El Primo de la Novia 5

Oswaldo desnudo, en cuatro patas, subido en la cama, le cuenta a Luciano que ni el corte de cabello, ni la cena cocinada con esmero sirvieron para convencer a Isabella de irse a la cama con él.

Luciano sentado en el piso junto a la puerta escucha pensativo lo que Oswaldo le cuenta

-Bueno perro- le dice a Oswaldo- hoy voy a irme de antro y procuraré llegar muy tarde, aprovecha y haz un segundo intento- le dice.

-Si Amo- responde Oswaldo agradecido por los ánimos que le da Luciano para que vuelva a intentarlo. Le enternece y agradece la preocupación honesta que siente por avivar la llama entre Isabella y él.

-De cualquier manera no haz cumplido con la orden que te di- le dice sacando un cinturón de su clóset- voy a tener que castigarte- Oswaldo traga saliva, nunca antes lo ha castigado, y por su mente pasan muchos pensamientos, entre ellos la curiosa sensación de ser castigado por alguien que tiene menos edad que él.

-Gírate perro- le ordena Luciano con suficiente autoridad como para que Oswaldo no titubee y obedezca

Oswaldo siente una frustración grande y considera que merece ese castigo- levanta el culo y después de cada azote quiero que ladres- le dice acariciando sus nalgas peludas con una mano mientras sostiene el cinturón doblado en la otra- sé que te esforzaste perrito, pero quiero que sepas que siempre que falles te voy a castigar para que aprendas a esforzarte más.

-¡Wooof!- llora Oswaldo cuando siente el primer golpe del cinturón impactándose contra sus nalgas- ¡wooof!- ladra cuando siente el segundo.

Luciano lo acaricia en la zona castigada, dolor y placer mezclados que hacen que Oswaldo se quiebre un poco- ¡Wooof!- ladra metiendo las nalgas tras el tercer golpe- ¡woof!- vuelve a ladrar cuando le pega de nuevo.

Luciano se acerca y vuelve a acariciarlo en la zona en la que lo ha azotado… Oswaldo se abandona a su Amo dejando que lo haga transitar por el dolor y el placer como le plazca.

Luciano levanta su mano y la deja caer con fuerza en las nalgas de Oswaldo que se mecen como gelatina ante el impacto, le da otra nalgada inmediatamente, y una más, y otra, y otra, cada una es más fuerte que la anterior.

- wooof woooof woooof wooof woooooof woooof- ladra Oswaldo moviendo sus nalgas ligeramente ante cada impacto en reacciones involuntarias… desde afuera la escena tiene su gracia: un muchacho con cuerpo de twink castigando a un adulto peludo y físicamente más maduro, imposible mirarlo sin el contexto de que es un Amo castigando a su perro.

Luciano toma de nuevo el cinturón, se sienta junto a Oswaldo y sujeta su cintura con fuerza, con la otra mano le suelta cinturonazos fuertes, uno después de otro -‘wooof woooof arouuuuuu arouuuuuuu arouuuuu- comienza a aullar el perro que se siente atrapado de la cintura por el brazo delgado y fuerte de Luciano

-Lo siento perro es para que aprendas- le dice Luciano- arooouuuu arouuuuu- aulla Oswaldo más fuerte, Luciano no para, lo sigue castigando… zazzz zazzzz el cinturón se impacta en las nalgas del perro tornándolo colorado y haciendo que se sienta caliente… zazzz zazzzz… los azotes siguen uno tras otro, Oswaldo de pronto se quiebra y comienza a llorar

Luciano toma distancia mientras Oswaldo respira agitado y llora con honestidad, Luciano le da golpes duros con el cinturón concentrándose en una sola nalga y turnándose una y luego la otra… una… y la otra… una … y la otra…

Oswaldo gime lloroso, sus ojos dejan caer auténticas lágrimas de dolor y respira duro moqueando y gimiendo.

Luciano no para, le sigue pegando en las nalgas, una tras otra, duro, firme, Oswaldo llora y llora agudo… Luciano parece no escuchar el llanto, aprieta los dientes y cada vez le da más duro… más duro… más duro… Oswaldo sigue llorando.

Las nalgadas se detienen pero el llanto sigue. Luciano lo jala de la correa con ternura y Oswaldo se deja llevar hasta el pequeño patio de la casa- ahí te vas a quedar castigado hasta que yo considere que has aprendido la lección- le dice cerrando la puerta detrás de él.

