Servicio doméstico

Me levanto contento, satisfecho... Me ducho, hago cosas pendientes en casa y le digo al amo joven que si puedo ir. Me contesta rápido, me dice que si.

Me preguntó que si sabía cocinas así que le he dicho con tiempo contando que quisiera que le hiciera la comida (me refiero a la comer el, mal pensados) así que me visto, me pongo chándal, sin calzoncillos, me hace sentir más accesible, más fácil, no sé cómo decirlo, pero me pone no llevar nada debajo del chándal.

Me voy dando un paseo hasta su casa, llamo al timbre , me abre, subo las escaleras y le veo con una sonrisa en la cara, joder, dos pensamientos me vienen a la cabeza, se pone contento de que vaya (genial!!!!) y otra , que guapo es el cabronazo, vaya sonrisa, vaya dientes más bonitos, la barba, el pelo rizado, esa nuez tan marcada... No me interesa el físico de los hombres, pero hay que reconocer que es un semental de exposición.

Se me hace la boca agua pensando en ese culito que saboreé, ese dulzor , me recuerda las veces que he podido saborear un coñito rico...

Entre y le digo, que hago señor? Y me recuerda el tema de la cocina, y me dice si le puedo hacer unas lentejas... Me da hasta ternura, le digo claro que sí, señor, veo lo que tiene y bajo a un Covirán que hay al lado a comprarle lo que le falta.

Subo y ya en faena me desnudo por completo y me pongo un delantal, le digo, te importa que la haga así señor? Y me dice, no ,no , yo encantado! Y se ríe.

Se pone por detrás y me empieza a meter un dedito en el ano, yo pienso, que bien que tenga iniciativa, que se lance, que haga cositas, porque es más parado y veo que le cuesta.

Le digo, está abierto...porque ayer estuve en la otra casa, entonces mete otro dedo, y me dice, si se nota sí... Aún hay....semen?

Le digo , nooo, me he limpiado para venir, estate tranquilo y me dice, no me hubiera importado, no pasa nada. Y yo... Vale señor, pero me parece una falta de respeto venir sin venir impoluto. Me repite, no tranqui, no me hubiera importado.

Me pongo con las lentejas, se sienta a mirar cómo las hago, dice que así aprende. Está sentado en la cocina, con un pijamita que seguro que le ha comprado su madre, está descalzo y veo sus pies, su rabo medio erecto también cuelga entre la tela, sus hombros rectos, sus manos fuertes... Le saco el tema del deporte, me dice que juega al fútbol, que ha jugado siempre y que ahora menos pero que sigue. Le digo que ya sabe que puedo hacerle un masaje cuando necesite.

Saca el tema, lo que les llama la atención, porque hago esto, y intento explicárselo, no parece muy convencido, me dice que al principio pensaba que era algún tipo de chantaje y le dije que mi único objetivo era que el fuera feliz, que todo lo que no fuera eso no me interesaba.

Me dijo que el había tenido pareja, pero que habían roto, aunque no de forma definitiva, pero prácticamente y que ella no estaba viviendo en Vitoria, y que el se sentía solo en esta ciudad porque no conoce a casi nadie y que las cosas de casa tampoco controla y que al ver mi anuncio pues que le resultó atractivo y que también estaba necesitado de sexo, que era bastante activo sexualmente y que necesitaba descargar y que verme a mí tan disponible que le daba morbo. También me dijo que lo del culo del otro día le había gustado mucho y que no le importaría probar cosas. Yo le conté un poco lo que había hecho, mis relaciones anteriores, y lo que les solía gustar hacer a los hombres con los que había estado, pero que él tenía que buscar sus propios gustos, que no tenía porqué ser un tío dominante que disfruta humillando y maltratando a los demás, y me dijo que no sabía, que no tenía ese ímpetu, pero que tenerme a mí delante tan sumiso, reconocía que era agradable para él. Le dije, pues es un paso.

Le digo, puedes probar, sin problema, explora, quieres darme un tortazo? Y me dice, puedo? Y yo le digo, claro que sí, si tú quieres. Y me da un tortazo, le doy las gracias, me da otro, le doy las gracias. Le digo , me puedes escupir, me puedes mear, me puedes follar de forma violenta, haz y prueba lo que quieras.

De acerca a mi cara y me escupe, entre los ojos y la nariz, me cae la saliva por la cara, se acerca un poco a mi labio superior y saco la lengua y lamo su saliva. Le vuelvo a dar las gracias... Mi mira fijo, a los ojos, se que le gusta la situación porque lo noto en el bulto que hay en su pijama. Me ve que dirijo la mirada hacia su paquete y me dice, quieres comerme la polla? Y yo si señor. Pídemelo por favor , me dice... Le digo, por favor, puedo comerle la polla?

Me dice ponte de rodillas y pídemelo por favor de nuevo.

Me pongo de rodillas, le miro a los ojos y le digo, por favor, señor, puedo comerle la polla?

Me escupe de nuevo y me dice, venga , te lo has ganado.

Le bajó el pantalón del pijama y veo si bello púbico rizadito y moreno, su rabo con una vena gruesa y llamativa, sus huevos colgando y no me puedo creer la suerte que tengo de que un macho me deje saborear ese manjar. Así que procedo a degustarlo con ansia saboreando una pequeña gota de precum que sabe a verdadera gloria. Empieza a follar la boca y me dice, te quiero follar, te quiero llenar de leche ese culo como te lo llenaron ayer.

Me aparta la cabeza y me coge del pelo , me lleva al sofá de la sala, y me dice ponte ahí, a cuatro. Me pongo a todo correr aún con el delantal puesto. Me la mete de golpe, está muy caliente, empieza a dar duro, me da azotes de vez en cuando, me dice, te gusta puta? Y yo si señor! Gime puta! Y gimo para que mi señor vea que disfruto, y me dice, ahí te vaaaa!!! Y se corre, me la mete hasta el fondo... Aprieta, quiere que llegue bien adentro su esperma, yo también lo quiero. Le agarro del culo para que la meta más adentro, deseo sentirle así, dentro de mí. En este momento soy más suyo que nunca.

Se deja caer en el sofá, voy rápido a limpiarle, besarle los huevos...

Buffff impresionante! Dice. Que polvazo!

Le doy las gracias. Le digo, puedo ir a la cocina? Tengo que seguir con las lentejas. Y me dice, si , tira tira, Buff...

Termino las lentejas, le echo un ojo de vez en cuando, sigue en el sofá, relajado.

Recojo la cocina, friego, le meto las lentejas en un tupper grande, le pongo la comida, espero a que coma, recojo todo y me voy. Ya hablamos normal, me cuenta cosas de su curro y yo del mío.

Cuando me voy le vuelvo a dar la gracias, le digo que me ha hecho muy feliz. Se ríe y me dice, me alegro. Podrías volver el miércoles? Y le digo, si, seguro.

Vale. Concretamos por wasap.