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El Padre, el Hijo y Rolando VI

Escrito por: CUBASTURIAS

- Carmelo: “Nene, ¿me acompañas a comprar unos zapatos?... es que el otro día se lo prometí a Rolando… además tienen que servir para los dos”

- Alex: “Papá, es mejor comprarlos por internet… las tallas grandes casi no las hay en tienda… mi talla todavía pero la tuya… además yo puedo usar de tu talla aunque me queden un poco grandes”

- Carmelo: “Pues yo no sé mucho cómo hacerlo”

- Alex: “Vamos a mi ordenador y los escogemos juntos… ¿qué colores tienes en mente?

Ya estando los dos delante del ordenador Alex entra en una página famosa de compras, empieza la búsqueda y le empieza a señalar.

- Carmelo: “Negros seguro… rojos tenemos unos pero otros de tu talla y más tacón… luego no sé, también dime tú”

- Alex: “A ver si hay alguno dorado… mira estos son dorados y abiertos, se sujetan por el tobillo y por una cinta más arriba de los dedos que los deja afuera… y por supuesto unos rosados para que jueguen con la tanga que me regaló Rolando… pero además podríamos comprar medias… mira las de red son más de puta… y mejor de las que son hasta por encima de las rodillas, las panty mejor no… porque seguro que nos la va a clavar con ellas puestas”

- Carmelo: “Alex, vas muy rápido… y esos abiertos que me dijiste se los ponen las mujeres con las uñas pintadas”

- Alex: “Si oigo la más mínima sugerencia por parte de Rolando, me las pinto… y ni siquiera me quito la pintura… iría incluso a la universidad… al final nadie verá que las tengo pintadas”

- Carmelo: “¿Entonces para qué?”

- Alex: “A mí me daría morbo ir con las uñas pintadas a la universidad porque mi macho lo ha querido… aunque nadie me las vea… yo lo sabría jajaja… mira papá… ¿qué te parecen estas minifalditas apretadas de brillo?... podríamos comprar la dorada y la plateada… así podríamos estar las dos conjuntadas y a la vez distintas”

- Carmelo: “Voy a tener que darle la razón a Rolando de que me has salido más puta que yo”

- Alex: “Sí papá y más que quiero serlo… creo que te llevo ventaja”

- Carmelo: “Recuerda que yo empecé a los 14”

- Alex: “Sí, pero luego mucho tiempo sin nada… eso no me va a pasar a mí”

- Carmelo: “Ni yo te lo deseo”

Al final compraron unos negros y unos rojos, ambos cerrados de mucho tacón, unos rosados también de tacón y los dorados abiertos. Además compraron las dos minifaldas y cuatro pares de medias de red, dos pares negros, unos blancos, otros rojos y otros dos pares más, también negros, clásicas pero con una liga de encajes, muy elegantes.

Días después, Rolando estaba solo en casa leyendo un libro, cuando suena el timbre, sube un repartidor con tres paquetes, dos grandes y uno más pequeño. Preguntan por Carmelo y él le responde que no está, pero que lo puede dejar con él.

- Rolando (llamando por el móvil a Carmelo): “Hola Carmelo, te llamo porque han llegado tres paquetes a nombre tuyo, no sabía que habías comprado algo”

- Carmelo: “Bueno los compré con Alex, ya sabes, yo de comprar por internet no soy muy ducho… pero ábrelos”

- Rolando: “No, ya los abrirás tú cuando llegues”

- Carmelo: “Ábrelos, si es que son para ti, bueno en realidad no son para ti… más exactamente para tu disfrute”

- Rolando: “Esto ya me huele a queso… bueno los abriré, chao”

Rolando los abre, aunque recordó que Carmelo le había preguntado que si le gustaban los tacones y que compraría otros, no pensó que lo fuera a hacer.

- Rolando (llamando otra vez a Carmelo): “¡Maricón!… ya veo como tenéis de asumido que sois tremendas putas”

- Carmelo: “Claro que lo somos mi macho… ¿te ha gustado todo?”

- Rolando: “Mucho, muchísimo, ya me imagino a las dos con estos taconazos revoloteando por el salón mientras les miro el culo y me pajeo… pero ya sabes no voy a dejar que tarden en usarlos, hoy mismo vais a estrenar por lo menos parte de todo esto… así que cuando regreses a casa ya sabes lo que va a suceder… a la puta de tu hija, que estoy seguro que fue la que los seleccionó, no la voy a llamar, no vaya a ser que esté en medio de una clase, pero le voy a mandar un whatsapp para que sepa que lo que les toca… ¿a qué hora crees que llegue a casa hoy?”

