El Primo de la Novia 10

Han pasado dos semanas desde la visita de Ezequiel a su departamento. Es de noche,

Oswaldo se sube a un Uber con su Amo. No sabe a dónde van y no pregunta. Ha aprendido a no pensar - tú no necesitas pensar perro, eres mi mascota, obedeces y listo- le ha repetido Luciano hasta el cansancio -no te sirve de nada saber, no puedes decirme que no, así que estás más tranquilo si simplemente obedeces y abandonas tu necesidad de tener el control-

Oswaldo viste un traje viejo que Luciano le compró en una tienda de segunda mano. Ha salido a correr con él todos los días y su cuerpo está ligeramente más delgado y tonificado que cuando Luciano se quedó con él en el departamento.

Le ha rasurado algunas partes del cuerpo, dejándole el pelo crecido en otras: tiene los pectorales rasurados excepto por dos círculos de pelo alrededor de sus pezones, sus nalgas están peludas pero su culo y sus muslos no lo están, le ha dejado el pelo en las pantorrillas y se ven a lo lejos como unos calcetines largos debajo de la rodilla.

-Eres un perro y yo decido cómo usas el pelo en tu cuerpo- le dijo mientras Naim lo rasuraba- recuérdalo, vas a quedar como un lindo French puddle-

Antes de salir de casa le aplicado un enema así Oswaldo sospecha que lo lleva a algún sitio para usarlo, la pregunta es cómo y delante de quién.

El Uber se detiene en un edificio bastante elegante, Oswaldo y Luciano caminan a la entrada en donde un guardia de seguridad les pregunta a dónde se dirigen- departamento 910 con Edgar Montero- responde Luciano, Oswaldo se congela, van al departamento del nuevo novio de Isabella, en el elevador se imagina todo tipo de cosas. Luciano lo mira sonriendo y le sujeta la corbata- ponte en cuatro perrito- Oswaldo se intimida por la cámara de seguridad que hay en el elevador pero obedece “tú no necesitas pensar perro, eres mi mascota, obedeces y listo” piensa en silencio.

El elevador se abre y Luciano pone un pie afuera llevando a Oswaldo en cuatro jalándolo de su corbata como si fuera una correa. Avanzan por el largo pasillo hasta la puerta 910. Luciano toca el timbre, Isabella abre la puerta- Hola Lu, pasen- le dice la chica saludando de beso a Luciano, ignora a Oswaldo y Oswaldo se siente herido en su orgullo de hombre y algo lastimado en su corazón.

Isabella se ve preciosa con un vestido corto de una pieza que deja ver sus senos bonitos y abundantes y también expone sus piernas gruesas bien torneadas.

Les señala la sala y le pregunta a Luciano si quiere tomar vino, Luciano asiente. El chico se sienta en la sala y jala de la corbata a Oswaldo para que quede delante de él- quítate la camisa- le ordena Luciano a Oswaldo, Oswaldo suplica con la mirada: tiene el pecho rasurado y los pezones peludos, se ve ridículo, Luciano no se mueve aunque comprende su súplica. Oswaldo se quita el saco y luego la camisa bajando la cabeza. La corbata permanece en su cuello y Luciano la sostiene con una mano.

Luciano le toca los pectorales, le gustan los resultados de esas dos semanas de ejercicio, no es un cambio muy grande pero se nota y se siente.

-Trae acá las nalgas- le ordena y Oswaldo en cuatro le pone sus nalgas de frente. Luciano trae una pequeña back pack de la que saca unas tijeras. Le abre un pequeño agujero en la zona del culo y luego rasga el pantalón. La zona de su ano queda expuesta. Saca la cola de perro de su back pack y le unta lubricante, se la mete sin mucho esfuerzo, la acción de meterle la cola diario ha hecho el proceso más sencillo. Cuando está terminando de ponerla aparece Isabella con dos copas de vino en la mano y Edgar detrás de ella vestido con una suéter y unos pantalones de vestir, elegante pero casual, su perfume impregna la sala y la sensación del olor de un perfume de hombre hace que Oswaldo se sienta sumamente incómodo.

Isabella le tiende una de las copas a Luciano y bebe la otra mientras se sienta delante de Oswaldo, que desde ahí puede mirar sus piernas hermosas.

Luciano saca una ball gag de la mochila y se la coloca a Oswaldo terminando con su preparación para la reunión.

