El Primo de la Novia 9

Con mucha dedicación, Ezequiel envuelve el cuerpo desnudo de Oswaldo del cuello hacia abajo en plástico para embalar. Es un plástico stretch que se adhiere al cuerpo del perrito convirtiéndolo en un saco tieso del que solo sobre sale la cabeza, su verga enjaulada y sus huevos hinchados y llenos de leche.

Cuando está completamente momificado lo tira suavemente al piso con ayuda de Spiro y de Luciano.

Mientras Ezequiel le da pequeños golpecitos en los huevos bien cargados de leche Luciano abraza a Spiro por detrás y le acaricia el cuerpo, Spiro se deja tocar como un muñeco sin voluntad que sabe que debe permitir que un superior lo toque a su antojo, le acaricia las nalgas bien redondas y se las estruja, luego lo rodea con sus brazos delgados y juega con su verga que ya para este momento está nuevamente enjaulada.

Ezequiel toma del collar a Spiro y le dirige la boca a los huevos de Oswaldo para que los lama, la sensación de placer se colapsa por la completa inmovilidad que tiene en el cuerpo, apenas puede mover la cabeza con desesperación y ansias de soltarse, es una sensación de completo sometimiento que lo vuelve loco y ansioso.

Luciano se quita el pantalón y monta a Oswaldo por el pecho poniendo sus nalgas en la cara de Oswaldo. El perro jamás ha tenido las nalgas de su Amo tan cerca, aquella vista le parece gloriosa.

-Lame perro- le ordena Oswaldo jalándole los cabellos para que levante la cabeza y le mame el culo. Oswaldo obedece de buena gana… aquel culo ligeramente peludo es un paraíso para él. Ezequiel le pone un strapon en la cintura mientras el perro mama el culo de Luciano, cuando lo tiene bien puesto Spiro se monta en el.

Oswaldo siente la frustración de estar cogiendo a Spiro sin usar su verga, es como si todo el placer se lo estuviera llevando el dildo del strapon.

Ezequiel le indica a Luciano que se levante y le coloca un bozal a Oswaldo que tiene al otro extremo de la boca un dildo negro, bien grueso. Lo llena de lubricante. Oswaldo no puede contener la sorpresa cuando ve que Luciano se abre de nalgas y se sienta lentamente en el dildo.

Su cabeza explota de placer y frustración, quisiera que su verga fuera la que le da placer a su Amo, Spiro sigue empalándose en el strappon que tiene en la cintura.

Luciano gime sonoramente, Oswaldo mira bien de cerca su culo abrirse para dejar entrar el dildo de su bozal… Luciano y Spiro gimen y gimen… subiendo y bajando sobre los dos pedazos de plástico que le roban a Oswaldo todo el placer.

Ezequiel se saca la verga y se la ofrece a Spiro, que se la mama sin dejar de empalarse, Luciano lo mira con deseo y Ezequiel se acerca al Amo de Oswaldo para que también le dé su mamada…

Oswaldo escucha a los tres gimiendo y gozando… nunca se ha sentido tan usado como en ese momento, quisiera rodear las caderas de Luciano con sus brazos, quitarse el bozal y meterle los dedos, la lengua, la verga…

Luciano y Spiro se levantan casi al mismo tiempo, Spiro se monta boca abajo en Oswaldo y comienza a mamar el dildo del bozal que ha usado Luciano en su culo, mientras tanto, Luciano se coloca detrás de Spiro y le mete la verga- auuuu- aúlla el perro pero Ezequiel le mete el hocico en el dildo para que se calle. Oswaldo siente el aliento caliente de Spiro en su cara y lo ve moverse adelante y atrás sintiendo la verga de su Amo. Ezequiel le lame el culo a Luciano mientras se coge a su perro, le mete un par de dedos antes de meterle la verga… Oswaldo no puede más con la calentura y la frustración, los tres hombres ahí se cogen y sienten y el está vuelto una momia incapaz de sentir nada más que el peso de los tres sobre su cuerpo y la presión de las embestidas sobre él.

