SERGIO SUMISO VII - Tres en familia

Raúl fue el primero en reaccionar, poco a poco le cambió la cara e hizo lo que prácticamente le había ordenado Marcos. Sergio se dejó hacer y poco a poco fue recuperando la normalidad.

• Marcos: “Por otro lado aparte del sexo, sois hermanos, no han tenido oportunidad de conocerse y creo que se lo merecen. Tú Raúl, mañana tendrás la entrevista, pero si no te dan el trabajo, o si lo prefieres, yo te consigo un trabajo. Hay un departamento de la empresa donde tienen una plaza libre o que se desocupa el mes próximo por la jubilación de un trabajador. Te aseguro que si hablo te la van a dar a ti, a mí me deben algunos favores”

• Raúl: “Muchas gracias Marcos… no sé ni qué decir…”

• Marcos: “No tienes que decir nada… y además nada de eso que dijiste antes de buscar un alquiler… ¿cómo vas a buscar un alquiler teniendo aquí la casa de tu hermano?”

• Sergio (asombrado positivamente de lo que acababa de oír): “¿Mi casa?”

• Marcos: “Sí cojones, Sergio, tu casa… llevas muchos años viviendo aquí… es tu casa… la mía y la tuya… que una cosa es que sexualmente seas mi puta, mi maricón, mi nena o como le queramos llamar… y otra cosa es el resto de la vida”

• Raúl: “Lo del trabajo bien, lo acepto… y casi que mejor en tu empresa… pero lo de vivir aquí en tu casa me parece demasiado”

• Marcos: “Que sí, que sí… quiero que lo hagas… es la mejor forma en que se conozcan más… en la cotidianidad… me vas a dar un placer a mí aceptándolo… y cómo has visto sobra espacio, hay tres habitaciones… y hoy no vas a regresar con mi amigo, ahora mismo lo llamo para que no te espere… nada de dormir en el sofá… si quieres hasta puedes dormir con tu hermanito, hay una con dos camas gemelas para que conversen y se cuenten cosas”

• Raúl: “No, eso no, déjame dormir sólo… es mucho, demasiado, lo que tengo que rumiar sobre la almohada”

• Marcos: “Tendrás tiempo, días para pensar, hoy duerme… además si pasa un tiempo, y no te conviene algo, puedes decidir otra cosa, no estás obligado a nada… bueno lo único que te voy a pedir es que trates a Sergio como el hermano mayor que eres, tu hermanito es muy nenaza, necesita sentir que llevan las riendas de su vida… y así le ayudas y me ayudas… tendrá dos machos que le digan qué hacer, cómo y cuándo, y te aseguro que estará feliz… y más sabiendo que cualquiera de los dos le dará un bofetón de vez en cuando, no creas que no me he enterado que ya se los has dado hoy… mírale la cara, aún la tiene rosada… te estoy ofreciendo a la vez casa, puta y familia… y cuando quieras vaciar los cojones no tienes que preguntar, ni a mí ni a la puta, la coges y la usas, sabe que no puede negarse a un macho, lo tiene muy asumido”

Raúl por supuesto aceptó, la oferta no era nada para despreciar, pero lo que más le hizo decidirse fue la curiosidad creciente que sentía por conocer a su hermano. Por supuesto que pasada la primera impresión de saber que lo eran y entendiendo todo lo dicho por Marcos, se lo volvió a follar. Ahora Sergio tenía dos machos, un día el uno, otro día el otro, cuanto más los fines de semana, cuando a veces el mismo día le requería uno y luego el otro. No era lo más frecuente, pero a veces hacían tríos, o bien porque se ponían de acuerdo Marcos y Raúl o bien porque al llegar uno a casa encontraba a los otros dos en plena faena y se agregaba.

José, el primer amo de Sergio, lo educó muy bien en la sumisión, le desarrolló esa tendencia natural que tenía, pero fue Marcos quien le adiestró e introdujo en el sadomasoquismo. Un día en un trío Sergio pasó a un nivel superior, que dos machos le pegaran a la vez. El mismo fue quien lo provocó, realmente llevaba un tiempo con esa fantasía en la cabeza y no se atrevía a pedirlo en frio y por las claras. Estaba mamándosela a Marcos mientras Raúl se la metía por el culo. Marcos se la sacó de la boca porque le había molestado con un diente y le dio un buen par de bofetadas, lo que la puta aprovechó para que Raúl le azotara las nalgas.

