El Primo de la Novia 2

Es un nuevo día en el departamento de Isabella y de Oswaldo. Ayer por la tarde, después de terminar bañado en la leche de Luciano, Oswaldo se levantó y fue al baño sin decir nada… no volvió a cruzar palabra con el primo de su novia en todo el día, comió cada uno por su lado aunque Oswaldo por primera vez cocinó para los dos y dejó la comida en la estufa para que Luciano la comiera.

Hoy Luciano termina de bañarse cuando Oswaldo está aún trabajando. Sale del baño con la toalla puesta y se detiene delante de Oswaldo que escucha atento la conversación que tiene que traducir en tiempo real.

Luciano se suelta la toalla de la cintura y la sostiene en su mano, se seca el cabello negro y corto con movimientos bruscos, sus manos levantadas dejan expuesto su abdomen muy delgado y su pelvis peluda, su verga se mece de un lado al otro mientras se seca.

Se seca la espalda y luego el pecho y los brazos, se gira descaradamente para secarse las piernas y le muestra a Oswaldo sus nalgas redondas y carnosas sostenidas por unos muslos duros bien peludos…

Oswaldo se mantiene atento a su trabajo aunque le dirige algunas miradas a Luciano que se seca el cuerpo delante de él.

Oswaldo disimula bien en la llamada aunque Luciano nota que el bulto en sus boxers se hace más grande. No quiere causarle problemas así que después de secarse camina hacia su cuarto desnudo.

Oswaldo termina su trabajo y se despide de sus clientes. Apaga su laptop y se queda quieto unos instantes. Tal vez ayer se ha excedido y ha rebasado algunos límites con el primo de su novia, quizá es momento de decirle que pare.

Avanza al cuarto de Luciano dispuesto a pedirle que dejen todo por La Paz y que olviden lo que sucedió la mañana anterior…

Luciano está en su cama acostado, desnudo boca arriba, Oswaldo quiere hablar pero lo encuentra gimiendo, masturbándose, concentrado en lo que hace. Se queda callado sin saber que decir.

Mira el rostro apuesto de Luciano hacer gestos de placer, mira su cuerpo delgado tensarse con la masturbación y observa su verga en sus manos moverse arriba y abajo con fuerza, con ímpetu juvenil.

-Arrodíllate si quieres ver- le ordena Luciano, Oswaldo se queda sin palabras… se arrodilla.

-Buen chico- dice Luciano, Oswaldo no entiende el juego pero lo siente, se excita recibiendo órdenes del primo de su novia y le prende tener que arrodillarse para ver cómo se masturba

-¿La quieres tocar?- le pregunta Luciano dejando de masturbarse unos instantes, Oswaldo se levanta para subirse a la cama

-No… de rodillas…- le dice Luciano -ven hacia ella despacio en cuatro patas

Oswaldo camina arrodillado hacia aquella verga juvenil bien parada con dos enormes huevos debajo colgando delicioso… llega hasta ella y muy despacio le acerca su mano, la rodea con ella, sobrepasa su mano por arriba y por abajo… la masturba muy despacio

-¿Te gusta?- le pregunta Luciano

-¿Estar arrodillado junto a ti?- pregunta Oswaldo

-Mi verga- responde Luciano

Oswaldo se queda en silencio, mirando la verga del muchacho en su mano mientras la aprieta con fuerza y la masturba- si- responde finalmente concentrándose en su glande rosado con la punta redonda.

Luciano se relaja y cierra sus ojos, se deja masturbar. Oswaldo no es constante en los movimientos, pero a Luciano no le importa, no tiene nada que hacer así que el novio de su prima se puede pasar horas jugando con su verga.

Oswaldo cambia de mano constantemente porque se cansa de masturbarlo. Nadie le ha dicho que tiene que jalársela hasta que saque leche… pero Oswaldo lo toma como una tarea… la sensación del grosor y su textura cambian cuando la tiene en la mano izquierda, es menos hábil pero más sensible al tacto… muchas dudas pasan por su cabeza: si nunca le han llamado la atención los hombres ¿qué tiene Luciano que lo hace sentir así?… Luciano se agarra la verga y se masturba a gran velocidad, Oswaldo se queda quieto junto a él, de rodillas.

-¿Los quieres en tu cara otra vez?- le pregunta

-Solo vente y ya- responde Oswaldo. Luciano le concede el capricho, cierra los ojos y mueve todo su cuerpo delgado y fino- ahhhhh ahhhhhh- lanza su esperma en chorros abundantes y llenos de fuerza que se impactan en su abdomen y su pecho.

