Contenido 18+

18+ significa contenido Adulto. La vista del contenido en esta comunidad podría no ser adecuada en algunas situaciones.

Las publicaciones de esta página pueden contener imágenes, referencias o historias explícitas.

El mulato

Escrito por: amets

Era un bar que tenía cuarto oscuro. Hacía días que no me comía una buena polla y me decidí a visitar uno. Normalmente cuando acudía a uno de esos bares salía igual como había entrado, sin haber conseguido mi propósito. Entré y me senté en la barra a tomar una cerveza. Estando allí sentado me fijé que al final de la barra había un mulato, guapo, alto de metro ochenta más o menos, cabeza rapada, con una camiseta de tirantes, mostrando pectorales bien definidos y anchos brazos musculosos. Me llamó la atención y lo observé con atención. Al poco rato desapareció y pensé que se había ido. Entré al cuarto oscuro a ver que podía encontrar para alegrarme la noche. Me senté en un taburete con la espalda apoyada en la pared. Observé que en la cabina que estaba al frente algo se movía, pero no llegaba a averiguar si había alguien dentro o no. De repente la puerta se abrió y desde dentro, el mulato se sacó la polla y se masturbaba mirándome a la cara. Entendí el mensaje y me dirigí hacia la cabina. Entré y cerré la puerta detrás de mí. Quería arrodillarme para comerme ese pedazo de pollón, pero sentí una mano que me levantaba y me llevaba la cara a la altura de los pezones. Estaban erizados, grandes, duros, erectos y deliciosos para una buena chupada. Me esmeré en hacerle un buen trabajo de pezones y sólo oír jadear al mulato diciendo qué rico, papi, sigue, cómete esos ricos pezones. Después de un buen rato, la misma mano me deslizó por su cuerpo y llevó la boca hasta su bajo vientre. Allí me esperaba una tranca de cuidado. Al principio me costó un poco meterme esa polla entera en la boca, pero abrí bien la boca y me la introduje hasta el fondo. Noté un resoplido en el mulato. Qué rico papi, trágatela entera, papito. Me amarró la cabeza y me la bombeaba contra su polla haciéndome entrar cada vez más a fondo. Poco a poco la velocidad se iba incrementado. Quería conseguir que se corriera en mi boca, pero antes de lograrlo, me volvió a coger la cabeza y me la llevó a la altura de los pezones para hacerle un nuevo trabajo. Los tenía aún excitados, en punta. Los mordí ligeramente y noté que se estremeció de placer mientras no paraba de masturbarse. Su mano me llevó hacia arriba, aplastando mi boca contra su axila. Chupa el sobaco, perra. Se nota que te gusta, chupa bien, lame el sudor y absorbe su olor, puta. Me estaba excitando tanto que alargué el cuello y le chupé su cuello y volví de nuevo al sobaco. Desgraciadamente no estaba para nada sudado y tenía un sabor exquisito. Aunque hubiera sido mejor más sudado y oloroso. Bajé de nuevo la cara hasta llegar a su pezón izquierdo. Ahora estaba loco con mi lengua lamiendo y chupando su pezón. Alargué el cuello y le lamí el derecho. Estaba jadeando de placer. Se notaba que le gustaba. Mientras estaba gozando con la comida de pezones, se bajó los pantalones y el calzoncillo y se quedó totalmente desnudo. En la penumbra se distinguía un cuerpo de muerte. Bajé la boca lentamente por ese cuerpo lamiendo cada centímetro hasta llegar a su polla de nuevo. Bajé a los huevos y me los comí enteros. No me cabían en la boca, eran enormes, pero les hice una lamida que se retorcía de placer. Volví a subir y me metí su pollón entero en la boca hasta el fondo. Me la sacó y me dirigió la boca a sus huevos. Eran enormes y estaban bien repletos. Intenté llenarme la boca con ellos, pero no cabían ambos. Eran enormes. Se los chupé con deleite. Me subió de nuevo la cabeza a la altura de sus axilas y aplastándome contra ellas me susurró al oído chúpame bien perra. Tardó poco en cogerme de nuevo por el cuello y volteándome me dijo, bájate los pantalones que te voy a follar, puta. No, le dije. No te preocupes, tengo condón y te lo haré bien. No te hará daño, vas a gozar bien puta. No, le repetí, hoy no. ¿No quieres que te folle, puta? si es lo que deseas, ¿no deseas tener ese rabaco en tu culo, perro? Ya te he dicho que hoy no, si quieres quedamos otro día. No, me dijo muy enfadado. Abrió la puerta y me echó fuera de la cabina.

El mulato

Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.

Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como amets.

Con Xtudr, puedes:

- Crear un perfil con fotos y preferencias.

- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.

- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.

- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.

- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.

Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.

https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/41190-el-mulato