Tumbado en el piso como un perro castigado Oswaldo llora hasta calmarse… pasan los minutos y Luciano escucha el celular de Oswaldo sonar, es la alarma que me avisa a Oswaldo que tiene que conectarse al trabajo.

Vestido de la cintura para arriba y con la cara hinchada y enrojecida por el llanto se sienta delante de la laptop para trabajar.

Cuando termina llega la hora de la comida, Amo y perro comen los restos de la cena que Oswaldo le preparó a Isabella. Luciano le concede permiso de comer sentado con la ropa del trabajo puesta.

-No mames perro, esto está delicioso- dice Luciano- ¿no le gustó a Isabella?

-Ni lo probó- responde Oswaldo algo molesto

-Yo si te daba las nalgas si me cocinas algo así- responde Luciano, Oswaldo se excita - si me lo cocinaras a mi cabrón, ahorita estamos comiendo los dos desperdicios como perros.

Oswaldo se ríe, Luciano respira. No es ajeno al dolor que siente el novio de su prima.

Cuando terminan de comer Luciano propone una idea- yo creo que tenemos que cargarte de testosterona cabrón, vamos a correr- le dice

-Pero acabamos de comer- responde Oswaldo ganándose una bofetada

-Vamos a correr dije- le repite Luciano

-Si Amo- responde Oswaldo poniéndose de pie.

El ejercicio dura poco, Oswaldo tiene una condición física lamentable. Perro y Amo vuelven al departamento y se turnan el baño para prepararse para su noche.

Luciano se despide a las siete y se va a un antro de moda, viste una camisa blanca que usa abierta exhibiendo su pecho delgado y lampiño, unos pantalones color beige y unos zapatos con un pequeño tacón con los que que le resaltan los glúteos.

No ha pasado media hora en el sitio cuando encuentra a un twink rubio que lo lleva al baño y en un privado le abre la bragueta para darle una mamada.

Luciano se quita el cinturón y se lo coloca alrededor del cuello, sujeta el cinturón de una punta con fuerza y lo aprieta lo suficiente para que el rubio bonito se sienta sometido.

Lo levanta del cuello con el cinturón cuando se siente satisfecho de sexo oral y lo empuja contra la pared del privado, le baja el pantalón con fuerza y mete su mano debajo del boxer rojo que trae puesto.

Lo besa mientras sus dedos juegan en su apretado culo, el twink embarra su cuerpo al suyo respondiendo caliente al beso de Luciano. Lo gira con fuerza y lo empina con una mano para meterle la lengua, es un culito rubio, redondo, lampiño, delicioso… cuando lo tiene bien mojadito se incorpora y le mete la verga trap trap trap trap… las paredes del privado se mueven todas, el twink gime pero Luciano le tapa la boca cuando siente que se viene se sale de él y lo arrodilla para llenarle de leche la cara… el twink se deja bañar en su leche, Luciano sale del baño dejándolo impregnado de su semilla…

Así es Luciano, rápido y sin afectos, placer por placer y a chingar a su madre… de pronto se detiene a mitad del antro y se pregunta qué lo tiene tan unido a Oswaldo y porqué con él las cosas han sido diferentes…

Se embriaga sobre pensando en esa sola idea, baila en la pista para que se le baje la calentura, esta solo porque siempre ha estado solo y se disfruta en su soledad, ocasionalmente se acercan chicas y chicos a querer bailar con él, pero los ignora… no quiere estar ahí… quiere estar con su perro.

A las dos de la mañana, ya que le ha pasado el efecto del alcohol va de regreso al departamento. No espera ver a Oswaldo y a Isabella despiertos, los dos vestidos en la cocina de su casa, hablando.

-Disculpen si interrumpo- dice Luciano-hagan de cuenta que no estoy, me voy a encerrar en mi cuarto y a ponerme los audífonos

-Siéntate- le dice Isabella calmada. Luciano se sienta porque adivina que no tiene otra opción.

-Llevo dos meses acostándome con alguien más- dice Isabella- Oswaldo y yo acabamos de platicarlo. Luciano no se sorprende, confirma una sospecha que tenía, lo que no entiende es esa escena de pareja en la cocina.

