Tengo cinco máximas que me han servido bien hasta ahora. La primera y más importante: "no te pilles de un sumiso sin que se pille él de ti antes". Me ha salvado el culo más veces de las que puedo contar - hay demasiados sumisos por ahí que solo buscan que les folles, les mees, y les humilles, y luego, cuando se les ha pasado el calentón, se largan, dejándote con un palmo de narices y el corazón hecho mierda.
La segunda es igual de crucial: "mantén siempre el control de la situación". Porque un dominante que pierde el control es como un payaso sin maquillaje - patético y algo triste. Y la tercera, mi favorita: "empieza duro y ve aflojando poco a poco". No hay nada como ver a un sumiso relajarse gradualmente cuando se da cuenta de que no eres el cabrón que parecías al principio.
El problema es que Alex está poniendo a prueba todas mis putas máximas.
Me había traído a otra vez a Alex a mi oficina, al cual llamo cariñosamente "la ratera". Según cuento a todos, es porque es estrecho y alargado, aunque soy el único de los 45 que somos en el departamento con oficina propia, y no debería quejarme, pero en realidad es porque, debido a como estan puestas las mesas y lo estrecho que es, si alguien se sienta en el ordenador, y otra persona al lado, el primero no puede salir del despacho sin hacer contacto físico con el segundo.
Alex estaba sentado frente a mí, con esa forma tan suya de inclinar ligeramente la cabeza mientras escuchaba, como si cada palabra que saliera de mi boca fuera la hostia de importante.
"Entonces, ¿qué opina de la nueva programación que he hecho?" preguntó, sus dedos jugando nerviosamente con la taza.
"Una mierda confederada, como el 90% de las propuestas que me llegan," respondí, porque era verdad. "No entienden que hay que optimizar recursos, no desperdiciarlos en gilipolleces. Pero la tuya al menos va en la dirección correcta."
El rubor que apareció en sus mejillas casi me hace olvidar mis máximas. Casi.
"¿Quiere que la revise de nuevo?" preguntó, tan servicial que tuve que reprimir un gruñido. Porque sí, quería que me revisara algo, pero no era precisamente la puta propuesta.
"Adelante," respondo, reclinándome en mi silla. Es un movimiento calculado, uno que me da una posición más dominante y que, según he notado, siempre hace que Alex se ponga un poco más nervioso. Como ahora.
"Bueno, verá..." empieza a explicar algo sobre como funciona Azure. Yo sé 5 veces más que él sobre Azure, y creo que está diciendo cosas mal, pero mi atención está en cómo sus dedos juegan nerviosamente con el borde de la carpeta. Es una de sus tells, como diría un jugador de póker. Cuando está nervioso, siempre busca algo que tocar.
Y hablando de tells... decido hacer un pequeño experimento.
"Alex," lo interrumpo, usando mi voz de "jefe serio", esa que he notado que hace que se tense de una manera muy particular. "¿Te importaría acercarte? El portátil de empresa es una mierda y no se ve nada desde el otro lado de la mesa."
Como esperaba, se levanta inmediatamente. Tan obediente, tan ansioso por complacer... y se mete directamente en la ratera.
"Aquí," digo, señalando un punto en la pantalla de mi ordenador. "¿Ves este uso de Base de Datos?"
"Sí, señor," responde, y está tan cerca que puedo ver cómo se le eriza ligeramente la piel del cuello cuando hablo. "Es lo que intentaba explicarle sobre el comportam..."
"Mmm," murmuro, permitiéndome el lujo de dejar que mi voz salga un poco más grave de lo necesario. El ligero temblor en su respiración es toda la confirmación que necesito. "¿Y qué sugieres que hagamos al respecto?"
Se gira ligeramente para mirarme y, por un momento, nuestros rostros están demasiado cerca. Veo cómo sus pupilas se dilatan, cómo contiene brevemente el aliento. Está tan obviamente afectado que casi me duele.
"Yo..." empieza, y su voz sale un poco ronca. Se aclara la garganta y da un pequeño paso atrás. "Creo que deberíamos ajustar la estrategia..."
"¿Ajustar qué exactamente? ¿La base de datos que está en la nube, pese a que solo la consultan 20 personas que están en el mismo edificio?", pregunto, manteniendo mi mirada fija en él. Es cruel, lo sé, pero necesito ver hasta dónde puedo empujarlo.
