La Banda en Locktober / 16 de octubre

A las diez de la mañana en punto los cinco esclavos estamos obligados a estar desnudos y bañados en el kiosko del jardín por orden de nuestro Amo Octavio.

El Amo se toma su tiempo para atarnos uno a uno a la barra de madera en el techo. Primero nos coloca a Martín y a mí, uno delante del otro, sujetos por las muñecas con los brazos extendidos hacia arriba.

Martín aún no tiene jaula, así que se divierte escupiéndome en la mía y humillándome por llevar quince días sin venirme

-Aunque los dos seamos esclavos, tú sigues siendo inferior a mi perra- me dice mientras frota su verga contra mi jaula… la tiene flácida así que se mece toda grande y gruesa de un lado al otro provocándome evidente envidia.

Cuando me doy cuenta Cristobal ya está amarrado junto a nosotros con los brazos abiertos hacia arriba y las muñecas amarradas a dos cuerdas separadas. Octavio sube y baja de la trabe usando una mesa para sujetar bien las cuerdas en el tronco de la construcción.

Después de muchos amarres y un buen rato de dedicación logra su obra maestra y suspende a Lucas boca abajo levantando sus tobillos lo suficiente para que queden sus manos extendidas a milímetros del piso. Le ordena a Miguel que cada cinco minutos lo sostenga del torso y lo levante para que no se le vaya la sangre a la cabeza.

Las nalgas de por sí bonitas y firmes de Lucas se ven portentosas boca abajo y su verga que le cuelga larga y gruesa entre las piernas también le cuelga de forma muy excitante estando de cabeza.

Octavio blande un látigo largo en el aire a considerable distancia de nosotros, el sonido en el aire me pone los pelos de punta y me pego al cuerpo de Martín sintiendo miedo.

-Muy bien animales- dice Octavio- es hora de enseñarles a respetar al Amo- Octavio azota la espalda de Lucas que lanza un grito agudo, luego sin dejar que pase mucho tiempo le suelta otro buen azote a Cristóbal en la espalda que lloriquea con el golpe.

De forma moderada el tercer azote me cae en las nalgas y me arde muchísimo, levanto mis piernas y hago que Martín se gire con las nalgas hacia Octavio lo que facilita que Octavio le suelte un azote en las nalgas a él.

Martín abre los ojos color miel grandes y de su boca sale un aullido, escucho que Octavio le suelta otro azote a Lucas y lo oigo gritar y luego escucho el látigo impactarse contra la piel de Cristóbal que lanza un tremendo alarido, ahora que he comprendido que el amarre que tengo con Martín nos permite girar, coloco mis piernas alrededor de su cintura y hago que gire para que el azote dirigido a nosotros le caiga a él, luego lo mantengo en la misma posición y Martín recibe doble azote.

-Hijo de puta- me dice Martín entre sollozando y riendo, el látigo le pega a Lucas en las nalgas y luego le azota la espalda a Cristóbal… cuando es nuestro turno forcejeamos pero soy más fornido que Martín y logro que Martín reciba nuevamente los dos azotes que nos tocan, esta vez en la espalda.

Octavio le azota la espalda a Lucas, luego a Cristóbal y esta vez Martín se pega a mi y nos hace girar, el azote nos alcanza en la espalda a los dos y el segundo me cae en las nalgas…

Octavio sabe que tiene poco tiempo con Lucas así que se detiene a azotarle espalda y glúteos solo a él… los contamos, son diez azotes, cada uno hace que Lucas grite y se retuerza de una forma maravillosa, escucharlo aullar de dolor es un placer riquísimo, ni en sueños me hubiera imaginado a mi Amo sometiendo a Lucas de esa forma… y el cuerpo fornido de Lucas tenso por su posición se ve maravilloso cuando se pone duro después de cada azote.

Miguel le ayuda a Octavio a desamarrar a Lucas- a la esquina de rodillas con las manos en la cabeza- les ordena a los dos- este placer es solo para mí- añade acercándose a Cristóbal para azotarlo…

La verdad es que la oportunidad de ver a nuestro manager desnudo y recibiendo azotes es en verdad un placer.

Martín y yo nos quedamos quietos mirando el látigo impactarse en la espalda de Cristóbal. Los gestos de dolor en su cara son muy divertidos, ver a Octavio azotarlo me pone muy caliente… chorreo precum

-Cerdo, me estás mojando la pierna- dice Martín riendo, quejándose de que mi precum le escurra por su pierna delgada y lampiña.

