El Padrastro 5

Una aparatosa tormenta se desata en el rancho, el viento empuja con fuerza ventanas y puertas, Rubén sale del baño a toda prisa para cerrar la ventana de su cuarto se sienta unos minutos en su cama desnudo para ver la lluvia. Se va la luz.

Lázaro sale del baño detrás de él, el clima se ha vuelto frío dentro de la casa, pero Lázaro se pone su camisa y le advierte- tengo que salir a revisar algunas cosas-

-Pero mi pañal- le dice Rubén en un tono casi de súplica

-Recuéstate- le dice sonriendo Lázaro y Rubén obedece. Las manos de Lázaro al untarle el talco lo ponen caliente aunque la jaula no le permite sentir una erección con libertad…

- Cena hijo- le dice Lázaro en un tono cariñoso- dejé una sopa caliente en la estufa y un guisado.

Después de ponerse sus botas Lázaro sale a mitad de la tremenda tormenta. Rubén recién bañado baja vistiendo únicamente su pañal y se sirve la cena.

Mientras lava los platos siente una fuerte necesidad de mear… esta vez se queda quieto y se permite orinar ahí, en la cocina… la sensación es extraña, poco a poco percibe como el pañal va aumentando de tamaño y se toca las piernas con nervios para asegurarse de que nada escurra fuera de él.

Con el pañal cargado sube las escaleras y se tira en la cama apagando la luz…

Afuera en la ventana los rayos alumbran copiosamente el campo azotado por la tempestad, la lluvia lo arrulla, se queda dormido.

En algún momento de la noche Lázaro entra a su cuarto y Rubén despierta, mira a Lázaro empapado en el marco de la puerta sosteniendo un candelabro con una vela encendida - solo venía a ver que estuvieras bien hijo- le dice Lázaro

-Estoy bien- le dice acomodándose en la cama y cubriendo su cuerpo desnudo con la sábana delgada

-Tengo que revisarte el pañal- dice Lázaro en un gesto paternal, Rubén se abre de piernas y permite que Lázaro se de cuenta de que lo tiene mojado… se lo cambia siguiendo el mismo procedimiento.

Rubén le mira el rostro mientras Lázaro lo viste, está empapado y lleno de lodo, se nota que ha estado trabajando y eso lo hace ver a sus ojos más viril, más grande y más fuerte.

-Buenas noches hijo- le dice Lázaro antes de salir, Rubén abre sus ojos azules grandes unos segundos y luego grita- ¡papá!- es la primera vez que lo llama así, algo dentro de él se estremece al llamarlo de esa manera

Lázaro vuelve al cuarto - tengo miedo- le dice - ¿puedes revisar si no hay monstruos debajo de la cama?- Lázaro adopta una actitud paternal, se acerca a la cama, pone el candelabro sobre el buró y se agacha a ver debajo de la cama

-Listo, no hay monstruos debajo de tu cama Rubén- le dice antes de darle un beso en la frente- descansa.

Lázaro toma la vela y camina hacia afuera del cuarto - papá- vuelve a llamarlo Rubén, Lázaro regresa - ¿puedes quedarte conmigo hasta que me duerma?-

Lázaro vuelve a dejar la vela sobre la cama, la tormenta arrecia afuera, se para junto a la cama, Rubén le hace un espacio en la cama - acuéstate conmigo papá, por favor- le dice mirándolo con ojos suplicantes

-Estoy empapado- le dice Lázaro mostrándole el cuerpo escurriendo agua

-Sécate y acuéstate conmigo- le pide Rubén. Lázaro deja la vela nuevamente en el buró y se quita la camisa.

Esta vez Rubén no pierde detalle de sus pechos anchos, grandes y redondos, su abdomen plano y musculoso, sus brazos gruesos y fornidos.

Se quita el pantalón dejando ver con la poca luz que da la vela sus piernas gruesas, musculosas, varoniles y peludas, lo mira sentarse en la cama para quitarse las botas, mira su espalda ancha, fuerte, mientras se agacha a quitárselas.