-Le conté lo que ha pasado entre nosotros- le dice Oswaldo a Luciano

-Entre nosotros no ha pasado nada- se excusa Luciano nervioso

-Tranquilo- dice Isabella- siempre he sabido que te gustan esas cosas. Y por mi esta bien- le dice- yo no quería que Oswaldo supiera que estoy saliendo con alguien más porque si me corría de la casa tenía miedo de que también te corriera a ti- Oswaldo

es dueño del departamento, estaría en su derecho al pedirle a Isabella que se fuera.

Isabella añade- pero si ustedes dos se están entendiendo… me siento más tranquila y sé que puedo irme sin que tú te quedes desamparado-

Luciano no puede creer lo que está pasando- ¿le contaste todo? O sea que eres mi perro y que…- le dice Luciano

-Estoy con Isabella porque es mi mejor amiga- le dice Oswaldo- me excita ser tu perro y quería contarle. Si no hubieras sacado al sumiso que tengo dentro saber que Isabella me engañaba me hubiera destruido. Me ayudaste a sobrellevar esta situación mejor que nunca-

Luciano escucha con la boca abierta- Bueno ¿entonces?- pregunta Luciano

-Hazlo- le dice Isabella a Oswaldo y Oswaldo se levanta de su asiento y se quita la ropa, Isabella lo mira sonriendo, Luciano no sale de su sorpresa, Oswaldo completamente desnudo se pone en cuatro patas y avanza hacia Luciano- te regalo a mi novio Lu- le dice Isabella sonriendo- quiero que lo hagas tu perro, yo me iré a vivir con mi nuevo novio.

-Gracias prima- dice Luciano acariciando instintivamente la cabeza de Oswaldo, el perro sale en cuatro patas de la cocina y regresa con la correa y el collar en el hocico, Luciano se lo pone en silencio y luego sujeta la correa con fuerza

-Hoy ya puede dormir en tu cuarto- dice Isabella- mañana es sábado, mi novio va a venir desde temprano a ayudarme a sacar las cosas-

Isabella no dice más, se levanta y le da un beso en la mejilla a Luciano y luego le planta un tremendo beso a Oswaldo en la boca - gracias por todo amor, fui muy feliz- le dice y camina hacia su cuarto- una cosa más- les dice- me encantaría que mi nuevo novio los conozca a ti y a tu nuevo perro.

Oswaldo sabe lo que eso significa, verá cara a cara al nuevo novio de Isabella convertido en una mascota, la idea le excita tremendamente.

Luciano jala la correa de Oswaldo hacia su cuarto, recoge una sábana y la coloca en el piso- aquí vas a dormir- le dice- pero antes de dormir… creo que tengo ganas de

hacerte completamente mío, ponte en cuatro sobre la cama.

Oswaldo obedece, sabe lo que va a suceder y no hay momento más humillante para que suceda que este momento… cuando su novia acaba de regalarlo como mascota.

Luciano saca de su cajón algunas cosas detrás de él, una es el ball gag que Naim le regaló después de usarlo con Oswaldo, se lo coloca en la boca… luego un antifaz ciego- quiero que solamente sientas, esto va a ser especial- le dice poniéndoselo en los ojos y finalmente un lubricante que le unta abundantemente en el culo…. Un dedo… dos… es de madrugada pero no importa… la celebración amerita que se tome su tiempo… finalmente Oswaldo siente el glande de Luciano en la entrada de su culo… lo desea tanto que tiene ganas de aventarse hacía él y devorarlo por detrás.

Luciano lo sujeta de los hombros… empuja… más… mas fuerte… el culo se abre… la verga entra… duele… pero Oswaldo aguanta en silencio… le escurre saliva por la boca… como a un animal… la verga de Luciano se va abriendo paso lentamente… muy despacio… Oswaldo la siente enorme… gruesa… inmensa… parece que va a partirlo… Luciano se mete más… y más… y mas…

Oswaldo se queda callado y la aguanta toda… duele y le gusta… lo rompe y lo cura… lo llena y lo somete… cuando está bien adentro la siente moverse… despacio… con fuerza… despacio… con fuerza… más adentro… más rápido… más rápido… más… más -Ahhhh ahí te van mis hijos perro- le dice Luciano gimiendo y una marea de leche recorre sus entrañas como un río de placer que le hace sentirse como el perro de su Amo…