"La... la estrategia de..." está luchando por mantener la compostura profesional, y es fascinante de ver. "Perdón, señor, ¿le importa si abro la ventana? Hace un poco de calor aquí."
Reprimo una sonrisa. "Adelante.". La ventana estaba en su lado, al fin y al cabo.
"¿Por dónde íbamos?", pregunto inocentemente, como si no supiera exactamente lo que estoy haciendo.
"Bueno, quizás no deberíamos usar Azure y dejarlo todo en físico" responde, derrotado, y el ligero temblor en su voz me confirma que esto va exactamente por donde quiero que vaya.
"No seas maricón, Alex," solté, observando atentamente su reacción. "Prueba de hacer eso y ya veremos en 3 meses los resultados."
Su cuerpo se tensó ligeramente ante mi comentario, pero no de la forma que esperaba. ¿Era miedo lo que veía en sus ojos? Mierda. Mi lado protector amenazó con salir a la superficie, pero lo aplasté sin piedad. No era momento de ponerse blando.
"¿Te incomoda que use esa palabra?", pregunté, inclinándome hacia adelante. Una prueba más.
"No, señor, para nada," respondió demasiado rápido, demasiado formal. Mentiroso adorable.
"Bien, porque soy muy basto hablando y no tengo intención de cambiar." Me recliné en la silla, separando las piernas cuál "manspreader" en el metro hasta que mi pie rozó 'accidentalmente' el suyo bajo la mesa. No lo apartó. Interesante.
"Lo sé, señor," murmuró, y joder, ese 'señor' pronunciado con tanta sumisión me hizo apretar la mandíbula para mantener el control.
"¿Lo sabes?", arqueé una ceja. "¿Y qué más sabes sobre mí, Alex?"
Sus ojos se agrandaron ligeramente, como un cervatillo ante los faros de un coche. "Yo... solo que es muy directo. Y eficiente." Hizo una pausa. "Y algo intimidante."
Me reí. No pude evitarlo. "¿Te intimido, Alex?"
"A veces," admitió, y por un momento me imaginé abrazándolo por detrás, susurrándole al oído que nadie iba a hacerle daño mientras yo estuviera cerca, que podía relajarse y ser él mismo... Aparté esa imagen de mi mente de un manotazo mental.
"No deberías dejar que te intimide nadie," dije, mi voz más suave de lo que pretendía. Quería hacerlo con un aire amenazante, como dejando un "Excepto yo" en suspenso, pero mi lado protector ha salido como una puta boya en el océano y he sonado como si fuera a acunarle. "Al menos no en el trabajo.", intento corregir.
Me miró confundido y nervioso, probablemente preguntándose por qué el tirano de su jefe de repente sonaba casi... amable. Y tenía razón en estar confundido, porque ni yo mismo sabía qué coño estaba haciendo.
Joder. Mi tercera máxima resonó en mi cabeza: empieza duro y ve aflojando. Pero con Alex todo era al revés - cada vez que aflojaba, él se ponía más nervioso, como si no supiera qué hacer con un jefe que no fuera despiadado.
"¿Suficiente por hoy, no?", pregunté bruscamente, mientras le paso todo el brazo y la axila tres centímetros por delante de su cara para cerrar la ventana que había abierto hace nada.
El pobre Alex casi se da de nuca contra la estantería intentando retirar la cabeza, pero tenía que hacerlo, porque estaba perdiendo el control.
"Máxima 2, M, Máxima 2". Repasé mentalmente mis máximas. Estaba incumpliendo casi todas con el chaval este, y eso me daba más miedo que todas las reuniones de directivos juntas.
"Mierda" murmuré para mí mismo, mientras era totalmente inconsciente de como Alex intentaba salir de la ratera, retorciéndose de mil formas posibles y prácticamente yendo a gatas para no hacerme levantar ni tocarme. "Me estoy pillando".
Como conocí a mi sumiso 2: Sumisos fantásticos y donde encontrarlos
Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.
Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como Si.
Con Xtudr, puedes:
- Crear un perfil con fotos y preferencias.
- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.
- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.
- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.
- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.
Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.
https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/41767-como-conoci-a-mi-sumiso-2-sumisos-fantasticos-y-donde-encontrarlos