto lo decían mientras caminaban. Llegan, suben, Carmelo abre la puerta y en cuanto pasan y la cierran se le tira a besarle mientras con la mano derecha le acaricia el paquete por encima de la ropa.

- Rolando: “Mmm, parece que la puta está hambrienta o será lo que me dijiste que querías recuperar el tiempo que perdiste mientras estabas casado”

- Carmelo: “Sí y sí, a ambas cosas, pero además quiero volver a catar el primer pollón que me dio por el culo”

- Rolando (sentándose en el sofá): “Quítate y quítame la ropa maricón”

- Carmelo: “Enseguida mi macho”

Carmelo de pie y de espaldas a Rolando se quita los zapatos que eran de tipo mocasín, se afloja el cinturón, se desabotona el pantalón, se lo deja caer junto con el calzoncillo y se los saca simplemente con un par de patadas.

- Rolando: “¡Cojones qué culo! culazo a los 14 y culazo ahora… y además sin un pelo”

- Carmelo: “Es que me depilo, macho”

Carmelo se arrodilla entre las piernas de Rolando, le quita los zapatos, los calcetines, le besa los pies mientras les da un pequeño masaje. Luego se incorpora un poco para bajarle el pantalón y quitárselo. Enseguida empezó a olerle y palparle la polla por encima del calzoncillo.

- Rolando: “¡Cómo has aprendido Carmelo! Eres toda una puta… y a las putas hay que saber tratarlas, levanta la cara, mírame a los ojos”. Zaz y zaz, le da un buen par de bofetadas.

- Carmelo (sonriendo): “Menos mal, se nota que eres un hombre de palabra, ya estaba dudando de si ibas o no cumplir lo prometido… pero además me las has dado como las dan los machos de verdad”

- Rolando: “Ahora a mamar”

- Carmelo (cuando le quita los calzoncillos mirándole la polla): “¡Qué pedazo de tranca! No sé cómo mi desvirgue pudo ser con semejante pollón”

- Rolando: “Lo que no termino de entender lo rápido que lo estuviste buscando de nuevo”

- Carmelo: “Debo haber sido algo masoca ya desde aquel entonces”

- Rolando: “¡Traga puta!”

Ante eso Carmelo se la traga entera, en dos pasos casi seguidos, primero se metió hasta la mitad y enseguida respiró fuerte, abrió la boca (y preparó su garganta) y se la metió entera hasta que afuera sólo quedaron los cojones. Además aguantó sin sacársela.

- Rolando: “¡Cojones no me lo puedo creer! Casi nadie logra tragársela, y cuando pasa es porque yo les empujo la cabeza… pero tú te la has tragado en nada… ¡qué tragona!”

- Carmelo (ya sacándosela y con los ojos llorosos): “Querer recuperar el tiempo perdido implica también aprender rápido”

- Rolando: “Y madera, vocación… naciste para esto, para maricón”

- Carmelo: “Sí, para complacer machos, pero en este caso más aún porque tú siempre has sido mi macho… para mí el macho que me desvirgó el culo de alguna forma queda como mi macho, mi hombre”

- Rolando: “Pues si soy tu macho voy a aprovecharme y voy a hacer contigo lo que quiero ahora mismo, ponte a 4 patas que te voy a pegar, quiero darte con el cinturón”

- Carmelo (inmediatamente se pone sobre el sofá y empina el culo): “¿Te vale así?”

- Rolando: “Perfecta puta… toma”

Rolando empezó uno tras otro, Carmelo gemía, sobre todo con los más duros, pero entre uno y otro a veces giraba la cabeza le sonreía y le decía “cabrón”. Y peor aún, al cabo de unos seis cintazos le dio por mover el culo de un lado al otro. Rolando pensó en parar pero al ver la reacción de Carmelo, al verlo mover así las nalgas, le resultaba imposible parar de azotarle. Al rato soltó el cinturón y se puso a comerle el culo. Lo hacía muy bien, empezó lamiendo pero no se quedó en eso, le chupaba el ojete, volvía a lamer, le metía un dedo, otro.

- Carmelo: “¡Cojones qué bien lo haces cabrón, me tienes loca, me has puesto muy perra… necesito que me la claves porfa!”

- Rolando: “¿Tienes algún lubricante?”

- Carmelo: “Sí tengo, pero no… métemela como aquella primera vez, sólo con saliva y lo más bestia que puedas, dámela de un puntazo”

- Rolando: “Sí que eres masoca… ¡pues toma polla maricón!”

- Carmelo: “Agrr”

- Rolando: “¿Te dolió verdad? Pero seguro que no como aquella primera vez”

- Carmelo: “No como aquella vez, pero sí me dolió… es que uno no se tropieza todos los días como una polla tan grande y tan gorda como la tuya”

- Rolando: “¿Y por qué la quieres?”