Oswaldo lo mira arrodillado debajo de la cama. Cuando Luciano termina toma con su dedo semen y se lo embarra a Oswaldo en las mejillas.

-Creo que tenemos que dejar de hacer esto- dice Oswaldo poniéndose de pie- soy el novio de tu prima no me siento bien poniéndole el cuerno-

Luciano se ríe embarrándose el semen en el abdomen y el pecho lampiños- nadie le está poniendo el cuerno- le corrige- yo no te amo y tú no me amas… esto es más… una cosa de hombres-

-Si pero… me han dado ganas de hacer más cosas- dice Oswaldo nervioso, luego se queda en silencio, se levanta y se va a lavar la cara. La casa se queda en silencio por un largo largo rato.

El día transcurre igual que el día anterior: Oswaldo y Luciano no se hablan, pero Oswaldo le cocina y esta vez Luciano llega a la cocina a comer cuando Oswaldo está sentado a punto de empezar.

-¿Me puedo sentar?- pregunta el chico

-Si, por favor, ¿quieres agua?- le pregunta Oswaldo levantándose para servirle de comer, Luciano asiente. Oswaldo le sirve la comida y un vaso con agua.

Comen en silencio. Luciano sabe que le corresponde romper con esa barrera invisible de silencio entre los dos.

-Podemos ponerle un nombre para que no sientas que engañas a Isabella- dice Luciano masticando la comida

-¿Un nombre?- pregunta Oswaldo

-Claro- responde Luciano- está mal que un hombre le agarre la verga al primo de su novia pero qué tal si fueras mi… mascota.

-Que pendejadas dices- responde Oswaldo reaccionando por instinto

-No son pendejadas, míralo así: las mascotas juegan con sus dueños, los dueños las acarician pero no tienen una relación de amor sentimental entre ellos… yo puedo jugar contigo como mi perro sin que nos sintamos culpables-Oswaldo sigue comiendo sonriendo como si considerara la idea de Luciano una ocurrencia boba

-Si fueras mi mascota jugaría contigo, dejaría que me lamieras… sería una relación pero nada romántico- añade Luciano

-¿Y porqué tengo que ser yo la mascota? El que se desnuda eres tú- responde Oswaldo-es con tu cuerpo con el que hemos jugado

-Pero date cuenta de algo- dice Luciano levantándose- cada vez que me quito la ropa el que se queda sin aliento eres tú- se desabotona la camisa despacio mientras habla- el que ha caído de rodillas delante de mi, has sido tú- Luciano se quita despacio la camisa dejando al descubierto su tórax delgado duro pero sin mucho músculo con sus pectorales apenas dibujados.

Oswaldo no dice nada, Luciano se abre el cinturón y luego el pantalón, se baja lentamente la cremallera - algo tiene mi cuerpo que te sorprende y te gusta, te pone nervioso, no has sabido reaccionar delante de él - Luciano mete sus manos dentro de sus boxers y se empina hacia el frente bajándose pantalones y boxers al mismo tiempo mientras en sincronía se quita los zapatos con sus pies- cada vez que te arrodillas puedo sentir como alabas mi cuerpo, no me lo dices pero te comportas sumiso ante él, como si lo veneraras- Oswaldo traga saliva mirando el cuerpo ya desnudo de Luciano.

-No puedes negarme que te excita- le dice haciendo los brazos a los lados y mostrando sus manos abriendo a Oswaldo su completa desnudez. Su verga está flácida pero se ve grande y poderosa, Oswaldo no dice nada pero con su silencio reconoce que si, que el cuerpo de Luciano lo vuelve loco.

El chico desnudo se acerca a Oswaldo y toma su plato a medio comer, lo pone en el piso- sé un buen perro y come en el piso para mi- le dice manoseándose la verga con una mano mientras con la otra se acaricia un pezón

Oswaldo se queda quieto en la mesa, luego se levanta y se para delante de él. Además de ser once años mayor lo rebasa en estatura por una cabeza.

Oswaldo lo mira desafiante hacia abajo pero Luciano no le quita la mirada, lo mira sonriendo, como si todo lo que ha dicho fuera una broma. Oswaldo se arrodilla despacio enfrente de Luciano y luego se agacha a tomar un pedazo de carne de su plato con las manos.

-Sin manos- le dice- eres una mascota.

Oswaldo pone sus manos a ambos lados del plato y forcejea para cortar un pedazo de carne, Luciano se agacha en cuclillas y le ayuda, sosteniendo la carne con sus manos para que le arranque un pedazo.

Oswaldo mastica en cuatro mirando a Luciano, el chico le ofrece otro pedazo de carne y Oswaldo lo corta con sus dientes y mastica, cuando Oswaldo traga Luciano levanta la carne para ofrecerle otro trozo, Oswaldo lo corta con la boca y mastica.