Ezequiel toma unas tijeras y corta el plástico de la cintura hacia abajo del cuerpo de Oswaldo. Oswaldo mueve sus piernas libres. Ezequiel lo levanta con su brazo fuerte y lo lleva cargando a la cama. Lo pone de rodillas en el piso con el torso inmóvil sobre el colchón.

-Primero las visitas- dice Luciano con cortesía- Ezequiel se baja el pantalón dejando expuesta su verga gruesa, venosa, circuncidada, dura como una piedra, le unta lubricante a Oswaldo y luego se la hunde hasta el fondo con fuerza. Ezequiel es muy hábil y tiene bastante experiencia, el perro no siente más que placer, un placer que se hunde en él tocando lo más profundo.

Oswaldo apenas puede moverse, siente que se resbala de la cama pero los empujones de Ezequiel lo remontan en ella. Se lo coge rico, duro, fuerte, Oswaldo aúlla… el maduro se levanta y le cede su lugar a Luciano, se la mete despacio no por cariño sino porque le gustan los gemidos que hace Oswaldo cuando siente que se la están metiendo…

Clack clack clack clack suena la castidad de Oswaldo golpeando contra su pelvis… los dos hombres lo giran y lo suben a la cama, se arrodillan uno a cada lado de Oswaldo… se la jalan… Oswaldo no sabe a quien mirar, el fornido cuerpo grande de Ezequiel o el delgado cuerpo armónico de Luciano… dos vergas de buen grosor, masculinas, fuertes, meciéndose en su cara… los dos lanzan gemidos de placer casi al mismo tiempo… la leche de ambos le llena la cara… Oswaldo cierra los ojos y trata inútilmente de moverse… abre la boca y saborea la leche mientras los dos Alfas siguen viniéndose en su rostro, mojándolo de su poder y de su hombría.

-Ha sido un buen perro, merece que lo ordeñemos- dice Ezequiel

-Como tú digas- le dice Luciano

-Tu decide es tu perro- le dice Ezequiel

Luciano le limpia el semen de los ojos y se lo mete en la boca- si, creo que se ha portado bien la perra- responde Luciano.

Spiro sale del cuarto y regresa con un aparato de masajes, un tubo grueso con una bola en la punta que emite vibraciones.

Ezequiel y Luciano, desnudos, se recargan en la cabecera de la cama mientras Spiro le aplica el aparato en la punta de la jaula a Oswaldo.

Oswaldo gime y se retuerce lo poco que se le permiten sus brazos aún sujetos al plástico bien derechos pegados a sus costados. Levanta las piernas y retuerce la pelvis, es una sensación nueva, muy placentera pero incontrolable… se deja llevar-auuuuu auuuuuu auuuuu- aúlla y Spiro le acaricia los huevos mientras le pega el aparato a la jaula- wooooof woooof- ladra y un chorro de leche caliente sale disparado de su verga enjaulada seguido de otros chorros más discretos…

Ezequiel le quita la jaula y juega con su verga que al estar tan sensible le produce sensaciones muy incómodas, se mueve y retuerce gimiendo y aullando. Lo suelta y le corta el plástico. Le hace señas a Spiro para que se coloque acostado entre sus piernas y Oswaldo se acurruca en las piernas de su Amo.

-¿Lo disfrutaste?- le pregunta Ezequiel a Oswaldo

-Mucho Señor- responde Oswaldo con respeto. Ezequiel en señal de cariño le escupe en la cara que aún tiene fresco el semen de los dos Amos.

Los cuatro hombres conversan amistosamente, rompiendo la barrera de los perros y los amos. La conversación se extiende hasta muy altas horas de la noche… o del día. Oswaldo se siente feliz de conocer más hombres que, como él, disfrutan de esos placeres que está descubriendo.