- Carmelo: “Sobre las 6 de la tarde”

- Rolando: “¿Y tú puta?”

- Carmelo: “Más o menos a la misma hora”

- Rolando: “Pues ponte de acuerdo con ella para que pase por ti y así me llegan a casa juntas… porque si llega una primero no me voy a poder aguantar y esperar por la otra”

- Carmelo: “No hay problemas mi macho, llegaremos juntas”

Durante las horas que faltaban para que llegaran Carmelo y Alex, Rolando recordó que no hacía mucho se había encontrado con un amigo chef de un restaurante de alta cocina.

Ésta fue la conversación que tuvieron:

- Mauro: “Hola Rolando, ¿qué tal estás?

- Rolando: “¡Ey Mauro, cuánto tiempo!... yo bien, ¿y tú? ¿sigues en aquel restaurante?”

- Mauro: “¡Qué va! hace dos años que me jubilé”

- Rolando: “¿No me digas? pensé que nunca lo harías… con lo fan que eres de cocinar y lo bueno que eres…”

- Mauro: “Bueno, tengo que decirte que no he dejado de cocinar… mira, como se han puesto de moda las azoteas y yo vivo en un ático se me ocurrió hacer cenas… pero no es nada oficial… es algo sólo para los amigos y los conocidos… que por trabajar allí me conoce mucha gente… entonces les monto una cena al aire libre con todas las de la ley, manteles, servilletas de tela, copas, champán… nada copioso, yo diría que más bien una cena frugal pero elegante… sólo los viernes o los sábados… y cuando hay buen tiempo… con una vez a la semana me vale para satisfacer mi vocación y mi ego… además en casa tengo más libertad para preparar mis platos”

- Rolando: “Me haces la boca agua… espero estar entre esos amigos que te pueden pedir una cita”

- Mauro: “Por supuesto, toma mi tarjeta, ahí tienes mi número, me llamas y nos ponemos de acuerdo, en cuantos estás pensando”

- Rolando: “Seríamos sólo tres, yo y dos maricas que les estoy dando y que son padre e hijo, vivimos juntos los tres”

- Mauro: “¡Cojones Rolando! siempre te he tenido como un cabronazo… pero estar con padre e hijo a la vez… ya me está dando morbo y ganas de conocerlos”

- Rolando: “Pues no tardaré en llamarte, ahora marcho, llevo algo de prisa”

-o-

Al recordar todo esto, Rolando cambia de parecer y en vez de follárselas de inmediato, pensó en qué mejor que estrenar ropita en una cena romántica, al aire libre e intima a la vez. Lástima, porque se dio cuenta de que para el mismo día habría prácticamente cero de probabilidad de que Mauro aceptara que fueran. De todas maneras decidió llamarle, el diablo son las cosas y si no, pues le pediría vez para otro fin de semana.

- Rolando (llamándole por teléfono): “Hola Mauro, ¿qué tal?”

- Mauro: “Bien, bien, y tú tío ¿qué tal vas? ¿sigues con aquel par que me contaste?”

- Rolando: “Bien también… y sí sigo igual y espero que no cambie la cosa… oye precisamente en relación a eso te llamé… a ver, me parece imposible… pero quería llevarlas hoy a cenar a lo que tienes montado en tu casa… y bueno si no puede ser pues para otro fin de semana…”

- Mauro: “¿Algún aniversario o algo que se te ha pasado, que se te ha olvidado?”

- Rolando: “No, nada de eso, a ver te explico… resulta que las zorras compraron ropita por internet… yo no tenía ni idea… y resulta que estando solo en casa llegó el repartidor, luego abrí el paquete y no veas… varios pares de tacones, medias, minifaldas… en fin que se me ocurrió que lo mejor sería sacarlas a cenar… sé que les gustará mucho porque tu comida es excelente”

- Mauro: “Pues estás de suerte… bueno tanto tú como yo… hace una hora me llamaron para cancelar, por un infarto tío… y lo tengo todo preparado. Eso sí, normalmente me pongo de acuerdo con el cliente de lo que quieren comer… no preparo muchos platos alternativos… no se puede, es sólo una mesa… y lo que tengo es coctel de langosta, redondo de ternera y de postre coulant de chocolate con helado de mandarina”