Luego lo mira levantarse y observa sus glúteos redondos y gigantes a través de la trusa azul marino que tiene puesta. Lázaro se quita la trusa, es la primera vez que Rubén mira sus nalgas desnudo, son tan grandes y peludas como las ha imaginado muchas veces.

Lázaro se gira y Rubén observa su verga flácida, alargada y puntiaguda , con el glande rosado en la punta; mientras tanto Lázaro usa la playera que traía puesta para secarse la espalda y la cabeza…

Desnudo y aún húmedo se acuesta junto a Rubén que levanta la sábana para que se acomode dentro de ella, y una vez que Lázaro está acostado, Rubén descansa su cabeza en sus pechos enormes y peludos. Lázaro lo abraza por los hombros en actitud paternal.

-Duérmete, que papá tiene todavía cosas que hacer- le dice a Rubén que cierra los ojos. Los dos hombres permanecen ahí, acostados y desnudos bajo la luz de la vela en medio del escándalo que produce la lluvia afuera de la casa…

-Papá. Me duele el cuerpo- le dice Rubén, Lázaro se queda unos segundos en silencio, luego se incorpora ¿en dónde te duele?- le pregunta poniéndose de pie, Rubén le señala una marca colorada que tiene en el lomo, debajo del cuello, fruto de uno de los azotes que le dió en la tarde.

Lazaro le empuja suavemente la nuca para que se recueste en la cama y se arrodilla junto a él, le besa dulcemente tres veces en donde tiene la marca -¿mejor?-

-Si Papá- responde Rubén- también me duele aquí- le dice señalando otra marca en la espalda debajo de su omóplato, Lázaro la besa - y aquí- le dice señalando más abajo otra marca, Lázaro la besa.

El hombre moreno mira la espalda buscando más marcas, las besa con dulzura, con ternura, el camino de las marcas lo va llevando a las nalgas de Rubén, con sus manos fuertes y tensando los bíceps rasga el pañal y deja expuestos los glúteos lampiños de Rubén que tienen aún el talco embarrado, le da un beso en el glúteo derecho, luego más abajo, luego sube a la parte de arriba del derecho, son besos suaves, secos, con los labios, se sigue por las nalgas hasta llegar a las piernas, se las besa…

Lázaro extiende la mano y toma la vela, dirige unos chorros de cera en el centro de la espalda de Rubén, Rubén gime de dolor despacio, muy quedo - shhhh- tranquilo, papá está contigo- le dice y dejando la vela nuevamente sobre el buró le besa sobre la cera endurecida en su espalda.

Vuelve a tomar la vela y le tira cera en la espalda baja- ahhhh ahhhhhh papá ahhh- se queja Rubén, Lázaro le acaricia la cabeza para calmarlo y luego acerca sus labios a su cuerpo y le besa los lugares a donde cayó la cera

Lázaro deja la vela en el buró y toma su playera empapada, la pasa por las nalgas de Rubén y el agua en la camiseta le quita el talco, luego coge la vela y le tira cera en los glúteos, Rubén se agita un poco sobre la cama, en una mezcla de dolor y excitación, Lázaro le besa los glúteos muy suave y luego, comienza a quitarle la cera con los dientes… una por una le arranca las gotas endurecidas dándole pequeños mordiscos en los glúteos… con sus manos grandes y fuertes le abre las piernas, Rubén para las nalgas- ábrelas hijo- le ordena Lázaro

-Papá, me duele- le dice poniendo sus manos sobre sus nalgas y abriéndolas para ofrecerle su culo desprovisto de todo pelo

-Que rico- le responde Lázaro poniendo la vela encima de su ojete y soltando cera caliente en él

