La polla de Jeff
Me desperté con el miembro más tieso que el poste de electricidad que hay frente a mi casa y que tiene enganchados miles de cables que proporcionan luz y teléfono a todos mis vecinos. Me toqué, contento de sentir semejante erección matutina. Siempre agradezco a quien creó al hombre que nos despertemos con tan maravillosa emoción.
Me levanté y me preparé un café con el asta mirándome agradecida del nuevo día. Me lo tomé y ella seguía igual. Qué maravilla, pensé. Esto hay que celebrarlo.
Para ello, me conecté a todas las aplicaciones de ligues que tengo instaladas en el móvil y el ordenador, que son unas cuantas, y empecé a chatear con algunos tios. Les mandé la foto de mi polla erecta y ellos me contestaban que les gustaría que les follara boca y culo y cualquier orificio de su cuerpo que quisiera. Tengo que decir que tengo una buena polla. Cuando está empinada, mide dieciséis centímetros de longitud, desde la punta hasta la base de los huevos. No todo el mundo es capaz de tragar semejante pollón sin pedirme que vaya despacio al meterla, e incluso algunos suplicarme que no la meta de golpe, al menos al principio. Luego, cuando ya se han adaptado a ella, les da igual si las embestidas son rápidas o muy rápidas, la cuestión es tenerla toda dentro cuanto más rato mejor.
Pero también tengo que decir que yo no noto absolutamente nada cuando me follo a alguien, si lo hago es por dar placer al otro y porque nunca se le tiene que decir que no a un versátil que espera que le folles pero que tarde o temprano también te follará él a ti. Porqué lo cierto es que soy cien por cien pasivo, así que lo que a mí me interesa, son pollas como la mía o más grandes (aunque alguna más pequeña tampoco me importa, la cuestión es que me follen siempre y a todas horas) para metérmelas en el culo y en la boca, da igual el orden, alternar siempre se me ha dado muy bien.
Tengo que reconocer que con los años que llevo follando, y con la de pollas que me he metido por el culo, algunas de ellas ya casi no las noto en absoluto. Soy tan sumamente pasivo y caliente que hubo una época que necesitaba que me follaran a diario, y claro, eso representaba un problema. No siempre encontraba hombres dispuestos a ello (más que nada porque sí, me gustan las pollas, pero si no van acompañadas de un cuerpo que me atraiga y de un cerebro que lo sepa usar, prefiero no hacer nada de nada) Así que sí, soy muy selectivo. Los hombre maduros, con cerebro y morbosos. Y eso no es siempre fácil de encontrar.
De ahí que empezara a comprarme dildos para usar a diario, y poco a poco fuera comprando algunos más para ir variando tamaños y sensaciones. Llegó un momento que tenía una colección tal que ni la sex shop del Raval (bueno, de hecho aún la sigo teniendo, a excepción de algunos ya pequeños y que ya no uso y he regalado a amigos, los otros los sigo conservando todos) No os miento si os digo que me he gastado más pasta en juguetes sexuales que en peluquería, masajes o cuidados personales.
Bien, pues justo ese día, mientras estaba yo chateando y fotografiando mi polla a ver si algún supuesto amante maduro y morboso picaba y me follaba en algún momento del día, el timbre de la puerta de la calle sonó estrepitosamente. Cuando pregunté quien era, me dijo que era el repartidor de Seur. Le abrí la puerta sin recordar qué era lo que me traía, y mientras el chico subía mi nuevo paquete por el ascensor, yo escondía mi erección debajo de un pantalón de chándal y a su vez debajo de unos bóxer ajustados.
Firmé el recibo y me entregó el paquete.
Lo abrí.
Qué sorpresa la mía cuando descubrí un dildo enorme, parecido a uno que ya tenía pero de color blanco, pero este con una corbatura un poco distinta y un grosor más homogéneo que el que yo tenía. Un dildaco precioso. Una maravilla de pollón que no recordaba haber comprado.
Tengo que decir que yo, normalmente, todas mis pollas las compro en la sex shop. Me encanta ir allí de vez en cuando, descubrir el nuevo material, hablar con el chico que siempre me atiende maravillosamente bien y me recomienda todo tipo de juguetes y utensilios, y comprar lo que en aquel momento me produzca más excitación, mientras me imagino jugando con él en cualquier momento y rincón de mi casa. Por eso, que recibiera un dildaco maravilloso como ese, comprado on line, no era algo habitual en mi.