Mientras mastica mira la verga hipnotizante de Luciano y sus huevos colgando libres y viriles entre sus piernas.

-El puré- le dice Luciano señalándole un puré de papas que está junto a lo que queda de carne. Oswaldo sume la cabeza en el plato para lamerlo, levanta la cara con las barbas manchadas de papa, Luciano sonríe.

-Quítate la ropa cachorro- le ordena Luciano, Oswaldo se estremece al escuchar que lo llama cachorro, ha perdido sus derechos como “mayor” en la relación, aunque tal vez nunca los ha tenido.

Se levanta- ¿a dónde vas? Quítate aquí en el piso- le ordena Luciano, Oswaldo obedece… se abre la camisa dejando ver su pecho grueso, de oso, bien peludo y su abdomen y espalda igual llenos de pelos… Luciano le acaricia la espalda peluda - lanudo, como todo un buen animal- dice sonriéndole a Oswaldo que se sienta con el culo desnudo para quitarse los zapatos y sacar el pantalón y el boxer de sus piernas también muy peludas.

-En cuatro perrito- le ordena Luciano una vez que Oswaldo ha quedado desnudo, Oswaldo se pone en cuatro, Luciano arrodillado junto a él lo acaricia en la espalda y en el pecho como a un perro, le acaricia las nalgas bien peludas y le da unas nalgadas suaves y cariñosas- que buen perro me acabo de conseguir, ladra-

-Guau guau- dice Oswaldo

-No perrito, desde lo profundo, usa tu diafragma, como si tosieras- y poniéndose de pie se monta en Oswaldo y se aprieta a su abdomen. La imagen es como la de un niño que monta un Gran Danés, le aprieta fuerte el abdomen embarrando su verga en la espalda de Oswaldo- ¡ladra!- le ordena

Oswaldo aprieta el abdomen y saca con voz ronca un ladrido profundo y fuerte- woooof woooof- Luciano lo abraza y le acaricia la espalda- ¡buen perro! Que buen perro- Luciano se baja de él y se para enfrente

-¿Quieres seguir comiendo esa carne o prefieres carne más fresca?- le pregunta agarrándose la verga que ya está dura, Oswaldo mira la verga y abre la boca para tragarla.

Luciano lo detiene poniendo la mano en su frente -dime que quieres ser mi mascota- le ordena sosteniendo su verga a milímetros de la boca de Oswaldo

-Quiero ser tu mascota- responde Oswaldo y como premio, Luciano le acerca la verga a los labios. Oswaldo abre grande, jamás ha tenido la verga de un hombre en ella, simplemente nunca le había llamado la atención… pero esta verga lo tiene muerto de hambre, la desea más que nada en el mundo, no puede esperar el momento de meterla en su boca y probarla.

Su deseo se cumple como en cámara lenta, poco a poco el glande de Luciano rebasa la barrera de sus labios… cuando la punta ya está adentro los cierra para saborearla… y su cuerpo se estremece de un placer que no comprende

Cuando la tiene adentro comienza a empujar su cabeza adelante y atrás con hambre, con ansias- que rico,perro- dice Luciano complacido- eso, cómete tu hueso, sé un buen perro-

-wooof wooof- responde Oswaldo entrando en el juego, saca la lengua y hace sonidos de can antes de volver a metérsela en la boca.

-Los huevos cachorro, muéstrame cuánto los respetas- le dice levantándose la verga y mostrándole sus dos genitales colgando, peludos y grandotes. Oswaldo los lame y los chupa… no lo ha hecho nunca pero pareciera que lo ha hecho desde siempre… Oswaldo se mueve por instinto y lo tiene muy muy desarrollado.

Luciano se masturba a toda velocidad… en segundos saca un chorro grueso de semen que se impacta en la frente de Oswaldo, luego sigue otro y otro y uno más…

Cuando está terminando de venirse suena la alarma del celular de Oswaldo, con la cara llena de semen el novio de su prima se levanta a toda prisa- tengo que ir a trabajar-

-Quieto- le ordena Luciano, Oswaldo obedece por puro instinto- en cuatro- Oswaldo obedece algo nervioso.

Luciano le escupe en la cara y con sus manos esparce el semen y la saliva hasta que queda bien embarrada disimulándose - listo, vas a trabajar conservando mi marca- le ordena. Oswaldo se pone la camisa a toda prisa y llega corriendo a conectarse, justo a tiempo.

Luciano lo mira trabajar en su computadora con la cara llena de semen, su saco, camisa y corbata en la parte superior pero completamente desnudo de la cintura para abajo.