Me aventuré de nuevo a espiar lo que iba a pasar en ese lugar, salí de mi cuarto sin hacer ruido, llegué al ágora y me ubiqué en el mismo árbol de la vez pasada, desde ahí podía visualizar perfectamente lo que estaba pasando en aquel lugar, se encontraban sentados en los bloques de cemento Adolfo y los tres hombres corpulentos de la cocina como espectadores y en el centro del ágora, estaban Carlos, sus dos monitores, atado de las manos por una cuerda que iba a una rama de un árbol que daba sombra en el día al lugar, estaba Sebastián y acostados en dos bloques de cemento lo suficientemente altos para quedar a la altura de la cintura del líder y sus “monaguillos”, estaban Esteban y Manuel, estos dos llevaban sus piernas en lo alto, formando una V y estas estaban atadas a otros dos bloques de cemento más pequeños y sus manos de igual manera iban atadas por cuerdas y estiradas por estas mismas a otros dos bloques de cemento, la imagen era un completo morbo, los tres atados iban todavía con sus túnicas, aunque Sebastián ya exponía parte de su verga producto de la posición obligada que llevaba y mientras tanto yo ya me acomodaba de nuevo mi túnica para iniciar mi paja y presenciar el show porno que estaban por regalarme.
Adolfo bufada excitado y ya se estaba acomodando su túnica y ropa interior para presenciar la escena, los tres de túnica azul ya se encontraban en ropa interior, se habían despojado de sus túnicas y esperaban ansiosos por ver lo que Carlos haría con estos tres alumnos, yo sí logré pensar en por qué tanta inquina y sevicia contra estos tres personajes cuando habíamos otros incumpliendo el reglamento del lugar y de los retiros, pero bueno, mientras mi castigo continuara aplazado, me iba a dedicar a disfrutar de lo que este lugar me regalaba día a día.
Mire para la casa para asegúrame quien más estaba espiando desde su ventanas, vi luces prendidas de algunas habitaciones pero para mí conveniencia, las habitaciones que daban para esa parte de la finca, todas estaban desocupadas, recuerden que por ubicación, la 8, la 9 y la 10 estaban ocupadas por los castigados en ese momento, la 11 por mí y la 12, 13 y 14 por los primeros tres alumnos que renunciaron a los retiros, un alivio para mí, nadie podría verme o al menos eso pensaba yo, volví mi mirada al ágora y Carlos comenzaba a intimidar a los tres atados, Esteban y Manuel se veían muy angustiados y a punto de llorar, la verdad que sentí un poco de lástima por ellos, sentí un poco exagerado sus castigos y sabía por sus posiciones que terminarían penetrados por alguno de los presentes, por su parte Sebastián estaba algo más tranquilo, miraba a lado y lado a cada uno de sus amigos y lograba dibujar un poco de malicia en su rostro al verlos en esa posición, Carlos siguió con algunas palabras que no logré escuchar e inmediatamente Andrés corrió al bloque de cemento que tapaba la compuerta donde escondían esos objetos tipo bondage, de ahí empezaron a aparecer artículos como unas tijeras, unos látigos, dos mordazas de aro y una ball gag, entre otros, el líder tomó las tijeras, amenazando e intimidando de nuevo a sus tres víctimas, dijo unas cuantas palabras más a los asistentes quienes acosaban para que esas túnicas fueran cortadas y así fue, de manera experta, esas telas blancas fueron hechas hilachas y esos cuerpos quedaron expuestos completamente desnudos, ver a Esteban y Manuel en esa posición, exhibiendo completamente sus culos fue un espectáculo para mí, así ellos dos no me atrajeran físicamente, cualquier macho en esa posición se ve arrechante, ya me encontraba en una paja lenta y rítmica, retrasando mi orgasmo y manteniendo mi excitación al 1000%, Sebastián por su parte, exhibía su verga a media erección y comenzó a patear con sus pies sueltos buscando golpear a quien lo había dejado completamente desnudo, Carlos al ver eso ordenó a Andrés buscar una barra separadora e inmediatamente entre los dos monitores y con la ayuda de uno de los cocineros, sus pies fueron atados y la barra a su vez atada al piso con la ayuda de otro bloque de cemento de menor tamaño, así se logró inmovilizar del todo al troglodita quien gritaba entre la rabia y la excitación por lo que la ball gag fue a parar en su boca y provocando unos segundos después que comenzara a babear abundantemente.