Y entonces vi la nota. Una nota escrita a mano, enganchada en el sobre donde estaba el dildo.
“Querido amigo. Espero que estés bien y espero que esta sorpresa te agrade (de hecho, estoy seguro que te gustará mucho, puesto que te conozco y no dudo que pasarás grandes momentos jugando con él) Recuerdas el otro día cuando chateábamos y hablábamos de actores porno míticos con los que hemos soñado y nos hemos pajeado miles de veces, pues bien, esta polla es la recreación de la polla real de uno de ellos, concretamente de Jeff Stryke. Te dije que yo la tenía y que con ella he pasado grandes momentos. Pues resulta que el otro día la vi en la sex shop cuando bajé a Madrid, igualita, y pensé en ti. Así que la compré y te la envío para que hagas con ella lo que tú sabes hacer más que nadie. Muchos besos y nos vemos pronto. Javier”
¡Qué maravilla!, pensé. Javier es un tipo excepcional. Vive lejos de Barcelona, en un pueblo de Galicia, pero hace años que chateamos y nos vemos por cam, e incluso nos hemos visto en persona en varias ocasiones, en mi casa o en la suya. A Javier le gustan los dildos tanto como a mi, aunque su afición no ha sido tanto porqué sea selectivo con los hombres (él puede follar con quien sea, no tiene ninguna manía en eso), sino porque al ser tan o más pasivo que yo, y vivier enun pueblo pequeño, no encuentra a nadie que lo folle, y los dildos siempre son una solución magnífica para saciar sus pasiones.
Así que Javier y yo hemos pasado horas charlando, follándonos con los dildos de manera virtual o real, y la amistad que de ello ha surgido es muy especial. Tanto, que me compró este maravilloso dildo que recrea la polla de Jeff Stryke para que yo me lo meta tantas veces como me apetezca.
¿Sabéis lo que hice a continuación, verdad? Bueno, primero lo llamé y le di las gracias por el regalo, y estuvimos charlando un buen rato. Mientras lo hacíamos, le dije que en ese mismo momento le pondría lubricante al dildo y a mi culo. Él me dijo que no fuera burro y empezara por uno más pequeño, que siempre hacía lo mismo cuando estaba muy caliente, así que le hice caso. Cogí uno negro del tamaño de mi polla, se llama John, un dildo que me gusta mucho porqué tiene una ventosa que no se despega así como así, lo clavé en el suelo del salón, y empecé a sentarme encima. Javi me contaba que en ese preciso momento estaba trabajando en la granja y que estaba esperando al veterinario, y yo no podía dejar de gemir mientras notaba que John entraba dentro de mí lentamente.
- ¿Estás cabalgando o aún estás sentado con el dildo dentro sin moverte?
Javi y yo siemrpe hacíamos lo mismo. Primero nos sentábamos un buen rato, esperábamos que el culo se nos adaptara al dildo y poco a poco íbamos subiendo y bajando, para adaptar el esfínter a la verga.
- Estoy empezando a cabalgar – le dije.
- Bien. Ve lento. No quieras correr. Ya se que estás mirando el dildo de Jeff con mucho deseo, pero espera un rato más, y cuando termines con John, métete a Rick, que te ayudará a abrirte un poco más.
Rick es de color beig y mide 18 x 5’2, un grado más que John.
- Mmmmm estoy notando a John como entra y sale… qué maravilla!
- ¿Te la sacas toda, hasta el capullo, y la vuelves a meter? ¿O no dejas que salga entera?
- No dejo que salga entera… todavía – dije gimiendo
- Bien. Antes de terminar con John, sácatela entera y vuélvela a meter. Sabes que eso da un placer inmenso también.
- Lo haré, pero es que se me cansan los brazos de aguantarme en cuclillas y las piernas también. Debería dejar a Johan en la pared del baño para hacer eso.
- Sí, pega a John en la pared del baño, y a Rick a su lado.
Lo hice. Dejé de cabalgar y pegué a los dos dildos en la pared del baño, a la altura perfecta para que mi culo entrara y saliera de ellos como si me estuvieran follando de pie. Mi baño era perfecto porqué con las manos podía agarrarme a la pared de enfrente y meterme los dos dildos sin problema.