- Rolando: “Ese menú es más que perfecto, yo diría que mejor que lo que yo te hubiera sugerido… además sé que todo estará riquísimo”

- Mauro: “Pues a qué hora queréis venir”

- Rolando: “Pues me gustaría llegar pronto, así conversamos un rato, nos tomamos algo antes de cenar… no sé, si te parece bien llegar a las 8 más o menos y cenar a las 9”

- Mauro: “Hecho”

- Rolando: “Una última pregunta Mauro… a ver, tengo un plan con ellas… quiero hacerlas cenar con camisa de mangas largas, como corresponde a una cena de tu categoría… pero para abajo, las quiero con tangas, medias, tacones y minifaldas… primero no sé si eso se pueda… es que no sé cómo es tu ático.. si los vecinos pueden ver…”

- Mauro: “Sin problemas, no hay vecinos que alcancen a ver, mi edificio es más alto que los que me rodean”

- Rolando: “ Y una última cosa, ¿podrán cambiarse en tu habitación?... es que tampoco es para sacarlas de casa vestidas de puta… ni tampoco para que las vean llegar así por tu barrio”

- Mauro: “Por supuesto, dispondrán de mi habitación y mi baño para cambiarse… cabrón… ¿sabes que me está dando curiosidad ver como las tratas?”

- Rolando: “Te asombrarás más de ver como ellas me tratan a mí”

Rolando escogió lo que se podría cada uno. Alex se pondría los tacones dorados y abiertos, medias de red rojas, tanga también rojas y la minifalda dorada, Carmelo iría con tacones negros cerrados, medias y tangas también negras y la minifalda plateada. Buscó un maletín y metió todo eso dentro. También metió un tubo de gel par el pelo de efecto mojado. Luego miró en los armarios y seleccionó las camisas, los pantalones y los zapatos que se pondrían los tres. No tenían importancia los pantalones y zapatos que se pusieran Carmelo y Alex pero algo tendrían que ponerse para llegar. Luego bajó y puso el maletín en el maletero del coche.

A las 6 en punto de la tarde llegaron Carmelo y Alex.

- Rolando: “Hola zorras… cambio total de planes, las dos directo a la ducha, no me las voy a follar ahora… las voy a llevar a cenar”

- Carmelo (sorprendido): “Pero es temprano… hay tiempo ¿no?”

- Rolando: “Estamos bien de tiempo pero tampoco nos sobra, aunque la cena es a las 9 tenemos que llegar a las 8 para tomar algo antes”

- Carmelo: “Pensaba depilarme hoy”

- Rolando: “Eso no está nada mal, no me gustan las mujeres peludas… les da tiempo, métanse las dos ya mismo, se ayudan a depilarse la una a la otra y se duchan… creo las cremas que usan sólo necesitan de 5 o 10 minutos”

- Alex: “Creo que tendría que planchar el pantalón que voy a llevar”

- Rolando: “Ni hablar de eso, ya yo estuve mirando la ropa que vais a llevar”

- Alex: “Macho es que voy a parecer una cualquiera”

- Rolando: “¿Y qué te crees que eres?”

- Alex: “Jajaja, es verdad machote”

Salieron del baño y Rolando les acompaña, primero a la habitación de Carmelo.

- Rolando: “Te vas a poner esta camisa, creo que es la mejor que tienes… este pantalón y estos zapatos”

- Carmelo: “Mejor estos otros, si no te importa”

- Rolando: “Da igual, ponte los que quieras”

Carmelo se queda vistiéndose y los otros dos se van a la habitación de Alex.

- Rolando: “Tú te pondrás esta camisa, estos pantalones y estos zapatos”

- Alex: “Esos son los pantalones que te dije que tenía que planchar, están lavados pero no me ha dado tiempo a plancharlos”

- Rolando: “Ni una palabra más, te los pones tal cual”

- Alex: “¡Ay pero mi macho!”

- Rolando: “Te he dicho que ni una palabra más, ¿es que no me escuchas o qué?”

- Alex: “Sí, sí, como digas”

A las 7 ya estaban los tres listos y bajan a buscar el coche. Rolando se pone al volante y empiezan a circular por las calles. A todas estas ni Carmelo ni Alex tenían la más remota idea de a dónde iban. Rolando encuentra aparcamiento no muy lejos de la casa de Mauro. Sale del coche, abre el maletero y coge el maletín.

- Alex: “¿Y vamos a ir al restaurante con un maletín?”