• Marcos (dándole las bofetadas): “Con más cuidado maricona, que no eres novata”

• Sergio: “¡Ay cómo mi macho sabe tratarme!... y tú mi hermano ¿qué pasa? ¿te has olvidado de tu paleta de madera?”

• Marcos: “Uy, parece que la puta quiere dormir hoy caliente… habrá que complacerla, ¿no crees Raúl?”

• Raúl: “Voy y la busco… ya verás lo que te toca por buscártelo tú mismo hermanito”

La cosa fue tremenda, Raúl regresó y ya el primer paletazo fue durísimo, siguió azotándolo mientras Marcos seguía dándole más y más bofetadas, se había animado. En un momento dejó de dárselas para volverle a meter la polla en la boca.

• Marcos (dirigiéndose a Raúl): “Sigue tú pegándole mientras me la mama”

• Raúl: “Sí y luego hacemos lo contrario, se la meto por el culo y tú le hostias la cara”

Así se sucedieron y se alternaron en todas las combinaciones posibles, con una polla en la boca y la otra en el culo, los dos pegándoles, mamándole la polla a uno mientras le azotaba el otro, uno abofeteándole mientras se la clavaba el otro, intercambiándose Marcos con Raúl. Al final, cuando los machos no aguantaban más de ganas, lo empujaron al suelo y le hicieron un bukkake, le llenaron la cara de mucha, mucha leche. Luego se ducharon los tres y se fueron al salón.

• Raúl: “Hermanito, creo que hoy nos pasamos un poco contigo, ¿te has visto la cara y las nalgas?, creo que no podrás salir a la calle… las nalgas se cubren pero la cara no hay manera, se nota que te han pegado”

• Sergio (sonriendo): “No pasa nada, hoy es sábado, me puedo quedar todo el tiempo en casa y si vosotros queréis salir a tomar algo háganlo, que así aprovecho yo y limpio la casa”

• Raúl: “¿Entonces no te molesta nada haber quedado así?”

• Sergio: “No, hermano, hace tiempo ya que Marcos me enseñó ser masoca, el gustarme que mi macho me pegue… eso tiene sus consecuencias, y hay que asumirlas… y para que estés tranquilo llevaba tiempo fantaseando que mis dos machos me pegaran a la vez… exactamente como ha sido, hostias en la cara y azotes en las nalgas… y más que más que azotes, fueron tremendos paletazos en las nalgas, cabronazo… y para que te des gusto de cómo has dejado a tu hermanito pequeño, mi problema no es si podré salir hoy a la calle… sino que me está costando estar sentado, no me puedo sentar normalmente, no puedo apoyar mi culo así como así, tengo que encontrar la posición”

• Marcos: “Raúl, ¿no te das cuenta que él mismo te provocó? Que te preguntó por la paleta de madera”

• Raúl: “Verdad que sí, parece que mi hermanito es maricón pero nada tonto, sabe lograr las cosas sin parecer que manda”

• Marcos: “De tonto no tiene un pelo, te lo digo yo… bueno cuñado, vámonos al bar, te invito a un par de copas y así dejamos a la puta limpiándonos la casa”

• Sergio: “Sí vayan, los machos al bar, yo me quedo a limpiar”

Así vivieron los tres muchos años. Sergio tenía “el coño” cada vez más abierto y cada vez sentía más y más por el culo. Un buen día estaba con la mini jaula de castidad puesta cabalgándole la polla a Raúl y le pidió que le pegara, éste se desmadró y le abofeteó fuerte y sin parar. En medio de esto, recibiendo hostias, Sergio empezó a correrse sin control y sin ni siquiera tocarse la jaulita, no era ni remotamente la primera vez que se corría sin tocarse, pero sí la primera por estar recibiendo hostias.

Fin del relato