El cumpleaños de mi perro (Cuarta parte: la pareja bisexual)

Cuando regresó a la casa mi perro entró a saludarme solo.

- Gracias amo, esta tarde ha sido increíble – me dijo acercándose a mi – pero necesito correrme, los huevos me duelen mucho amo.

- Aun tienes que responder a la última prueba de este primer día – y lo que necesito es que comas algo y te arregles para el regalo que te tengo preparado.

Mi perro sabía que ante mi ignorancia a su petición no hacía falta insistir más. Se sentó en la mesa y me explicó lo mucho que sentía no haber encontrado la llave y haber podido disfrutar de esa sesión en la casa abandonada. Me comentó que el subidón de Popper cuando estaba atado al árbol hizo que perdiera la conciencia de su cuerpo y solo sintiese como su culo lo iban disfrutando macho tras macho con el enorme placer de sentir descargas calientes dentro de su culo.

- Yo también he cerdeado bastante aquí viendo todas las escenas del cruising. Si llegas al final, quizás puedas elegir a alguno de esos machos de la casa para tu regalo final.

Durante la cena llevé la conversación a cosas menos viciosas para calmar su calentura, sino al ver la pareja que le había preparado no aguantaría a penas antes de la primera corrida.

Un tema del que me habló es de lo tranquilo y lo mucho que estaba disfrutando del sexo durante este primer día a saber que todos los invitados estaban con tratamiento PrEP, que sabía que había un esfuerzo pero que sin duda había valido la pena.

Cuando acabamos con la comida, postre y café lo llevé a una sala en la que podría ver la pareja que le esperaba.

- Cuando encienda el televisor vas a ver la pareja que te está esperando. En esta sesión yo estaré con vosotros dentro de la habitación, en principio como observador, pero en función de cómo transcurra la noche iremos improvisando.

- ¿Qué voy a hacer yo, amo? – preguntó mi perro intrigado

- Vas a ser el regalo que he hecho a una amiga mía – cuando escucho que hablaba de una amiga, se dio cuenta y su cara mostró sorpresa. Venga enciende la televisión y te cuento más.

Mi perro cogió el mando y encendió la televisión. En ella apareció Verónica, junto con su recién casado marido José. En su propia boda, cuando estaba bastante borracha me confesó que siempre había querido ver cómo un tío follaba con su novio y sabía que él también tenia curisidad, pero se quería esperar a estar casado.

Verónica tenía 29 años, medía un 1,70 aproximadamente y tenía un físico muy bien trabajado, y en el gimnasio (de donde yo la conocía) hacía muy buen trabajo. Esta noche llevaba un vestido negro apretado, con un escote amplio que dejaba poco a la imaginación de las redondas tetas que tenía. Su marido era más alto que ella y también tenia un cuerpo bien trabajado. Era moreno de pie, con el pelo corto y una sonrisa muy atractiva. Al ver que el piloto de la cámara se había encendido, Verónica entendió que ya estábamos mirando y empezó a comerle la boca a su marido mientras con una mano desabrochaba un botón de la camisa de su marido para meter la mano dentro.

- Verónica y José, están recién casados y tienen la curiosidad de hacer un trio con otro hombre. Pero no para darle placer a ella, sino para él. Nunca ha estado con un hombre, no se ha comido ninguna polla, no ha follado un culo que no sea el de su novia y por no decir que hoy estrenaras tu su culo si todo va como espero.

- Joder amo, pues su culo está tan rico como lo que aparenta su polla… menuda delicia.

Miré al televisor y ví como Verónica ya tenia la polla de su marido en la boca.

- Ahora tienes que entrar en la habitación y seguir las indicaciones que te dé ella. Tu eres el regalo para su marido.

Al momento vi como mi perro entraba en la habitación y se quedaba de pie frente a ellos. Dando la espalda a la cámara pero bien podía ver que se estaba sobando la polla para provocarlos. Verónica aceleró su mamada y empezó a tragar el pollón de su marido (este no lo había visto y me sorprendió) hasta el fondo de su garganta. José se dejó caer sobre la cama, ver a otro hombre en la habitación lo había puesto nervioso.

Verónica pidió a mi perro que se acercara y cuando estuvo lo suficientemente cerca le sacó la polla del pantalón y comenzó a mamarla mientras pajeaba a su marido. Mi perro miraba con deseo la polla de José, pero sabía que no podía dar ningún paso antes que se lo pidiesen.

- Quiero que me folléis los dos, antes de que os corráis – dijo Verónica mientras se levantaba y se quitaba su vestido sensualmente (no llevaba ropa interior debajo y estaba totalmente depilada. Como su marido) y se metía la polla de su marido en el coño- venga tu fóllame el culo.

Mi perro se puso tras ella y le quitó un pequeño plug que tenía metida en el culo para poder acomodar su polla dentro. Al quitarlo se mostro un ano bien dilatado y preparado para ser follado. En ese momento decidí entrar en la habitación y sentarme en un sillón al fondo desde donde podía verlo todo.

