Llegué al portal y llamé.
- Hola, buenas tardes. Soy del servicio de limpieza.
Abrí la puerta y subí las escaleras. El señor de la casa me recibió.
- Adelante, pasa.
Después de hablar brevemente pasó a enseñarme los trabajos que debía realizar: los dos baños del piso.
Me indicó que él supervisaría cada uno de mis trabajos de cerca y que debería quedar impecable. También el atuendo que debería ponerme: un liguero, medias y un pequeño delantal.
De lejos, adiviné que en el televisor se estaba proyectando una película porno.
- Puedes cambiarte aquí mismo - señalando el recibidor.
Suspiré y dibujé una leve sonrisa.
El señor de la casa era un hombre de unos 55 años que vestía pantalones cortos y zapatillas de estar por casa. Era alto y tenía una barriga prominente. Su tono de voz era seco pero generoso en palabras, dejando claro que sabía lo que deseaba de mis servicios.
Me saqué la ropa y me puse el liguero primero. Las medias después y finalmente el diminuto delantal.
- Te queda muy bien - dijo sonriendo -. Pero te falta un detalle.
Abrió un cajón y me puso un collar del que coglaba una correa metálica de unos 60 cms.
Me indicó dónde estaban los productos de limpieza y empecé con mi trabajo.
El primer baño estaba bastante limpio, imagino que era debido a ser poco utilizado. El señor de la casa, mientras yo trabajaba, no me sacaba ojo de encima. O eso intuí, ya que estaba justo detrás del marco de la puerta. No me atreví a mirarle mientras limpiaba.
La situación me estimulaba y me sentía cómodo y mi pene creció un poco. Ésto no pasó por alto al señor.
- Mmmmmm. ¿Puedes levantarte el delantal?
Me sonrojé, pero lo hice.
- Una erección... Me gusta que estés cómodo.
Y estalló en una carcajada. Yo bajé la mirada.
Terminé el primer baño y me dirigí al segundo.
Éste era el de uso más habitual y tenía más cal incrustada.
Después de limpiar el espejo, el lavabo, me agaché para limpiar el inodoro. Había mucha cal y restos de suciedad por el uso.
- ¿Te incomoda esa suciedad?- preguntó el señor.
- Para nada, lo dejaré como nuevo.
Mientras frotaba con fuerza, el señor de la casa sin que me hubiese percatado de sus movimientos, se acercó detrás mío. Noté su mano en mis glúteos.
- Precioso culo. Abre las piernas.
No opuse resistencia. Mi ano quedó a la vista a la vista. Lo palpó ligeramente con el dedo, investigando el tamaño de esfintín, que aún estando cerrado su grosor denotaba que había sido dilatado en numerosas ocasiones. De repente, sin mediar palabra ni avisar, introdujo con fuerza todo su dedo pulgar dentro de mí sin ningún tipo de lubricación.
Yo, que ya esperaba esa posibilidad, aguanté el grito pero arqueé la espalda y me retorcí a un lado.
Mi mirada se cruzó con la del señor. Mi expresión era dolor. La suya, perversión.
- Ponte a 4 patas otra vez.
Suspiré profundamente, sabía que lo que pasaría a continuación me dolería. Me puse a 4 patas y apreté con fuerza los dientes y cerré los ojos.
De repente noté su mano rodear mis testículos desde atrás y cómo ésta se cerraba oprimiéndolos con fuerza.
- ¡Mírame!
Giré la cara como pude. Le gustaba ver en mi rostro la expresión de dolor. Aprovechó para escupirme.
- Ponte de pie con las manos en la nuca.
Le obedecí. Y sin preguntarme nada, me colocó un par de pinzas en cada pezón. Al principio me dolió, pero poco a poco el dolor desapareció.
- Puedes seguir con tu trabajo.
Tuve que esforzarme para quitar la cal del wc. La capa gruesa tenía un tono amarillento. Hacía tiempo que no se hacía a fondo. Mientras estaba en ello, el señor de la casa realizó una videollamada.
- Hola. ¿Recuerdas el chico del servicio de limpieza? Está haciendo su trabajo. ¿Quieres verlo? Está aquí, a cuatro patas haciendo el wc .
Acto seguido, se acercó y apuntó su móvil a mi trasero y mi culo y se situó a mi lado mostrando un plano lateral de mí y el wc.
- Hace bien su trabajo, se nota que le gusta. Además, parece muy servicial. Creo que tiene sed.
Tiró de la correa del collar que colgaba de mi cuello y acercó mi cabeza justo encima del wc. Se bajó la cremallera y sacó su pene.
- Voy a mear. Abre la boca, y que no caiga ni una gota. Si se ensucia, lo recogerás con la lengua.
Abrí la boca y esperé atento la dirección del primer chorro.
El interlocutor de mi señor dijo:
- Sí parece tener sed. ¡A beber!
El meo, al salir, dio con mi nariz pero rápidamente recogí lo demás con la boca.
Bebí todo lo que pude, pero una parte cayó dentro del wc. Al terminar, el señor dijo agarrándome el pelo:
- ¡Saca la lengua y deja la taza limpia.!
A pesar de sentir cierto asco, saqué la lengua y froté con ésta el perímetro de la taza. El señor no me sacaba sus ojos de encima, pero después de lamer un rato me dijo:
- ¡Coge la fregona y termina rápido!
Y se alejó del baño hablando con su interlocutor, dirigiéndose al sofá. Yo terminé rápido esta última tarea y me personé delante de él , que estaba sentado en el sofá mirando una escena BDSM en la TV dónde vi fugazmente muchos hombres desnudos vejando a otro que estaba arrodillado.
- Ya terminé, señor.
- Muy bien. Arrodíllate y vuelve a colocar las manos detrás de la nuca.
Acto seguido arrancó de un par de golpes con su mano las pinzas de mis pezones y los frotó con fuerza.
Un dolor terrible que no pude contener cruzó mi pecho.
Con una sonrisa me dijo:
- Recoge tus cosas y te puedes marchar. Y atento al móvil los próximos días.
Me vestí y me fui.
Servicio de limpieza en Barcelona
Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.
Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como humillable.
Con Xtudr, puedes:
- Crear un perfil con fotos y preferencias.
- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.
- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.
- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.
- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.
Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.
https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/41365-servicio-de-limpieza-en-barcelona