- Me estoy follando con John pero creo que voy a pasar a Rick inmediatamente – le dije a Javier.
- Qué poca paciencia tienes! – contestó él, riéndose.
Yo fui alternando los dos dildos, ahora John y ahora Rick, hasta que me quedé con Rick durante un buen rato.
- ¿Aun estás ahí? – escuché la voz de Javier a través del altavoz.
- Siiiiiii – gemi.
- Jaja. Acaba de llegar el veterinario. Cuelgo y en cuanto se marche, te llamo.
- De acuerdo.
Dios, yo en ese momento estaba tan caliente, follándome con dos de mis dildos, que había perdido el mundo de vista. No se cuanto rato estuve allí, follándome, pero apuesto a que al menos pasaron veinte o treinta minutos que el mundo despareció y solo existíamos mi culo, mis pollas de plástico, y mi placer. Y nadie más.
Hasta que sonó el teléfono. Paré un rato de follarme y contesté. Por supuesto, era Javier.
- ¿Qué tal? ¿Cómo vas?
- ¿Tu qué crees? Jaja. Ahora acabo de parar un rato, necesito agua.
- Eso mismo, hidrátate, que seguro que no has parado ni un minuto.
- Como me conoces – dije, contento.
- ¿Y qué tal es Jeff?
- Ostia, aun no me lo he metido! Estaba tan absorto con los otros dos, que he perdido el mundo de vista – contesté, bebiendo un vaso de agua.
- Pues venga hombre, a ver qué tal. Oye, abro cámara.
- Ok
Javier abrió la cámara y entonces lo vi, desnudo, cabalgando un dildaco enorme.
- ¿Es Jeff? – pregunté
- ¿Tu qué crees? – contestó, riendo.
- Pues que a ti, Jeff te queda pequeño – le dije.
Sabía que Javier se metía unos tamaños mucho más grandes que esos. Javier era de los que cabalgaba dildos gigantes, auténticos monstruos.
- Cierto, para mi Jeff es como para ti John.
- Ni de coña! A ti Jeff ni te hace nada. Mira, si no estás gimiendo! Le dije.
Era cierto. Jeff entraba en el culo de Javier como quien mete una tuerca en un tornillo sin necesidad de destornillador, con una simple ayuda de dedos.
- Voy a ver qué tal es Jeff para mi –dije
Le puse lubricante. Me puse un poco más también en mi culo. Lo pegué al suelo, donde antes había estado John, y empecé a metérmelo poco a poco.
- Ve despacio. No tengas prisa – me dijo Javier viendo como lo hacía.
Le hice caso. Noté el capullo de Jeff abriéndose paso poco a poco. Ese dildo mide casi 6 centímetros de grosor, que es un poco menos del máximo que me he metido yo nunca (hasta el momento). Y entró todo de manera fácil y rápida. Y entones seguí bajando, lentamente, hasta que el capullo atravesó mi esfínter y… dios… que placer! Gemí como un loco.
Javier rió.
- Ahí, ya lo tienes! Coño, que rápido te ha entrado. Se nota que estabas bien abierto – dijo.
- Y muy caliente! – Dije yo.
Y seguí bajando. Todos y cada uno de los centrímetros de Jeff iban metiéndose en mis entrañas y yo los notaba con un placer inmenso. 25,4 centímetros de polla! Que puta maravilla! En cuanto los tuve todos dentro, o esa era la sensación que yo tenía, noté que mi polla estaba más dura que nunca y que me iba a explotar. Me quedé quieto unos segundo.
- Si subes y bajas, quizá te corras sin tocarte – me dijo Javier, que estaba mirando el espectáculo muy atento.
Le hice caso. Subí, hasta casi el capullo, y volví a bajar. Una vez. Dos veces. Tres veces… y ahí, mi polla explotó. Empezó a salir leche a borbotones, como hacía mucho tiempo que no me pasaba. Dios! Que puto placer!! Qué puta maravilla!! Ahí estaba yo, cabalgando la polla de Jeff Stryke, corriéndome de placer, mientras Javier se reía a través de la pantalla!
Qué momentazo más épico!
Graicas Javier por semejante regalazo!
El pollón del Jeff
Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.
Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como MorboMadurXmadur.
Con Xtudr, puedes:
- Crear un perfil con fotos y preferencias.
- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.
- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.
- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.
- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.
Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.
https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/41261-el-pollon-del-jeff