-Ahhh papá por favor papá- llora Rubén

Lázaro deja la vela en el buró y abriéndole las nalgas con sus manos enormes, estrujándolas le mete su cara en medio de ellas, con los dientes arranca la cera blanca que le tapa el ano, y aprovecha para morderlo alrededor - ahhhh papá… ahhh- llora Rubén, Lázaro lame el apretado ano, le pasea su rasposa lengua por el contorno y luego lo presiona con ella para abrirlo, Rubén gime mientras se agarra las nalgas, levanta el culo ofreciéndoselo y se mueve sobre la cama excitado y caliente

La lengua logra abrir un poco el coño virgen del pelirrojo maduro, le mete la lengua y lo forza otro poco, Rubén suelta sus nalgas perdido en placer y comienza a mover sus brazos sin rumbo fijo, siente un placer que jamás ha sentido y se siente en celo…

Lo gira con fuerza, Rubén queda de frente a él con las piernas abiertas, no hace falta que lo amarre se siente sometido por él, completamente a su merced y bajo su dominio, Lázaro toma la vela y le tira cera en el pecho, Rubén cierra los ojos - abre los ojos y mírame hijo- le ordena Lázaro y Rubén obedece- mírame… soy tu papá- le dice mientras le sigue tirando cera en el vientre…

La vela va bajando, Rubén siente miedo pero al mismo tiempo placer- tengo miedo papá- le dice Rubén

-Sostén mi mano- le dice Lázaro

-En los huevos no Papá, por favor- dice Rubén suplicando

-Papá decide en dónde hijo- le responde, Rubén sujeta el antebrazo libre de Lázaro con sus dos manos mientras Lázaro con la otra mano dirige la vela arriba de sus genitales

La cera cae caliente en los huevos de Rubén -ay papá… papá - alcanza a llorar Rubén antes de que Lázaro le tape la boca con su mano rasposa, Rubén continúa sujetando su mano y la lame, Lázaro le mete dos dedos en la boca y comienza a violarlo con ellos, a metérselos hasta la garganta provocándole arcadas mientras sigue tirando cera en sus testículos hasta llenarlos por completo.

-¿ya ves?- le dice Lázaro dejando la vela en el buró- ya terminamos- añade arrodillándose junto a la cama… con sus dientes muy suavemente le arranca la cera de sus testículos lampiños y suaves.

Rubén siente que explota dentro de su castidad, suelta abundante precum, Lázaro juega con el embarrándoselo a Rubén en el abdomen.

-Dame tu verga papá- le suplica Rubén cuando Lázaro le ha quitado toda la cera y le besa los huevos con la ternura de un padre.

Afuera la lluvia ha amainado y se escucha el sonido constante de las gotas de agua caer de los árboles

-Todavía no pequeño- le dice Lázaro y abrazándolo por la cintura comienza a morderle el cuerpo en las zonas en donde cayó la cera.

Rubén forcejea por soltarse ante la tortura que le producen los dientes de Lázaro pero no hace un esfuerzo real por soltarse, se retuerce entre sus bíceps enormes sintiendo un placer indescriptible.

Lázaro le muerde pecho, pezones, abdomen y ombligo, vientre… y luego con su mano le aprieta los huevos con rudeza

-Ahhhhh ahhhhh- gime Rubén sin saber si siente placer o dolor… su verga se aprieta a la jaula de castidad y aumenta en él la sensación de sumisión y el dominio que Lázaro tiene sobre el.

Lázaro lo tira sobre la cama y le sostiene los brazos por la muñeca, acostado sobre el le aprisiona las piernas juntas con las suyas, le besa el cuello y se lo muerde, Lázaro se retuerce pegando su cuerpo al de Lázaro, sintiendo sus pelos en el pecho lampiño y la fuerza de sus piernas en las suyas.

Lázaro avanza sobre Rubén sin soltarle las muñecas, se arrodilla sobre su pecho, su verga bien parada queda a la altura de la boca de Rubén - date mijo, te la ganaste- le dice sin soltarle las muñecas.