Edgar se sienta junto a Isabella y la abraza, Oswaldo siente que la cabeza le explota, pero nadie lo mira ni habla con él. Los tres conversan a gusto de cosas cotidianas.

-¿Les parece bien si pasamos a cenar?- pregunta después de un rato Edgar, Luciano asiente e Isabella se levanta primero

-Traje a Oswaldo para que nos sirva de mesero- le dice Luciano a Isabella

-¿Sabe servir una mesa?- pregunta Isabella sarcásticamente

-Más le vale si no tendré que castigarlo delante de ustedes- dice Luciano dándole una nalgada bien dada a través de su pantalón roto. Oswaldo babea con el ball gag puesto y no dice nada, se siente cohibido y está visiblemente humillado.

-Ven Oswald- le dice Isabella usando por costumbre uno de los nombres que solía usar con él cuando eran novios.

Oswaldo avanza a cuatro patas e Isabella le ordena riendo - párate y lávate las manos, vas a agarrar comida- Oswaldo obedece y cuando se está lavando las manos cae en la cuenta de que Isabella lo acaba de tratar como un sirviente.

Durante la cena Oswaldo hace un verdadero esfuerzo por demostrarle a los tres que es un hábil mesero. Sirve la comida de un lado y la recoge del otro, no puede hablar así que con señas pregunta si puede retirar un plato.

La comida de Isabella huele delicioso, lo que más le molesta de estarles sirviendo es precisamente no poder probarla y el ball gag le impide siquiera darle una probada.

Su desempeño es impecable excepto por el último momento, cuando al servir la copa de Edgar accidentalmente cae una gota de vino tinto en el mantel blanco de la mesa

-Edgar que pena- dice Luciano con fingida cortesía

-No te preocupes es solo una mancha- dice Edgar

-Perdonen pero tengo que corregirlo ahora mismo para que aprenda a no fallar- dice Luciano poniéndose de pie, es evidente que ha estado esperando el pretexto y casi consigue Oswaldo frustrar sus planes.

-Haz lo que tengas que hacer cariño- le dice Isabella levantándose y sentándose en las piernas de Edgar.

-Bájate el pantalón y pon las manos sobre la mesa perro- le ordena Luciano a Oswaldo, bajarse el pantalón jamás ha sido más humillante que en ese momento.

Cuando se baja el pantalón se da cuenta de que tiene algunas partes con pelo y otras rasuradas.

Edgar e Isabella ríen descaradamente, Isabella lo hace porque ve que Oswaldo lleva una jaula aún más pequeña que la que usó cuando fueron a recoger sus cosas del departamento. Pero Oswaldo piensa que es por sus pelos.

Pone las manos en la mesa quedando de frente a Edgar e Isabella que sonríen sin perder detalle.

Luciano le quita el bozal y luego la cola de perro, mientras lo hace Oswaldo percibe una mirada en Isabella que recorre su pecho con cierto morbo… ella en efecto se ha dado cuenta que el cuerpo de Oswaldo se ha transformado y se excita.

Luciano se quita el cinturón - vas a pedir perdón después de cada nalgada perro- le ordena Luciano

-No seas muy duro con él cariño- dice Isabella- es un perro no un sirviente

El primer azote resuena en todo el departamento - perdón por manchar su mantel Señora… Señor- dice Oswaldo y casi de inmediato se escucha el segundo golpe que hace temblar sus nalgas- perdón por manchar su mantel Señora.. Señor- repite Oswaldo mirándolos a la cara con el rostro cargado de humillación

Isabella se toca el sexo discretamente, Edgar lo nota y la levanta de la silla, la hace empinarse en la mesa quedando cara a cara con Oswaldo. Edgar se arrodilla detrás de la chica y le baja las bragas, mientras los azotes continúan y Oswaldo repite una y otra vez su frase de perdón.

Edgar comienza a comerle el sexo por detrás, Isabella abre la boca, Luciano continúa el castigo de Oswaldo que se le quiebra la voz cada vez que repite la frase.

Edgar se levanta y se abre el pantalón, su verga gruesa y venosa está bien dura, se la va a meter pero Isabella lo detiene- no, que te la chupe el perro primero ¿le das permiso Lu?- pregunta Isabella haciendo voz de niña consentida

-No tienes que pedirlo prima- dice Luciano- ustedes son los anfitriones, ya escuchaste perro mámale la verga al anfitrión.

