Los chequeos médicos de la empresa habían cambiado de aseguradora y ahora eran en un sitio bastante cutre, anticuado y sucio.
Pasé por la recepción a dar mis datos y me dijeron que entrase directamente en la consulta.
Allí me esperaba un médico que debía de estar a dos días de jubilarse, su escritorio y silla, una camilla y ya. Me quedé de pie en medio de la sala y, en lugar de las preguntas habituales...
-¿Con qué frecuencia mantienes relaciones sexuales?
-Con esto de la pandemia me acomodé en la castidad y ni me acuerdo ya
-Ah, seguro que no será por falta de pretendientas... o pretendientes -dijo con sonrisilla-. ¿Te masturbas mucho?
-Una vez al día, lo normal, supongo
-¿Ves mucho porno?
-Seguramente, sí
-¿Y eres hetero, bi, gay?
-¿Es todo esto necesario para el chequeo?
-Bueno, era por hacer un poco de charla y relajar el ambiente, que sé que lo de los médicos en general se lleva mal
-Sí, jeje -me reí con total desgana
-Venga, desnúdate y súbete a la báscula
Me quedé en slips, pero recalcó que tenía que quitarme absolutamente todo porque no quería tener que estar haciendo redondeos con el peso.
Mientras estaba en la báscula entró sin previo aviso un hombre algo más joven que el médico y dejó la puerta completamente abierta, de tal manera que toda la sala de espera podía verme en todo mi esplendor.
El médico cerró la puerta sin ninguna prisa y presentó al extraño como su futuro sustituto.
Ya fuera de la báscula los dos médicos empezaron a auscultarme, acercándose cada vez más y rozándome de manera "casual".
Empezaron a tocarme el cuerpo en busca de puntos de dolor y ganglios. Al llegar a la ingle y, a base de tanto sobeteo, me empalmé. "No te preocupes, es normal".
Entonces llegó el momento del tacto rectal. Estaba totalmente seguro de que eso no entraba en el chequeo pero pensé que lo mismo era protocolo por mi edad y me tocaba ya este año.
Me apoyé en la camilla, el médico se puso detrás de mí y el sustituto se quedó sentado en el escritorio mirando.
El médico me echó un chorrazo de lubricante y empezó a masajearme el ojete sin ninguna intención de meter los dedos. Y yo cada vez más empalmado. Cuando vio que me iba a girar para quejarme metió los dedos de sopetón, hizo unos cuantos movimientos y llamó a su compañero para una "segunda opinión".
Mientras el médico me separaba las nalgas, el sustituto me dedeaba haciendo como que buscaba algo. Y, a pesar de la brusquedad y violencia de la situación, acabé perdiendo la compostura y se me escapó un gemidito. Ambos médicos se rieron, me dijeron que me separara yo mismo las nalgas y empezaron a dedearme intermitentemente aún bajo el pretexto de estar buscando "algo".
De tanto meter y sacar, acabé corriéndome como un adolescente en celo. "No te preocupes, es normal".
-Todo está bien, falsa alarma. Solo queda el análisis de orina, aquí tienes el bote
-¿Voy al baño?
-No es necesario, llénalo aquí mismo
Acababan de dedearme el culo y me habían visto y oído y sentido correrme, pero ya lo de mear delante de ellos me parecía un poco excesivo.
Cuando ya había rellenado el botecito pensé (a buenas horas) "¿y el resto de la meada?". Al preguntarles, me acercaron un paragüero de metal para que terminara.
-Bueno, no vas a dejar esto así, supongo -el tono había cambiado totalmente
Me quedé mirándoles pensando si sería una broma o no.
-Los ayurvedas lo consideran sanador
-¿El qué?
-Beberse la orina
Me quedé quieto esperando a que se rieran o algo, pero nada. Así que me empecé a reir y me cortó rápidamente:
-QUE TE LO BEBAS, PUTA
Nada que discutir ni objetar. Eché un trago, y otro, y otro, mientras intentaba no pensar en cuántos antes que yo habrían hecho exactamente lo mismo y cuántos restos previos habría en ese paragüero.
Al terminarme hasta la última gota me dijeron que me vistiese y, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta... "no pensarás dejar eso ahí, ¿verdad?" mientras me señalaban la corrida que había en el suelo. Sin perder el tiempo me puse a cuatro patas y lo lamí lo más rápido que pude. Para qué mentir: ya todo me daba igual, lo único que quería era salir de allí... aunque mi nuevo empalme indicara exactamente lo contrario.
El chequeo médico
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