- Carmelo: “Por puta… y como ya dijiste antes, por masoca, porque quiero que me revientes el culo macho, quiero sentir que me lo destrozas, quiero que me duela mañana para acordarme de ti cabrón, del macho que me inició como maricón”

- Rolando (dándole fuerte al mete-saca): “Toma, toma polla”

- Carmelo: “Es que esa polla me llena el culo de verdad, cuando me la sacas me lo siento muy vacío y desespero por volver a sentirla entrar”

- Rolando: “Estoy que reviento, ya tengo ganas de correrme”

- Carmelo (sacándose la polla del culo): “No porfa espera un poco, que está muy bien el sofá pero quiero sacarte la leche en la cama, que ya es hora que haya una vez que me la des con todas las condiciones”

Carmelo lleva de la mano a Rolando hacia su habitación. Al llegar de un tirón saca el cubrecama.

- Carmelo: “Acuéstate boca arriba que quiero cabalgarte macho”

- Rolando: “Vamos puta que estoy que no me aguanto”

- Carmelo: “¿Ves como me la meto enterita?”

- Rolando: “Es que estás muy abierta y muy rota Carmela”

- Carmelo (subiendo y bajando sin parar): “¡Ay sí mi macho, me gusta que me llames Carmela, tu puta Carmela!”

- Rolando: “Pues te voy a preñar ya Carmela, no aguanto más”

- Carmelo: “Sí mi macho, cuando quieras, dámela toda, lléname el coño”

- Rolando: “Toma cojones, toma leche”

- Carmelo (tocándose la polla poco más que un par de veces): “¡Qué rico recibir tu leche mi macho!... ¡ay mi macho que tu puta se corre también, ay, ay!”

Carmelo se corrió inmediatamente después que Rolando, sus trallazos cayeron encima de la barriga y el pecho de Rolando.

- Carmelo: “Perdóname macho”

- Rolando: “¿Perdonarte por qué?”

- Carmelo: “Por mancharte con mi leche, espera que te limpio”

- Rolando: “Eso no me importa”

- Carmelo: “Pero a mí sí Rolando, yo respeto a los machos, no me creo con derecho a ensuciarlos y menos con mi leche, aquí la única puta, guarra y sumisa soy yo”

- Rolando: “Eso que dices me ha gustado, bueno dale, limpia a tu macho”

Carmelo coge un par de toallitas húmedas desechables pero antes de usarlas le pasa la lengua recogiendo la mayor parte.

- Carmelo: “Macho parece que la tuya es mucha… mucha más cantidad de la que solté yo, creo que se me está escurriendo por el culo, tengo que ir al baño”

- Rolando: “Espera, si se te está saliendo quiero ver eso”

- Carmelo (dándose la vuelta y poniéndose a 4 patas) “¿Quieres que puje mi macho?”

- Rolando: “Sí… coño está claro que sí, que estaba cargado y es que claro, llevaba semanas sin na’ de na’”

- Carmelo: “Bueno eso ya no puede pasarte más, cada vez que te sientas lleno o con ganas no me tienes ni que preguntar, ahora que somos casi vecinos sólo me lo dices y vienes, que te esperaré con una lavativa hecha y lista para que hagas conmigo lo que quieras y dejarte los cojones bien vacios”

- Rolando: “Oye, llevamos tiempo, ¿no crees que pueda llegar ya tu hijo?”

- Carmelo: “Creo que no, pero no estoy seguro… de todas formas no importa”

- Rolando: “¿Cómo que no importa?”

- Carmelo: “Sí Rolando no importa que llegue… mira desde antes de la muerte de mi mujer Alex se acercó mucho a mí, le afectó mucho su enfermedad y se refugiaba en mí, por supuesto yo le di todo el apoyo posible… en fin que nos convertimos casi en uno sólo, ya no era sólo su padre sino su amigo… me lo contaba todo… pero todo es todo… y cuando tenía 13 o 14 años, recién fallecida mi mujer, me confesó que le gustaban los tíos… y que quieres que te diga… me sentí en la obligación de franquearme también yo con él… le conté todo, todo, hasta que me gustaba que me dieran por el culo… fue una conversación bastante larga y también le dije que no buscaría ninguna mujer más… le dije que cuando quisiera podía traer a quien quiera a casa, me dio las gracias pero me dijo que aún era virgen y que lo aceptaba si yo hiciera lo mismo. En fin, que los dos traemos a cualquier macho. Y así fue, no sólo me ha visto a mí con un tío en mi habitación, yo también le visto a él… porque aunque en el momento de la conversación aún era virgen eso duró poco. Además me lo contaba todo, lo que hacía en casa y fuera de casa, si el tío tenía la polla grande, si a ese le gustaba más esto o aquello…”

- Rolando: “Me quedo con la boca abierta, nunca he sabido de nada parecido, ni siquiera me lo podía imaginar, porque una cosa saberte una puta y otra ese desparpajo”

- Carmelo: “¿Te molesta ese desparpajo?”

- Rolando: “Me asombra, no me molesta… incluso al revés, le veo su morbo”

- Carmelo: “Pues nada entonces nos duchamos y vamos a relajarnos, nos sentarnos en el salón a tomar algo, le esperamos y así lo conoces”

Y así lo hicieron. Se sentaron a medio vestir, había calor, Rolando con sus calzoncillos tipo bóxers y Carmelo se puso un slip bastante pequeño que le cubría bien la polla y los huevos pero que dejaba una buena parte de sus nalgas al aire, aunque ambos estaban satisfechos y que estaba claro que no iban a volver a follar, Carmelo quería seguir en su rol de putona, calentorra.