Cuando entré en la sala ya estaba siendo doblepenetrada, aunque era ella la que seguía teniendo la iniciativa y moviéndose arriba y abajo para sentir la follad de las dos pollas.

- Que rico tener dos pollas de carne dándome por delante y por detrás -dijo entre jadeos Verónica- ¿José te gusta notar otra polla dentro del cuerpo de tu mujer?

- Si cariño, se siente muy linde, como dices mejor que con los juguetes que tenemos en casa – dijo el marido con una voz grabe y entrecortada por el ritmo de la follada.

- ¿Y a ti, Perro, te gusta mi culo como el de un hombre?

- Yo estoy aquí para lo que ustedes deseen, pero si me preguntas te diré que si que tiene culo muy rico y que no sé si voy a poder aguantar sin correrme del gusto que me está dando.

- Si te vas a correr, quiero que lo hagas con mi marido. Méteme la polla por el coño junto a la suya, y folladme duro.

Mi perro obedeció y junto a la polla de José comenzaron a follarla a golpes duros y rápidos. Mi polla volvía a estar a tope y decidí desnudarme, pero no tocarla esperar a ver si tenía que enterar en acción. Verónica jadeaba y les gritaba que le diesen más fuerte hasta que mi perro no aguantó más y anunció que se iba a correr.

- Me corro, me corro – dijo mi perro

- Lléname el coño de leche calentita – dijo Verónica

- Toma la mía cariño – dijo José

- Dios que rico tener el coño lleno de pollas y leche

Verónica aparto a mi Perro y rápidamente puso su coño encima de la cara de su marido que abrió la boca para recibir la leche que acababan de regalarle. Perro ayuda a mi marido a limpiarme el coño. Los dos hombres empezaron a lamer el coño de Verónica que se mostraba como una verdadera dominadora.

Cuando acabaron les dijo:

- Perro, limpia la boca de mi marido y su polla, déjalo sin rastro de semen.

Verónica se sentó el bórde de la cama y se puso a mirar cómo los dos hombres se comían la boca el uno al otro. Sin duda lo que estaban haciendo no era una operación de limpieza y el nivel de calentura entre los dos estaba a tope. Mi perro se separo de la boca de José y le dejó caer buena cantidad de leche en la boca de José que tragó relamiéndose. Mi perro lo besó y empezó a bajar por su cuerpo, totalmente depilado y en buena forma. Se paró a comerle los pezones, a los que se dedicaba a chupar y morder tibiamente. El marido de Verónica parecía que estaba disfrutando de esta primera vez con un hombre, totalmente inmóvil encima de la cama y dejando que mi perro llevase la iniciativa. Verónica se apartó de ellos para dejarles mas espacio y se vino a sentar en mi regazo. En mis piernas sentí lo mojada que estaba y mi polla se puso a tope. Me dio un beso en la boca y me susurro a la oreja:

- Luego me follas a mí, pero quiero ver como mi marido se desvirga con un hombre.

Me concentré en ver como mi perro tragaba entero el pollón de José que debería andar en unos 23 cm aunque no especialmente grueso. Combinaba mamadas profundas con pajas en la que nos mostraba ese estupendo rabo con las venas marcadas, un prepucio oscuro que mi perro se dedicaba a acariciar con la lengua y succionar haciendo que José se estremeciese.

Me encantaba lo que estaba viendo, pero tener ese pedazo de mujer desnuda encima mío y mojando mi pierna no me dejaba concentrarme. Con las manos rodeé su cintura y empecé a acariciar su clítoris y vulva. Verónica lo agradeció pues se echo hacia atrás y abrió totalmente las piernas dejándome acceso completo a esa mojada vagina. Mientras mi perro se ponía a 4 patas totalmente en paralelo a nosotros, sabía que estaba para dar placer a la pareja y de esta forma daría una buena vista a la mujer de su amante.

- Cómeme un poco el culo por favor - pidió mi perro

José sin decir nada se puso detrás de mi perro y le separó las nalgas a mi perro, soltando un ‘joder’ cuando vio el ano abierto de mi perro que había tragado ya muchas pollas durante este día. Sacó la lengua y empezó a pasearla arriba y abajo, haciendo que mi perro gimiese y su culo se abriese más. Con la lengua empezó a penetrarle la entrada del culo a lo que mi perro respondía con un ‘sí, sí, fóllame, fóllame…” José estaba disfrutando comiendo ese culo abierto de mi perro, y este así mismo no parada de jadear. Estaba tan abierto que cuando fue a meterle los dedos, entraron directamente 4.

- Cariño, me voy a follar este culo como si fuese el tuyo.