Rubén abre la boca y busca con la cabeza el glande de Lázaro, se mete su verga en la boca… es la primera vez que tiene un falo dentro de él, jamás hubiera pensado que lo haría, jamás se había preguntado si alguna vez lo desearía, ahora no tiene dudas, no es que lo quería es que la necesitaba…

La traga y la mama torpemente, como todo primerizo. Lázaro se levanta un poco y espera a que Rubén se calme- abre bien la boca- Rubén obedece- Lázaro mueve la pelvis adelante y atrás cogiéndose a Rubén por la boca.

Rubén abre grande y mira a la cara a Lázaro que suda y gime, hinchando el pecho mientras le mete y le saca la verga de la boca… sus manos siguen aprisionando sus muñecas, Rubén se siente dominado, pero al mismo tiempo cuidado de una forma paternal…

Después de un rato le suelta las manos, se acuesta junto a Rubén meneándose la verga

-¿Me vas a coger Papá?- le pregunta Rubén haciéndose un ovillo junto a él.

-No sé si estás listo- le dice Lázaro acariándole la cara

-Tu eres mi papá, tu sabes si estoy listo- le responde Rubén acariciando su pecho peludo

-Todavía no, pero haremos algo mejor, ponte en cuatro- le ordenó a Lázaro, Rubén de un brinco se coloca en cuatro con el culo hacia Lázaro, Lázaro se moja un par de dedos antes de escupir unas diez veces en el culo de Rubén

Luego le lame el ano nuevamente, Rubén siente como de su verga enjaulada sale abundante precum que hace un charco debajo de él en su colchón.

Lázaro le mete un dedo - ahhhhh papá, ahhhhh que rico- gime Rubén con honestidad, suda de placer y se retuerce, Lázaro mueve su dedo adelante y atrás, cuidando de estimular la próstata de Rubén.

Se acerca a escupir y le mete otro dedo, Rubén se retuerce de placer, Lázaro mueve los dedos, nalguea a Rubén -ese es mi hijo- le dice dándole otra nalgada…

Rubén aprieta los dientes, siente un placer tremendo, los dedos de Lázaro siguen y siguen y siguen hasta que Rubén lanza un gemido ahogado- ahhh papá… papá… de pronto, de su jaula comienza a brotar esperma… los glúteos de Rubén se contraen, Lázaro sigue estimulando con sus dedos, los chorros de leche siguen y siguen haciendo un charco pegajoso en donde hacía unos minutos ya estaba el charco de precum…

Lázaro saca sus dedos despacio, Rubén se queda en cuatro, quieto, pensando en nada y disfrutando todo… Lázaro se levanta de la cama

-¡No papá por favor- le suplica Rubén aún en cuatro - acuéstate conmigo- le suplica.

Lázaro apaga la vela, Rubén se acomoda en la cama, sus nalgas quedan en la zona en donde ha quedado el charco de semen, se moja en el disfrutando, Lázaro se acuesta junto a él.

Rubén no dice nada pero busca la verga de Lázaro, aún erecta, se la mete en la boca, Lázaro coloca sus manos detrás de su nuca, se deja consentir, Rubén acaricia las piernas peludas y gruesas de Lázaro mientras mete y saca su verga de su boca… sujetándola de la base le lame el glande- ahhhh que rico hijo- dice Lázaro… y de pronto un gemido ronco y grave y su semen comienza a brotar

Lázaro gime y Rubén se mete su verga completa en la boca, tragando su semen, juega con sus huevos que se contraen y se mueven al ritmo de sus gemidos.

Rubén lame el glande de Lázaro provocando que lance aullidos de placer, luego se vuelve a recostar sobre su pecho

-Buenas noches papá- le dice Rubén

-Buenas noches hijo, descansa- le dice Lázaro cerrando los ojos.

Afuera la lluvia vuelve a arreciar, pero los dos hombres caen en un profundo sueño…