Estaban en la segunda ronda de cerveza cuando sienten el sonido de la cerradura. Carmelo se levanta y va al recibidor. Desde la posición en la que estaba sentado a Rolando no se le distinguía desde la entrada, se le veía sólo la cabeza por detrás.

- Carmelo: “Nene, he tenido visita, ya sabes… bueno tenemos visita porque aún no se ha ido”

- Alex: “Bien papá, ¿la pasaste bien?”

- Carmelo: “Muy bien... pero no se trata de uno más… ¿recuerdas que te conté sobre mi primera vez? es el cabrón que me desvirgó el culo a los 14 años”

- Alex: “¿Y te gustó que volviera a dar otra vez?”

- Carmelo: “Me encantó Alex, ahora mismo estoy como en una nube”

- Alex: “Me alegro mucho papá… bueno pasemos y preséntamelo”

Y así lo hicieron. Carmelo iba delante y al acercarse a Rolando, antes de llegar comienza a hablar.

- Carmelo: “Alex, éste es Rolando, Rolando, éste es mi hijo”

Rolando se puso de pie y se dio la vuelta con la mano extendida. En ese momento se miran sorprendidos el uno al otro. Hubo unos poquísimos segundos de impasse. Fue Alex quien rompió el silencio.

- Alex: “Papá, es que Rolando y yo ya nos conocemos”

- Carmelo: “¿Cómo?”

- Alex: “¿No recuerdas que hará dos semanas te dije que había estado con un machote con una polla grande y gorda… que me dolió… que me pareció que me habían desvirgado otra vez?”

- Carmelo: “Sí hijo… aunque no te hice mucho caso en eso de la tremenda polla, a veces eres muy exagerado”

- Alex: “¿Ah sí? Pues a ver si ahora me dices si este macho no tiene todo un pollón”

- Carmelo: “Claro que la tiene, aparte de que me la acaba de meter, esa polla la conozco muy bien, date cuenta que es la polla que le reventó el culo a tu padre cuando aún era un chiquillo”

- Rolando: “Bueno yo no sé ni que decir… me he quedado en una pieza… Alex tu padre me acababa de explicar la forma en que se relacionan vosotros pero no me podía ni imaginar esto… casi me arrepiento de haberme follado a tu hijo Carmelo”

- Alex: “¿Arrepentirte por qué? ¿me obligaste a algo o qué?”

- Rolando: “No, claro”

- Carmelo: “Rolando, hace nada me estabas diciendo que yo era toda una puta y casi estoy seguro que lo mismo le dijiste a Alex cuando te lo estabas clavando hace unas semanas… entonces lo único que tienes que pensar que los dos somos un par de putas, que los dos disfrutamos por el culo, con machotes como tú y que no tenemos problemas entre nosotros… y si yo que soy su padre y él que es mi hijo no tenemos problemas ¿por qué lo vas a tener tú?”

- Rolando: “Lógica aplastante, no puedo decir nada… además reconozco que he disfrutado mucho con ese par de culos… Alex has heredado el culazo de tu padre… ¡qué par de culos tenéis los dos!”

- Carmelo: “Así me gustas más Rolando, en modo cabronazo, no en ese otro modo culposo, los tres tenemos que disfrutar y hacer lo que nos gusta… ya bastante tuve yo con el tiempo que estuve casado deseando cosas que no hacía”

- Alex: “Por mí, si ahora mismo quieres mi culo, aquí me tienes, encantado con que me vuelvas a clavar ese pedazo de herramienta que tienes”

- Rolando: “Ahora no chavalín, que tu padre me ha dejado los cojones bien vacíos, me ha dejado seco… pero si quieres regreso mañana y les hago otra visita”

- Carmelo: “Esta casa estará siempre abierta para ti Rolando, eres mi primer hombre y eso te da derechos… y por lo que veo no sólo me vas a tener a mí, vas a tener dos culos a tu disposición… no me jodas, no me digas que no te da morbo poder darle por el culo a un padre y a su hijo… con barra libre cabronazo”

- Rolando: “¡Cojones sí!… pero sigo impresionado del par de putas que sois los dos”

- Carmelo: “¡Pues aprovéchate cabrón!”

- Rolando: “Ahora mejor me marcho, ya mañana regreso a reventarle el culo a tu hijo Carmelo, pero tú prepárate también por si acaso, que me gusta no planear cosas, prefiero improvisar”

- Carmelo: “Tienes mi consentimiento para que le revientes el culo a mi hijo todo lo que quieras… y para reventarme el mío también, lo que quieras, aquí en esta casa tienes dos culos y como dijiste dos putas”

Rolando se machó a su casa, cenó y luego durmió espléndidamente. Al otro día no tenía que trabajar pero tenía que descansar para poder darles a esas dos putas lo que esperaban de él.

El Padre, el Hijo y Rolando - II

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