Por su parte, Esteban y Manuel comenzaron a gritan pidiendo ayuda y fue ahí cuando el primer azote con el látigo fue a dar directo en sus culos, Carlos era un experto, un maestro del BDSM, sabía exactamente como manipular cada uno de estos artículos, con este primer azote vino la amenaza, el líder pidió silencio a los castigados si no querían seguir recibiendo más latigazos pero no sirvió de nada, los dos acostados siguieron gritando y ahí fueron usadas las mordazas de aro para callarlos, estos dos seguían llorando y rogando para que los soltaran pero eso no estaba en los planes de Carlos y yo tampoco quería que esto terminara ahí, Andrés y Daniel tomaron un látigo cada uno y comenzaron a azotar los culos de los atados a las bloques de cemento mientas el líder comenzó a azotar el culo de Sebastián, se notaba la fuerza que este imprimía en esos golpes, quería domarlo, sodomizarlo, mostrarle quien era el que mandaba y convertirlo en su esclavo, esos tres culos ya se empezaban a notar rojos y calientes, los tres castigados se veían lagrimear y quejarse por los golpes y el líder les recordaba el por qué estaban ahí, les hizo caer en cuenta de nuevo que sus esposas le habían confiado información íntima, le dijo a Sebastián que sabía su “secreto”, “sé que usted se mantiene con estos dos de fiesta en fiesta y de borrachera en borrachera, por eso ha descuidado su matrimonio y la sexualidad con su esposa, ella sospecha que algo le pasa a usted con sus dos mejores amigos, siempre los lleva a su casa para terminar de emborracharlos, se ofrece a desvestirlos e incluso en ocasiones, ducharlos para luego acostarlos y ella logró confesarme que ha visto como se le van los ojos en sus culos cuando los deja dormidos en ropa interior o completamente desnudos, ¿así qué disfruta de estos dos culos, señor Sebastián?, ¿le arrechan y desea penetrarlos?, ¡confiese!, ríndase a sus deseos más oscuros” todo esto se lo decía Carlos mientras continuaba azotando fuertemente su culo, el troglodita no daba crédito a lo que escuchaba, negaba con su cabeza y miraba asustado a sus dos amigos, estos dos mientras tanto seguían recibiendo azotes en sus culos y abrían los ojos de sorpresa con lo que estaban escuchando, siempre habían visto en su amigo a un líder, al más exitoso de los tres en varios campos, laboral, académico, financiero, social y sentimental, siempre había sido el que más ganaba con las mujeres y nunca se les había ocurrido algo así de él, pero Carlos continuó con las revelaciones.
Yo seguía en mi escondite, la escena me tenía a tope, miré de nuevo a las ventanas de la casa, me asusté al ver la luz prendida de la habitación de Esteban y reconocer a David quien se encontraba espiándome y masturbándose descaradamente, me hizo una que otra seña que no logré entender y preferí ignóralo para seguir concentrado en la escena del ágora, pero si logré preguntarme un poco confundido ¿qué hacía este personaje en una habitación que no es la suya espiándome precisamente a mí y esta escena tan homosexual?, no me quise responder en ese momento y decidí continuar en lo que estaba y realmente me interesaba, el ágora.
Al volver la vista a aquel lugar, me encontré ya sin túnicas y llevando sus tradicionales suspensorios a los dos monitores de los retiros, estos seguían azotando el culo de los dos castigados provocándoles quejas y llanto, Carlos por su parte continuaba vistiendo su túnica, azotando fuertemente el culo de Sebastián y narrando otros momentos en donde este aprovechaba para morbosear a sus dos amigos sin que estos se dieran cuenta, habló de los vestidores del gimnasio y de la cancha de fútbol 5 en la que practicaban este deporte dos veces por semana, me pregunté por qué tenía esta información, pero preferí concentrarme en el cuerpo del líder, cuanto deseaba que por lo menos me dejara disfrutarlo en ropa interior, “Dios mío, que suplicio”, pensé yo en el instante, “¿cuándo será que este man se quita esa túnica?”, pensaba yo mientras continuaba con mi paja.