- Rolando (sonriendo): “El chef es un amigo mío… son cosas nuestras”

Llegan a la puerta del edificio. Rolando presiona el botón del telefonillo.

- Carmelo: “Esto no tiene pinta de restaurante”

- Alex: “Papá, quizás sea una azotea, se han puesto de moda”

- Rolando (sonriendo): “Nena, has dado en el clavo”

Subieron hasta el último piso que marcaba el ascensor. Era un ático-dúplex, originalmente constaba de un amplio salón comedor, cocina, dos habitaciones, un baño y por una escalera se subía a otra habitación muy amplia, con baño, a nivel de la azotea. Pero al jubilarse Mauro había hecho reformas y había dividido esa habitación para hacerse con otra cocina para las cenas en azotea.

- Mauro: “Buenas noches, bienvenidos”

- Rolando: “Este es Mauro, un muy buen amigo mío y excelente chef… y estás son las dos putas, padre e hijo, con las que te dije que vivo… son Carmelo y Alex aunque yo muchas veces las llamo Carmela y Alexa”

- Mauro: “¿Y yo como debo de llamarles?”

- Rolando: “Tú mismo te darás cuenta cuando les permitas pasar y adecentarse”

- Mauro: “Pues subamos, lleva el maletín contigo, vamos todos… arriba hay otra habitación”

A Alex le llamó la atención al oír eso de “adecentarse” pero ni él ni Carmelo dijeron una palabra. Al llegar vieron la mesa puesta con todo. La noche, la temperatura y la imagen de las luces de la ciudad eran perfectas.

- Alex: "¡Qué maravilla!... gracias Rolando”

- Rolando: “Por nada mi nena”

- Carmelo: “¿Nos sentamos ya a la mesa?”

- Rolando: “No… ahora tú y Alex tienen que cambiarse”

- Carmelo: “¿Cómo?”

- Rolando: “Mauro tiene la gentileza de ofrecerles la habitación, y el baño si lo necesitan, para ponerse guapas… se ponen lo que está en el maletín, las camisas se las dejan pero por debajo, tú Carmela, te pondrás la minifalda plateada, tanga, medias y tacones negros… y tú Alexa, te pones la minifalda dorada, las tangas y medias rojas, y los zapatos dorados abiertos… además también hay un tubo de gel efecto mojado para el pelo, échense bastante las dos”

- Alex: “¡Ahora caigo! por eso me decías que daba igual como estuvieran los pantalones”

- Mauro: “Es increíble como las manejas, como las tratas, siempre he pensado que eras un poco cabronazo… pero así no te había visto nunca”

- Rolando: “Bueno, mientras ellas se cambian podemos tomarnos algo tú y yo”

- Mauro: “Sí claro, pero para eso vamos para esas dos sillas que están allí porque luego, cuando paséis a la mesa, yo me pongo en modo chef, me ocupo de la comida, de servirles y aunque sea amigo tuyo sigo con la ética de dejarle su espacio a los comensales…. y no sólo por ti… Carmelo y Alex se sentirán seguramente más a gusto si, como debe hacer un camarero, parezco como desaparecido a la vez que atento a cualquier cosa que necesitéis… la intimidad es gran parte del éxito de estás cenas que ofrezco… ¿qué quieres tomar?... para la cena como te dije tendrán champán pero ahora para tomar como amigos lo que quieras”

- Rolando: “Cómo veas… no sé, un “whisky at the rocks”, ¿qué te parece?”

- Mauro: “Perfecto, voy y vuelvo”

Mauro regresa enseguida con los dos vasos con whisky. Al rato, Carmelo y Alex, ya vestidos como putas, se les acercan cuando aún Mauro y Rolando no habían terminado sus bebidas.

- Carmelo: “Ya estamos”

- Rolando: “Pero aún nosotros no hemos terminado… mientras nos terminamos el whisky quiero verlas caminar, taconear por toda la azotea, pueden mirar a un lado y al otro, que están muy bien las vistas desde aquí… pero todo en modo putas, contorneando las caderas… y tú Carmelo fíjate como taconea tu hija… que lo hace mejor que cualquier mujer y cualquier puta”

Y aunque lo hacían por cumplir órdenes, el caminar de un lado para el otro, en tacones y vestidas les gustó, les gustó mucho. Estaban al aire libre, nunca habían estado vestidas como zorras a la intemperie. Además sabían que el macho no las perdía de vista, que se daba un sorbo, le decía alguna frase a Mauro, pero enseguida volvía a mirarlas. Los dos se sentían hembras muy deseadas y eso era lo que más querían. La vergüenza que sintieron al principio con Mauro no les duró mucho, sabían que incluso antes de llegar ya el chef sabía que eran las putas de Rolando, entonces para qué cortarse, si ya saben que eres puta mejor ser una buena puta y se pusieron a mover mucho las nalgas al caminar. Al poco Rolando las llamó.