- No pienses en mi culo, amor, disfruta tu primera follada a un hombre

Cuando oyó estas palabras de su mujer le metió a mi perro ese pollón empujándolo poco a poco al interior de mi perro, que aguantaba la respiración mientras sentía que esos 23 centímetro entraban hasta el fondo de su culo. Cuando tuvo toda su polla dentro de mi perro lo cogió de las nalgas y empezó a follarlo estampándole su polla duro hasta que no entrase más. Tanto José como mi perro gemían, y Verónica se corría en mi mano, intentando no hacer ningún ruido que interrumpiese a la follada.

- Dios que culo tan rico tienes, como tragas hijo de puta – le dijo a mi perro

- Déjame que te cabalgue macho – le pidió mi perro.

- Ven aquí ca… cabrón – creo que estuvo a punto de soltarle un cariño a mi perro. Se sentó en un sillón frente a nosotros y dijo – siéntate en mi polla y disfrútala.

Mi perro se colocó con las piernas encima de los reposabrazos del sillón y con la mano se metió la polla entera en el culo. Cuando ya estaba empalado colocó los pies sobre las rodillas de José para impulsarse y empezó a cabalgar lentamente a José mientras le comía la boca y le susurraba al oído ‘siente como mi culo se traga tu polla y fóllame fuerte’. Tras decir esto empezó a dar un ritmo fuerte a la follada mientras mordía los labios de José que no paraba de jadear. Mi perro se movía con tan ímpetu que parecía que iba a romper el sillón.

- Para, para, no me quiero correr aún – dijo José mientras fijaba a mi perro por la cintura para que no saltase más – quiero que me estrenes el culo, estoy muy cerdo.

- Ahora vas a poder follarme - me susurró Verónica a la oreja. Venid quiero que te folles a mi marida frente a mí, a 4 patas.

Verónica sentó encima mío metiéndose mi polla en el culo, que estaba completamente mojada por sus jugos.

- Toma perro, lubrica el culo de mi marido antes de estrenarlo. Y tu cariño toma un poquito de esto que te va a ayudar a abrir el culo – le dijo mientras le acercaba un bote de Popper.

Poco a poco mi perro fue metiéndole su polla, que no es que sea tampoco pequeña, hasta tenerla dentro.

- Cariño me duele – le imploró a su mujer

- Aguanta un poco, como me decías tu al principio, que tu culo se acostumbre y verás como disfrutas – dijo Verónica mientras empezaba a saltar sobre mi polla.

Si levantaba la cara, José estaba justo frente al coño de Verónica y parecía que se separaba de mi perro para comérselo, pero al monto retrocedió. Estaba empezando a marcar la follada.

- Fóllame con cuidado – dijo a mi perro, aunque al momento le pedía mas fuerte – fóllame, muéstrale a mi mujer como un hombre se folla a su marido

Dicho esto Verónica se sentó en mi polla y empezó a convulsionar mientras se metía dos dedos en el coño para lanzar un squirting que llegó a la cara de mi perro que sorprendido abrió la boca para cazar lo que puedo de los flujos de Verónica. El pecho de mi perro y la espalda de José estaban totalmente mojados, pero seguían follando, esta vez ya sin ir poco a poco. Verónica volvió a cabalgar hasta que le llegó otro orgasmo que esta vez lanzo directamente a la cara de su marido.

- Me corro, me corro – dijo mi perro

- Llénale el culo a mi marido – le pidió Verónica

- Siii, préñame, préñame, que rico – suspiraba José

Cuando mi perro la sacó, José se dio la vuelta para limpiarle la polla de leche a mi perro.

- Mira que abierto esta mi marido, ¿No quieres follarlo en su estreno?

- Solo si esta vez me regalas a mi tus jugos

Tumbamos a José sobre la cama boca arriba y le levante las piernas para dejar su culo encarado a mi polla. Su mujer se sentó en su cara y empezó a moverse encima de ella, como si se masturbase con su nariz. José sacaba la lengua para estimular lo que pudiese a su mujer. Empecé a follar a Jose, que aunque mi polla era bastante mas gorda que la de mi perro, la leche que había dejado dentro me sirvió de lubricante.

José se olvidó de sacar la lengua y solo jadeaba y me pedía que lo follase mas fuerte.

- Cariño, soy tan puta como tu – le dijo a su mujer.

Esta no aguantó más y empezó a correrse encarándose hacia mí y empapándome de su jugos que intentaba cazar con la boca. Estaban salados pero eran deliciosos. En ese momento vi como José empezaba a pajearse fuerte, iba a correrse y su mujer acercó la boca a su polla para recibir la leche de su marido. 5 trallazos de leche le impactaron en la cara. Esta se la acercó a su marido que empezó a limpiarla.

No aguantaba mas y la saque y me corrí en la cara de los dos. A pesar que llevaba unas cuantas corridas, la cantidad de leche que saqué no estaba nada mal. Le pedía mi perro que me limpiara la polla y les ayudase.

Al acabar fuimos al baño a ducharnos donde acabamos follando otra vez todos juntos en un trenecito el que Verónica estaba en el primer vagón, seguido de mi perro, su marido y yo en el final del tren. Esa noche casi no dormimos.