El (segundo) mejor vendedor de la empresa

Julio, el puto amo de las ventas, la superestrella de la compañía, me había elegido como su futuro sucesor y estaba volcándose en convertirme en el (segundo) mejor vendedor de la empresa. A cambio de toda su sabiduría y que siempre me llevase de acompañante, me tocaba pagarle en especie, cosa a la que yo accedía encantado siempre que él lo requería.

Desde hacía un mes estábamos preparando una venta potencialmente enorme y por primera vez yo iba a ser el que hiciese la presentación.

Era en otra ciudad, así que pasamos la noche en un hotel. Como a Julio le iba la marcha, salimos a cenar y a tomar unas copas. Lo que pasó en el hotel a la vuelta tampoco creo que sea algo que sorprenda a nadie.

Y llegó el día siguiente y la hora de la presentación. Todos conocían a Julio. Un montón de señores hechos y derechos, en traje y corbata y yo allí que parecía el hijo tonto de todos ellos.

Acabada la ronda de saludos, Julio hizo una pequeña introducción para acabar de romper el hielo y, saltándose todo lo que habíamos estado preparando...

-Lo que os queremos vender ya lo conocéis del coñazo que os he estado dando durante los últimos meses, así que vamos a lo importante: las condiciones de atención al cliente, al usuario, garantías y demás historias.

Yo me quedé un poco perplejo porque no tenía ni idea de qué estaba hablando. Me fui a levantar para preguntarle "en privado" qué estaba haciendo, me miró y me dijo "no, tranquilo, quédate ahí".

De repente un recuerdo fugaz me pasó por la cabeza. "No será capaz", pensé. Pero sí, sí lo fue.

En la pantalla apareció un video en el que salía yo en la habitación del hotel vestido muy formal con mi traje y corbata, tal cual estaba ahora mismo.

La mirada que le eché a Julio es indescriptible, porque no me podía creer lo que estaba pasando.

Julio sonrió, y pulsó el play.

-¿Das tu consentimiento para usar est...

-Sí, sí, lo que quieras, venga -Se me notaba bastante la influencia de las copas que me había tomado.

-Perfecto. Adelante con la presentación.

Mientras decía no sé qué tonterías que me iba inventando sobre la marcha, empecé a desnudarme bastante torpe y ridículamente. Los cuchicheos en la sala eran de todo menos discretos.

No mucho más tarde yo ya estaba poniéndome un collar con correa que había encima de la cama.

En la siguiente escena ante la pregunta "¿y qué ofreces a los inversores y clientes?", lo único que se me ocurrió decir fue "tratamiento 100% personalizado y cercano, muuuuuy cercano, como voy a proceder a demostrar, porque somos más de hechos que de palabras". Estaba absolutamente deshinbido y aquello no había hecho más que la introducción.

Para empezar, un poco de lapdance sobre su polla deslizándose entre mis nalgas hasta que en una de esas me la metía entera.

Para continuar, un primerísimo plano de una mamada llena de babas que tanto Julio como yo aprovechábamos para ir repartiendo por mi cara.

Después de que se corriese en mi cara y boca, al baño y petición de meada que, con mucho gusto, me dio.

Para terminar, yo mirando a cámara diciendo "en definitiva, soy y seré la putita complaciente de nuestros queridos clientes e inversores".

Durante unos segundos hubo un silencio un tanto incómodo en la sala, hasta que de repente a todos les dio por aplaudir y decir que era la mejor presentación que habían visto en mucho tiempo.

A día de hoy nadie es capaz de entender la cantidad de ventas que saco adelante. Si ellos supieran cómo he llegado a ser el (segundo) mejor vendedor de la empresa...