Viernes, 3 de octubre de 2024. 11,00 horas.
Tras varios cambios de fecha y hora realizados en el último momento al fin se celebraba una reunión monográfica sobre Ketiris en la sede del Mosad en Tel Aviv. El Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales israelí llevaba décadas intentando introducirse en el corazón del país de los esclavos y desentrañar sus sistemas de control de información. Para ello habían empleado todo tipo de estrategias, desde intentar aliarse con alguna facción popular descontenta con el gobierno (que nunca encontraron) hasta utilizar satélites espías o intentar introducir guerrilleros, todo en vano. En una pequeña habitación un hombre y una mujer intercambiaban noticias y trazaban planes estratégicos.
—¿Tenemos lo que queríamos? —preguntó la mujer con voz serena pero autoritaria. Era una mujer rubia, alta, elegante, aún hermosa, vestida con chaqueta y falda de tubo. Llevaba el pelo perfectamente peinado y teñido, y un maquillaje perfecto que resaltaba su armonioso rostro.
—No, comandante —respondió el hombre, que llevaba uniforme de capitán del ejército—. Como sabe nuestro contacto nos envió información cifrada y pudimos desactivar la red de interferencia hace unos meses, en ese momento lanzamos los drones desde un barco próximo, triangulando la superficie de la isla principal; casi la mapeamos por completo, pero no pudimos escanear los protocolos de seguridad, ni hacer correr los algoritmos de apertura forzada de claves; y nuestros enemigos restauraron el sistema antes de que los drones pudieran trasladarse las otras islas menores del archipiélago.
—¿Así pues, tenemos un mapa operativo de la isla principal? —inquirió la comandante.
—Hemos mapeado aproximadamente las tres cuartas partes de la isla principal, Alfar, pero con un nivel de detalle bajo. Eso nos permite conocer la ubicación de los edificios, los caminos, los recursos naturales… pero nada de las infraestructuras subterráneas ni de los puntos tecnológicos relevantes, como centrales de energía, líneas de transporte, antenas, etcétera.
—Pero nuestros equipos monitorean desde el primer momento el sistema de frecuencias encriptadas, es imposible que no tuvieran mucha información valiosa para nuestros técnicos —apuntó de nuevo la mujer.
—Por supuesto, comandante; no es que los drones no estuvieran haciendo su trabajo, desde el inicio recabaron la información que nos interesa, de hecho actuaron como un ordenador de procesamiento en paralelo que de modo imparable desencripta todo el sistema ketirí; con esa información somos los dueños del país, podemos penetrarlo a nuestro antojo. Crear ese sistema informático de descifrado y neutralización nos ha llevado años, es el proyecto de mi vida.
—¿Y entonces? ¿No era justamente eso lo que necesitábamos conocer? —preguntó la comandante.
—Los drones cumplieron a la perfección… pero cuando estaban a punto de enviar la información a nuestra base el enemigo restauró el sistema de interferencia y ya no pudieron mandar nada, salvo las imágenes preliminares del mapeado de la isla; de hecho perdieron incluso el control de vuelo, cayeron a tierra y con toda probabilidad fueron desmantelados y destruidos —admitió el militar.
—Fantástico —dijo irónicamente la mujer—. Hemos fracasado tras cuatro años de intentos y gastos fabulosos. Y ahora las prioridades de Israel son otras, la comunidad internacional cada vez nos aprieta más con el asunto palestino, Líbano e Irán son dos dolores de cabeza inmensos, esta era nuestra última oportunidad.
—Aún puede salvarse todo, comandante —se atrevió a replicar su interlocutor—. Recuerde que tenemos un contacto de primer nivel incrustado en el país.
—¿Quiere decir que no ha sido detectado por la inteligencia ketirí? ¿No sospechan que tienen un traidor pagado por nosotros?
—Eso parece. No lo han descubierto. Se está moviendo con habilidad en el mismo núcleo del poder esclavista; de hecho es ya una persona poderosa, aunque seguirá subiendo escalones dentro del sistema de poder.
—¿Es una persona respetuosa de la verdadera fe? —quiso saber la comandante.
—No, es gentil. Sus motivos no son honorables, pero lo importante es que servirá a nuestros fines.
—¿Cómo piensa actuar?
—Va a tomar el control de los envíos de ketirita. Esto le va a permitir sabotear desde dentro el control de la interferencia, pero de un modo irreversible. Tiene ciertos conocimientos técnicos y de cálculo, es inteligente.
—¿Qué ocurrió con el espía ruso que enviamos como se-ñuelo? —preguntó ella de nuevo.
—Ha sido descubierto y neutralizado; una baja más.
—Tenemos que aplastar ese ridículo país. Ha conseguido que China acepte comerciar con él y que europeos y yanquis miren para otro lado, pero nosotros haremos que muerdan el polvo.
—Tiene razón, comandante. Un lugar donde hay esclavos es repugnante, no podemos consentir esa iniquidad.
—No, capitán, ese no es el motivo. Tenemos a Dios de nuestro lado, somos el Pueblo Elegido; por eso podemos y debemos sacar al último palestino de nuestra tierra sagrada; ellos no son como nosotros, ningún pueblo es como nosotros, no podemos depender del juicio de los gentiles. En Ketirandia no hay judíos, no los ha habido durante siglos; este país maneja tanto dinero que su renta posiblemente es la más alta del mundo, y no está subordinado a nada ni a nadie; incluso nosotros, el bendito Israel, tenemos que someternos a la opinión de Naciones Unidas, hemos tenido que firmar tratados absurdos en los que decimos reconocer y respetar lo que nunca recono-ceremos ni respetaremos. Pero eso no ocurre con Ketirandia, ¿y por qué? Por sus riquezas. Yahvé nos otorgó este mundo y sus dones para que dispongamos de ellos; es hora de que tomemos la ketirita, y no tendremos más piedad de los impíos de ese país que de los impíos musulmanes que ensucian con su sangre las suelas de nuestras botas. Por todo esto, capitán, Ketirandia debe caer; por esto, no por nada relacionado con la esclavitud.
—Caerá, comandante, caerá. Tiene que caer.
16. Tiene que caer
Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.
Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como amomadrid8.
Con Xtudr, puedes:
- Crear un perfil con fotos y preferencias.
- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.
- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.
- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.
- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.
Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.
https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/41904-16-tiene-que-caer