Contenido 18+

18+ significa contenido Adulto. La vista del contenido en esta comunidad podría no ser adecuada en algunas situaciones.

Las publicaciones de esta página pueden contener imágenes, referencias o historias explícitas.

EL GIRO III - Conversión permanente

Escrito por: CUBASTURIAS

A instancias de Leandro, Guillermo se quedó a dormir. Al día siguiente fueron los dos con el coche a buscar las pocas cosas que él tenía en donde estaba alquilado. Guillermo prefirió instalarse en otra habitación distinta de la de Leandro, decía que prefería tener cierta independencia.

Muy pronto consiguió un trabajo, no de masajista, pero bien remunerado. Aunque Leandro no le exigía nada, él corría con la compra semanal y pagaba los gastos fijos. Además pintó toda la casa, y casi siempre cuando salían a comer o a cenar pagaba él. Leandro corría con los gastos del coche y de las compras de ropa, aunque Guillermo le fue cambiando los gustos al vestirse.

Una de las primeras cosas que le pidió fue depilarse y se lo hizo él mismo, compró las cremas y le depiló el cuerpo completo, no le dejó un pelo del cuello para abajo. Leandro siguió asistiendo al gimnasio y ahora se miraba mucho el culo cuando salía del baño delante del espejo de su habitación. Cada día sentía más por el culo, Guillermo seguía trabajándole con sus dedos y muchas de las veces ya Leandro se corría sin tocarse la polla. Ahora sabía mamar y aunque con algunas arcadas sabía aguantarse cuando su macho le empujaba la cabeza y le clavaba la polla en la garganta. Follaban en cualquier parte de la casa y en cualquier posición. A Guillermo cada vez más le gustaban las tetas, y Leandro no sólo insistía en los ejercicios de pectorales en el gimnasio sino que se las dejaba trabajar y habían logrado cambiar sus pezones con repetidos estiramientos, que a Guillermo le gustaba que fuesen algo dolorosos. Ahora tenía las puntas más salidas y a Leandro le encantaba acostarse y entregarse a que su macho le torturara un pezón por mucho rato y luego el otro.

A Leandro le gustaba que a Guillermo le gustaran sus tetas y su culo, por eso cada vez estaba más tiempo con las nalgas al aire en casa, ya prácticamente no usaba calzoncillos, poco a poco los había ido cambiado por tangas. Las tenía de todos los colores y le encantaba notar cómo, al pasar por su lado, Guillermo no podía evitar mirarle las nalgas. Ya ahora Guillermo no era tan cuidadoso en el lenguaje como en los primeros días y a Leandro le encantaba que lo llamara puta, maricón, zorra y casi siempre le respondía a eso con algo similar a: “claro que sí macho, pero tu puta, tu maricón, tu zorra”. Se sentía muy feliz con su hombre y le encantaban los roles tan diferenciados que habían asumido. Un día Guillermo quiso dar una vuelta de tuerca más.

• Guillermo (entrando por la puerta y encontrándose con Leandro): “Lea mira, te he comprado algo”

• Leandro (abriendo el paquete): “¿Qué es?”

• Guillermo: “Unos zapatos de tacón, unas medias de red, unas tangas, unos ligueros y una gargantilla, todo rojo… hoy vengo con ganas de verte hembra y muy puta… ah y en ese otro paquetico hay un par de pinzas japonesas para pezones”

• Leandro: “Menos mal que me acabo de duchar porque veo que has llegado con ganas”

• Guillermo: “Sí, es que comprar esas cosas… imaginarte, me ha calentado, pero tampoco quiero ir directo al tema, primero quiero verte revolotear alrededor mío, quiero verte muy como Lea y no como Leandro”

• Leandro: “Hace tiempo que dejé de ser Leandro contigo… ¿te puedo pedir una cosa?”