Edgar avanza hacia Oswaldo y Oswaldo cae de rodillas, no le da tiempo de verla siquiera, Edgar lo agarra de la nuca y se la empuja hasta la garganta haciéndolo arquear - traga bien perro me estás haciendo quedar mal- le dice Luciano azotándole las nalgas

Oswaldo no puede decir nada, Edgar lo empuja con fuerza haciendo que se trague toda su verga y le sostiene la cabeza contra ella, Oswaldo aguanta lo más que puede pero termina arqueando otra vez, saca una abundante cantidad de saliva cuando Edgar le permite respirar. No le da mucho tiempo de descanso, se la mete de nuevo hasta el fondo y luego con violencia le mueve la cabeza adelante y atrás violándole la garganta.

Isabella se desnuda y se para detrás de Edgar besándole la oreja, Edgar aplica más fuerza y taladra la garganta de Oswaldo…

Luego se gira y besa a Isabella- vamos a la cama- le dice subiéndose el pantalón.

Luciano le sujeta la corbata a Oswaldo y lo encamina a la sala -¿a dónde van?- pregunta Isabella- vengan con nosotros- Luciano se gira y sigue a Isabella hacia la recámara.

La chica se coloca en cuatro a un extremo de la cama, Luciano hace que Oswaldo se ponga en cuatro también delante de ella. Le mira la cara a centímetros de la suya mientras gime cuando Edgar se la mete de perrito.

Luciano le lubrica el culo a Oswaldo y sujetando con fuerza la corbata se la mete también. Oswaldo e Isabella gimen casi al mismo tiempo- ya se están sincronizando las chicas- dice Edgar que sudando desnudo mientras le mete una buena cogida a Isabella

-¿Cómo se siente meterla en el culo?- pregunta Edgar a Luciano sin dejar de embestir a Isabella

-Ni lo sueñes- dice la chica saliendo unos minutos de su trance

-¿Quieres probar?- le pregunta Luciano saliéndose de Oswaldo

Edgar asiente y camina hacia el culo del perro. Luciano e Isabella se sientan a mirar sobre la cama, desnudos, como un par de chiquillos que van a ver televisión.

Edgar apunta su glande al culo de Oswaldo y se la mete despacio, Oswaldo gime un poco, la verga de Edgar es más gruesa que la de Luciano pero entra con facilidad- ahhh que rico, aprieta diferente- le dice Edgar a Luciano.

-Date compa, con confianza- le dice Luciano y Edgar comienza a embestirlo, Oswaldo gime de dolor y placer luego mira a Isabella y se muerde los labios, no le va a regalar ningún crédito a Edgar delante de ella aunque la cogida que le está dando es monumental.

Cierra los ojos para no mirarla y su cara expresa todo el dolor y placer que siente, aunque trata de ocultarlo. Isabella no pierde detalle.

Luciano se pone arrodillado de frente a Oswaldo y le pega la verga a sus labios. Oswaldo abre la boca y se la traga… Isabella extiende su pie y comienza a jugar con sus huevos. Oswaldo siente y cierra los ojos, su peor humillación comienza a llegar, sin que sepa cómo y porqué siente espasmos extraños y de su verga anulada por la diminuta jaula que trae puesta comienza a sacar semen

-¡Se está mojando!- dice Isabella riendo a carcajadas

Edgar y Luciano estallan en carcajadas también, Oswaldo no puede parar de venirse y su semen se deposita en los pies de su ex novia que no deja de jugar con sus huevos.

Empalado con una verga delante y una atrás apenas tiene posibilidad de sentir su venida, no tiene ningún control sobre ella, se concentra en la pelvis peluda de Luciano que se aleja y acerca a su cara a toda velocidad, los dos hombres se la sacan al mismo tiempo.

-Eres una perra muy sucia- le dice Luciano dándole nalgadas, le pasa la cara por su mancha de semen en los pies de Isabella y Oswaldo agradece estar unos instantes pegado nuevamente a ella- ensuciaste a mi prima perra cochina- le dice Luciano sin dejar de nalguearlo- límpiala- le ordena agarrándolo de los cabellos y moviendo su cabeza por todo el pie de Isabella. Oswaldo saca la lengua y lame… siente los pies de Isabella y en su mente la llama “diosa” y la adora en secreto.