Cristóbal grita con cada azote, son gritos de hombre maduro que suenan exquisito… y ver su piel ponerse roja y la posición sumisa en la que está amarrado no tiene desperdicio.

Después de diez azotes Octavio lo desamarra y Cristóbal cae al piso en cuatro patas agotado y adolorido- siéntate en una silla Cristóbal- le concede Octavio

-Vamos a disciplinar a este par de niños juguetones- dice Octavio blandiendo el látigo, tengo ganas de suplicarle que no me azote pero me las aguanto, sé que recibiría el trato contrario.

Octavio comienza a blandir el látigo, y los dos peleamos por poner al otro delante de Cristóbal, logro que Martín reciba el primer azote pero Octavio espera a que Martín me gire para soltarme un azote a mí que me pega bien duro en la espalda y me hace gemir de ansiedad

-Tranquila putita- me dice Martín- vamos uno y uno y yo te acompaño. Sentir que Martín, que es menor que yo, me está protegiendo me hace sentir más puta que nadie en la casa…

Nos turnamos para ser azotados, Octavio no tiene piedad, nos da fuerte a cada uno… uno a Martín que instalado en su papel de machito aprieta los dientes y aguanta, yo al sentirme la puta de la pareja gimo y lloriqueo con el azote cuando me toca…

Martín me escupe en la cara y luego me lame su saliva mientras el látigo le cae en la espalda, me gira despacio y se pega a mi cuerpo para acompañarme al recibir mi azote… su mejilla sudada se pega con la mía y así permanecemos… chazzzz… chazzzz… chazzzz… el látigo se impacta en nuestras carnes y miro el rostro sonriente de Octavio que se rasca la entrepierna excitado y divertido… chazzzz…. chazzz… se completan los diez azotes. Octavio se pone detrás de mí y me acaricia los pezones, luego los aprieta con fuerza y me besa

-Tu sabes que eres mi esclavo de por vida ¿verdad?- me dice entre besos

-Si Amo- respondo adolorido y sumiso

-Bueno, los esclavos no sienten celos ¿o si?- me pregunta

-No Amo, los esclavos somos propiedades no sabemos sentir celos- respondo nervioso

Octavio camina a una mesita cerca de nosotros y toma un tubo de lubricante, se coloca detrás de Martín y me mira mientras le mete los dedos en el culo para lubricarlo. Martín abre los ojos excitado, me mira con el morbo en su cara… me siento como un cuck que ve a su Hombre cogerse a otro en mi presencia.

Le mete la verga, Martín gime mirándome… Octavio comienza a embestirlo con furia, la verga de Martín se mueve de un lado al otro mientras Octavio lo penetra… yo miro con ansiedad… quiero que me haga lo mismo a mi.. pero también disfruto viendo cómo Octavio hace a Martín su perra…

Martín gime y se mece involuntariamente adelante y atrás sudando, Octavio tiene cara de placer, un placer que me hace sentir terrible al no ser yo quien se lo esté dando, comprendo que de esta forma nos tiene torturados y sometidos a los dos…

Octavio masturba a Martín mientras se lo coge, su verga se pone dura y siento ansiedad… yo la tengo enjaulada y el no… consciente de lo que está haciendo y disfrutando de verme humillado se la jala durante largo rato hasta que Martín avienta su leche que cae en mi cuerpo y en la mano de Octavio.

Octavio sin sacar su verga de Martín me embarra el semen en la cara y me abre la boca con su mano para que se la limpie…

Nos deja ahí suspendidos, toma del cabello a Lucas y lo pone contra la mesa, le pone lubricante mientras Lucas se queda quieto con las manos sobre la mesa… luego se la mete, el negro hace gestos de placer y de dolor… hace el torso adelante y atrás como si la verga de Octavio lo tuviera clavado a él… luego Octavio comienza a cogérselo rudo, Lucas aúlla, Octavio gruñe, plack plack plack suenan las tremendas nalgas oscuras de Lucas contra la pelvis perfecta de Octavio… Octavio lanza un gruñido más fuerte y se para… Lucas se queda quieto mientras es evidente que lo están preñando…

Comprendo lo que hace Octavio ahora… se está cogiendo a los dos que nos sometieron, para dejar claro que ahora Él es el que manda y El es quien tiene todo el poder