- Rolando: “Venid putas, a la mesa ya”

Se sentaron los tres a la mesa. Mauro como le había dicho antes a Rolando se convirtió automáticamente en una sombra, se les acercaba, les servía y desaparecía, pero en cuanto había una copa vacía reaparecía como por arte de magia y la llenaba con más champán.

- Carmelo: “¡Qué bueno estaba ese coctel de langosta! es el mejor que me he comido en mi vida”

- Alex: “Sí papá y el redondo también, ¿viste lo buena que estaba la salsa?”

- Carmelo: “Sí, todo riquísimo”

- Rolando: “Es un gran chef, ya se los dije antes”

- Carmelo: “Y con clase… vestido con uniforme impoluto sin importarle que este ambiente no es el de un restaurante”

- Rolando: “Aquí, cada cual se tiene que vestir como le corresponde”

- Carmelo (sonriéndole): “Sí, nosotras como un par de putas, tú como un hombre, a propósito, estás muy elegante, y Mauro como todo un profesional”

- Alex: “A mí me ha gustado mucho que me hayas escogido para hoy estos zapatos de tacón abiertos”

- Rolando: “Es que tienes los pies muy bonitos nena”

- Alex: “Gracias papi”

- Carmelo: “¿Sabes lo que estoy pensando, Rolando?”

- Rolando: “Dime”

- Carmelo: “Que la primera vez que me follaste lo hiciste al aire libre y ahora me trajiste a comer vestida de puta, también al aire libre… y me ha gustado, poder estar al aire libre vestida de puta me gusta, me hace sentir más libre… te lo agradezco”

Y cuando le dice eso lleva su mano por debajo de la mesa hasta la pierna de Rolando, la mueve por su pierna hasta llegar a su paquete.

- Rolando: “Deja eso para más tarde o para mañana”

- Carmelo: “Es sólo que me has impresionado con esta cena a la que nos has traído”

Se estaban terminando el postre cuando Rolando estimó que era el momento adecuado para hablarles.

- Rolando: “Ahora quiero que me escuchen, quiero decirles algo”

Tanto Alex como Carmelo levantan la cabeza y le miran fijamente, ambos detectaron inmediatamente que quería hablarles en serio.

- Rolando: “El que esta cena la haya improvisado hoy mismo fue por haber visto todo lo que compraron… pero ya la tenía pensado desde antes, incluso antes de que me reencontrara con mi amigo Mauro y me explicara las cenas que ofrecía…”

Se toma una pausa, bebe un poco y prosigue.

- Rolando: “Quería celebrar con vosotros varias cosas. Lo primero, agradecerles como me han cambiado la vida, lo bien que me siento con vosotros y cómo me tratan… en mi vida me he sentido mejor y más en familia que ahora… Lo segundo, y mucho más importante que lo primero, es festejar los resultados negativos de las pruebas de Carmelo tras tiempo de seguimiento. En aquellos momentos aunque tenía que guardar el tipo por ti y por tu hijo, me sentía muy mal por dentro…Y lo tercero, las altísimas calificaciones que ha logrado Alex en la universidad, lo que demuestra que además de muy inteligente… eso ya lo sabíamos… es un chico cumplidor, que nos demuestra que se puede ser como se quiera sexualmente y ser responsable en lo que respecta a la vida estudiantil y familiar… porque Alex, tú adoras a tu padre…aún no se me quita de la cabeza como te pusiste cuando le hospitalizaron… tu padre tiene que estar más que orgulloso de ti… quiero que brindemos por todo eso”

Rolando se pone de pie para brindar, Carmelo y Alex se levantan simultáneamente y sin pensárselo, se le acercaron y le dieron sendos abrazos. Luego volvieron a su sitio y los tres levantaron sus copas.

Mauro lo oyó y lo vio todo desde donde estaba. Se dio cuenta de que aunque dos de los tres estaban vestidos de zorra, cuando había tanta sinceridad, tanta verdad, no se les veía en nada ridículos.

FIN DE LA SERIE.

El Padre, el Hijo y Rolando VI

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