Luciano no le suelta los cabellos, lo baña de la cama y lo saca del cuarto - ahí te quedas en cuatro hasta que yo diga- le dice cerrando la puerta.

Oswaldo respira hondo y recupera el aire tratando de recuperar algo de dignidad.

Cuando Luciano cierra la puerta Isabella se acerca a mamarle la verga a Edgar, Luciano los mira unos segundos- vente primito- le dice Isabella y Luciano se sube a la cama y gatea hacia la verga de Edgar que le acaricia la nuca- no me trates como al perro- le advierte Luciano, Edgar se ríe - tranquilo primo, somos familia- Luciano le agarra la verga y se la mete en la boca.

Los primos se turnan la verga de Edgar mientras el calvo, sintiéndose el Alfa les acaricia las cabezas y besa a Isabella. Mientras los novios se besan Luciano se la mete completa en la boca y con su lengua acaricia los huevos peludos de Edgar. Luego Isabella le levanta la cara y la conduce a la cara de Edgar, Edgar sumiso y obediente besa a Luciano en la boca mientras con ambas manos estruja las nalgas de los dos primos.

-Ahora te toca a ti probar qué se siente por detrás- le dice Luciano a Édgar al oído. Edgar mira a Isabella dudando, Isabella asiente.

Muy despacio y sin perder su aplomo de hombre viril y Alfa, se pone en cuatro sobre la cama.

Luciano contempla unos minutos esos glúteos gruesos, peludos, masculinos, los acaricia y se agacha a besarlos… los lame muy despacio y poco a poco va acercando su lengua hasta su culo.

Una vez ahí lo lame, aferrándose a sus nalgas. Edgar lanza un gemido suave, casi un susurro, que por su voz ronca hace que todo tiemble a su alrededor.

Luciano le unta lubricante, se pone lubricante en la verga y se la mete despacio, muy despacio… Edgar gime e Isabella le da un beso que Edgar recibe lleno de placer.

Luciano comienza a mover su verga dentro de él, lo hace suave como es su estilo y contonea su cintura cuando se la mete más adentro para pavonearse… Isabella le ofrece sus senos a Edgar para que los muerda y los bese mientras Luciano se lo coge.

-Despacio por favor - ruega un poco Edgar cuando siente que Luciano lo embiste un poco más rápido. Edgar la toma estóico y gimiendo ronco y viril como buen macho.

-Ya me voy a venir- avisa Luciano después de un rato de jugar en el culo de Edgar

-Pues vente adentro cabrón- le dice Edgar entre gemidos… Luciano acelera el ritmo, Edgar lanza gemidos más fuertes, Isabella se tira en la cama y se masturba… los dos novios gimen, afuera Oswaldo no se imagina lo que está pasando pero los oye gemir y se le ponen los pelos de punta

-Ahhhhhh ahhhh- gime Luciano y lanza su leche dentro de Edgar… Edgar gime e Isabella también se viene…

Edgar se levanta con el culo chorreando de leche y le abre las piernas a Isabella, la toma con fuerza, con furia, como un animal rabioso, le da una cogida tan rica que recupera con ella lo que sea de macho que perdió cuando le dio las nalgas a Luciano.

Luciano abre la puerta y hace que Oswaldo vea a Édgar viniéndose dentro de Isabella… Isabella grita de placer y Édgar callado expulsa chorros y chorros de leche dentro de ella.

-Vístete, nos vamos- le ordena Luciano a su perro.

Edgar se levanta y saca de su cajón unos boxers negros que le avienta a Oswaldo en la cara- para que te tapes el culo cuando salgas- le dice.

Oswaldo suma ese gesto al resto de humillaciones de la noche. Ha visto a Edgar cogerse a Isabella y ahora saldrá de su casa usando un calzón usado suyo.

Los dos hombres duermen en el Uber, ha sido una experiencia agotadora. Cuando llegan a casa y Oswaldo se desnuda como es costumbre, Luciano le mete el calzón de Edgar en la boca- hay que regresarlo limpio, perro- le dice y no dice más.

Le tiende una sábana en el piso, le sujeta el cuello a la correa unida a una pata de su cama y se tira a dormir. Oswaldo en el piso se acomoda y tarda en conciliar el sueño, la imagen de Edgar cogiéndose a Isabella vuelve a su mente una y otra vez… torturándolo pero también excitándolo enormemente.