mi jefe, un desgraciado uno

Estoy recién llegado a este país dos meses inventando sin poder conseguir un trabajo mis ahorros que eran pocos ya estaban tocando fondo.

Soy un hombre de casi 30 años delgado

170 estatura y bien dotado pero eso no sirve para conseguir un trabajo.

El cazo que mi día de suerte llegó logré entrar a una empresa de envíos como delivery.

Todo iba bien me sentía muy contento con mi sueldo podía pagar mi habitación y me quedaba un poco para alimentarme.

El problema empezó con mi jefe directo un joven de 25 a 30 años bien simpático físicamente pero un demonio conmigo me humillaba cuando no lograba entregar algún paquete me gritaba etcétera etcétera esto lo aguanté más o menos por mes y medio.

El caso es que ayer viernes llegué retrasado a la oficina pues había mucho tráfico y no conozco bien la ciudad,

Al entrar a la empresa me recibió con gritos humillaciones que empezaban de latino desgraciado hasta maricon.

Este día fue terrible para mí muchas entregas mucho tráfico bueno El caso es que llegué en la tarde a la oficina ya todo el personal se había ido eran más de las 5 de la tarde.

El caso es que al entrar escuché el ruido de una ducha en la oficina de mi jefe, con temor y curiosidad me atreví a tocar y de entrar de inmediato mi jefe estaba dentro del baño y se podía ver su cuerpo a través de una puerta transparente ahumada.

Un hombre blanco europeo en verdad demasiado bello y él lo sabía siempre se la pasaba haciendo ejercicio aún en la oficina.

Jefe me disculpa pero no pude llegar a la hora había demasiado tráfico.

Cállate hijo de perra no sirves para nada no haces nunca bien las cosas latino desgraciado maricon.

Esto último me llenó de ira la verdad me segue y me metí a su baño le di un fuerte golpe en la mandíbula lo cual lo hizo caer pues no esperaba que esto pasara lo saqué del baño desnudo el diablo me entró lo tiré en la alfombra y lo empecé a nalguear fuertemente el hombre volvió en sí y me gritaba pero logré dominarlo dándole nalgadas su trasero ardía rojito ahí me llené de deseos y lo monté a pesar de los gritos no había nadie que lo escuchara y me y me lancé sobre sus nalgas a morderlas besarlas y usé mi lengua en su divino trasero ahí bajó su resistencia lo cual aproveché y lo violé como la peor perra.