La cara del troglodita era un poema, verse evidenciado ante sus amigos de toda la vida lo tenía con la cara roja de vergüenza, pero su verga lo delataba, estaba en su máxima erección, ni los azotes en su culo lograban bajarle la excitación en la que se encontraba, al punto que de su uretra comenzó a gotear semen y esto lo notó Carlos, quien aprovechó para tomarlo con sus dedos para luego introducirlos en las bocas de Manuel y Esteban que gracias a las mordazas no pudieron negarse en saborear el néctar de su gran amigo, esto pareció arrechar más al troglodita quien comenzó a bufar y a tirar su cadera hacia adelante simulando una penetración, era claro lo que deseaba, el líder aprovechó su desespero, puso su mano en forma de puño, permitiendo que introdujera su verga, comenzara un mete y saca desenfrenado y cuando sintió cerca el orgasmo, retiró de inmediato su mano, cosa que desesperó aún más a Sebastián, su orgasmo había sido interrumpido, ¡uff!, este hombre sabía exactamente lo que hacía., era todo un experto en estas artes.
Ya los 4 espectadores estaban pajeandose con semejante escena, al igual que yo, los cuerpos de Manuel y Esteban fueron corridos para atrás obligando a sus cabezas quedar en el aire para luego ver a Carlos dar la orden a dos de los cocineros a penetrar sus bocas, estos dos se pararon inmediatamente, estaban deseosos de entrar en acción, tomaron sin ninguna contemplación a los dos castigados y comenzaron un mete y saca salvaje, poco les importó su inexperiencia, sus vergas se podían calcular de un tamaño más largo que el promedio, unos 18cms, les calculé yo, muy similares las dos, cosa que hizo más difícil el momento para estos dos manes, babeaban, tenían arcadas cada dos, tres segundos y tenían que ser ayudados por sus perpetradores girando sus cabezas para vomitar, el castigo continuó, no había piedad en ninguno, Andrés y Daniel ya estaban preparando con sus dedos los culos de los dos acostados en las piedras, el dedeo era intenso y constante, no podían quejarse, sus bocas continuaban ocupadas, Sebastián por su parte continuaba recibiendo azotes, esta vez por parte del tercer cocinero, mientras Carlos continuaba alargando su suplicio, llevándolo al punto del orgasmo y retirando su mano cada vez que este se acercaba al mismo.
Yo estaba también al punto del orgasmo, pero no quería terminar todavía, quería presenciar la escena hasta el final, David continuaba en la ventana en su paja y haciéndome gestos morbosos con su cara, debo confesar que verlo ahí y sentirme observado, le estaba sumando mucho más morbo a la situación, volví la mirada al lugar del castigo y me encontré con Adolfo parado, completamente desnudo y reclamándole a Carlos por su no participación, esté simplemente lo obligó a volver a su sitio, le recordó quien era el que mandaba y le dijo que hoy, él sería solo espectador, que se conformara con eso o se retirara a su habitación, el anciano intentó revelarse e inmediatamente el cocinero que azotaba a Sebastián y los dos monitores lo redujeron, lo obligaron a sentarse de nuevo en su lugar, ataron una de sus manos al piso con la ayuda de una cuerda y su otra mano fue atada con cierta holgura para permitirle una paja mientras Carlos le recordaba las reglas y le decía que hoy estaba obligado a observar, Adolfo intentaba desatarse pero le era imposible y al verse en esa posición, decidió conformarse con seguir de espectador mientras continuaba con su masturbación.
Los culos de Esteban y Manuel ya estaban listos, fueron girados de tal manera que Sebastián los pudiera ver, era claro el propósito de Carlos, llevar al troglodita al límite, este al ver esos agujeros dilatados, expuestos y listos para recibir verga, comenzó a bufar como un toro en celo y a mover sus caderas buscando penetrar lo que se le atravesara, este momento lo aprovechó el líder para evidenciar de nuevo a Sebastián frente a sus amigos, recordándoles que siempre habían sido objetos de deseo de su mejor amigo, Sebastián ardía de la rabia y de la excitación, sus amigos se encontraban con sus cerebros hechos mierda, tanta información y tanto castigo los tenía en shock, por una parte deseaban no estar ahí, pero sabían que eso era imposible por lo que habían decidido rendirse al momento, pero por otra parte estaban recibiendo estímulos que los estaban llevando también al límite, mismo límite en el que me encontraba yo.
Continuara…
Retiros Espirituales – Capítulo 9
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