• Guillermo: “Dime”

• Leandro: “Que cuando te canses de verme revolotear como dices, lo primero que hagas es mojarte dos dedos, me los metas en el culo y me lo trabajes tan bien como siempre lo haces, pero sin quitarme esa ropa, echando para un lado la tira de esa tanga”

• Guillermo: “Será todo un gusto para mí Lea”

• Leandro: “Y para mí, que cada vez que me pajeas el coño me vuelves loca”

• Guillermo: “Bueno vístete ¿no?”

• Leandro: “Déjame ir al baño”

• Guillermo: “Pensaba verte vestir pero nada, ve, pero dame las pinzas que esas te las quiero poner yo”

Leandro entró en el baño, se vistió allí y cogió del armario un gel fijador efecto mojado. Se echó una buena cantidad por todo el pelo, que lo llevaba de unos dos centímetros de largo, se lo acomodó y se lavó las manos. Le gustó verse así en el espejo y estaba seguro que le gustaría mucho a Guillermo, si venía con ganas de puta la iba a tener. Abre la puerta del baño y va en su busca.

• Leandro: “¿Qué te parece macho? ¿te gusto?”

• Guillermo (sentado en una butaca del salón): “¡Cojones Lea! te has echado gel en el pelo… si es que estás para comerte entera… es que tienes tremendo cuerpo y como te tengo depilada… ahora ven, acércate, que quiero que ya empieces a sufrir, quiero ponerte las pinzas”

• Leandro: “¡Ay cojones, cómo aprietan!”

• Guillermo: “Están diseñadas para eso, para que aprieten y te duela”

• Leandro: “Menos mal que ya estoy habituada, te gusta mucho torturármelas”

• Guillermo: “Sí mucho… ahora mira como me meto los dedos en la boca… es para complacerte Lea, así que colócate, ponte de rodillas sobre el sofá que tengo frente a mí para verte desde aquí, que enseguida iré yo”

• Leandro (haciéndolo y girando la cabeza): “¿Así?

• Guillermo: “Sí, mira como me pones la polla”

• Leandro: “Mmm, sí”

Guillermo no aguanta un segundo más, se levanta y se pone de rodillas en el suelo entre las piernas de Leandro. Lo primero que hace es darle un tremendo lengüetazo, recorriéndole toda la raja de arriba a abajo y de abajo a arriba. Leandro no puede evitar dar un respingo y se abre más de piernas. Guillermo cumple con lo prometido, vuelve a ensalivar sus dedos, le mete uno y prácticamente enseguida le mete otro. Entonces empieza hacer aquello en lo que era un maestro, un artista, busca y logra el punto G, le encuentra la próstata y la masajea, aumentando y disminuyendo el ritmo y la presión. Sabía observar e interpretar perfectamente las reacciones de Leandro y ajustaba lo que hacía buscando su máximo placer.

• Leandro: “¡Cojones mi macho! es que es increíble lo que haces y lo que logras en mí… y desde el primer día… con esta maravilla que le haces a mi culo le diste un giro total a mi vida… sigue papi sí… hazme sentir por el coño”

• Guillermo: “Un coño sí, vestida así claro que lo puedes decir, un coño de una puta toda abierta…. porque lo otro que tienes es sólo un clítoris Lea”

• Leandro: “Sí mi macho, por lo menos si lo comparamos con lo tuyo tienes toda la razón, lo tuyo es un pollón y lo mío es un clítoris”

• Guillermo: “Pero tú lo que tienes que estar es muy orgullosa de muchas otras cosas que sí tienes, tu cuerpo que es imposible que esté mejor, el gimnasio te ha hecho otro, y las nalgas que tienes, por naturaleza y por los ejercicios, y tus tetas Lea, esos pectorales de gimnasio que te hacen tan buenas tetas y ahora ya con esos pezones que te he trabajado y con esas pinzas, estás perfecta, no necesitas más”

• Leandro: “Sí que necesito, necesito un macho, un pollón”

• Guillermo: “Eso ya lo tienes zorra”

• Leandro: “¡Ay macho! volviste a la carga, me estas volviendo loca con lo que me haces con tus dedos… mmm ¡qué gusto! si sigues así me corro”

• Guillermo: “No Lea, que te la tengo que clavar”

• Leandro: “Pues ahora mismo me la puedes meter a lo bestia, hasta los cojones, que estoy…”

• Guillermo: “Estás toda perra, estás calentorra… y allá voy”

• Leandro: “¡Ay cojones, qué clavada me has dado!... ¡y qué polla tienes cojones! el tiempo en que ya la conozco y no me deja de asombrar tu pollón macho”

• Guillermo: “Es que la comparas con la tuya y eso es un error, ya te he dicho que lo tuyo es un clítoris”

• Leandro: “Sí, mi macho y además cada día me haces sentir más y más por el coño”

• Guillermo: “Como tiene que ser… vamos para tu cama… hoy quiero que me saques la leche cabalgándome la polla… así te podré estar mirando vestida así como estás”

Van a la habitación, de un tirón Guillermo quita el cubrecama y se acuesta con la polla mirando el techo.

• Leandro: “¡Macho, qué bien te ves!”

• Guillermo: “Vamos, a la cama, pero no te quites nada, ni siquiera los tacones”

• Leandro: “Creo que no ha habido ningún día que me quieras tan hembra”

• Guillermo: “No te preocupes, habrán más días… y habrá que ir innovando… pero es que como te he dicho un montón de veces te has trabajado de tal manera tu cuerpo que lo tienes perfecto por lo menos para mis gustos, desde que te vi después de unos años en los vestuarios del gimnasio…”

• Leandro: “Pues es tuyo, todo tuyo”

• Guillermo: “Lo sé, pero primero mama polla”

• Leandro: “Con mucho gusto cabronazo”

• Guillermo: “¡Qué bien lo haces cojones! y verte mamando así vestida de zorra es la hostia”

• Leandro: “¿No me quieres comer el culo mientras yo te como la polla?”

• Guillermo: “Claro que sí puta, cambia de posición, ponte a cuatro patas y con tu culo en mi boca”

• Leandro: “¡Ay qué gusto macho!, vuélveme a meter los dedos, trabájame otra vez el culo un rato”

• Guillermo: “¿Así?, ¿así te gusta Lea?”

• Leandro: “Sí, claro que sí, si es que siempre que me lo haces me vuelves loca”

• Guillermo (al rato): “Bueno vamos ya, que quien está loco soy yo, porque me cabalgues la polla”

• Leandro (clavándosela de a una): “¿Ves mi macho? ¿ves como me la clavo ya sin el más mínimo problema, eso es porque me trabajas el culo y me lo dejas totalmente receptivo”

• Guillermo: “Y porque ya te tengo muy rota Lea, pero ahora dale caña, aumenta tus botes y sácame la leche, puta”

• Leandro: “¿Así papá? Mírame como subo y bajo, mira como me clavo tu polla hasta los cojones, ya me entra fácil, me has creado un coño entre las nalgas”

• Guillermo (tirando de la cadenita que unía las pinzas de los pezones): “¿Te duele Lea?”

• Leandro: “Sí, mucho, pero sé que a ti te gusta que me duelan las tetas, cabrón”

• Guillermo (tirando más fuerte): “Mucho, me encanta hacer que te duelan esos pezonazos… ¡Ay que me corro! cojones que gusto puta, me corrooo”

• Leandro: “Sí, dámela, dámela toda, lléname con tu leche”

Esta vez Leandro se fue a tocar su propia polla y con sólo poner la mano sobre la tela de la tanga se corrió, prácticamente sin tocarse, el dolor en los pezones le había ayudado a correrse. Estaba claro que cada día sentía más por el culo y por las tetas.

EL GIRO III - Conversión permanente

Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.

Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como CUBASTURIAS.

Con Xtudr, puedes:

- Crear un perfil con fotos y preferencias.

- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.

- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.

- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.

- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.

Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.

https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/41931-el-giro-iii-conversion-permanente