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LA PUTA SE VA AL PUERTO

Escrito por: Zumi62

17h

MI PROPIA QUERELLE DE BREST

Nota: Querelle de Brest es una novela de Jean Genet, publicada en 1947 (os la aconsejo)

Un recuerdo es siempre una historia o quizás sea al revés una vez que te la apropias. No importa, el caso es que mis recuerdos me siguen calentando hoy día y la búsqueda de su repetición me hace perderme en infectos tugurios, y sitios peligrosos de todas clases, aunque no pierdo la esperanza de morir de viejecito en mi cama, acompañado a ser posible por un par de chulazos que me consuelen con todo lo que este a su alcance (dildos, pinzas, látigos, etc.).

Si aguantáis estas historias, os calientan y os motivan para salir a buscar, está claro que sois tan putones como yo, así que no me juzguéis muy duro, que no me dedico a esto (a escribir, digo), porque lo que es dedicarme a putear… siempre!

El DESCUBRIMIENTO.

Todos los días volvía del instituto en autobús. Había clases mañana y tarde. En invierno la vuelta por la tarde era casi anocheciendo y desde el autobús, durante un tramo, se bordeaba las tapias del puerto permitiendo ver algo del interior. Me di cuenta que había siluetas moviéndose sospechosamente entre los vagones de carga, los camiones, y naves de almacenaje.

No tarde mucho en hacer planes y llevarlos a cabo. Me picaba la curiosidad, mejor dicho, me picaba el culo y la polla. Es que era muy joven, siempre empalmado y fantaseando y me consuela ver que me siguen picando y ya no soy tan joven (es un consuelo).

El caso, es que me arme de valor y el siguiente lunes de clase por la tarde, deje pasar el autobús y me fui andando directamente a la zona portuaria de mi ciudad.

No es por tirarme flores a mí mismo, pero estaba muy bueno. Iba con mi vaquero ajustado, camiseta blanca también ajustada, mochila al hombro y una edad indecente. El estar en el equipo de natación hacia que tuviera un cuerpo muy llamativo, torso y hombros muy anchos, cintura estrecha, culo respingón, buenos muslos, pelazo negro y rizado y guapetón de cara, en fin, me hubiera follado a mi mismo si pudiera. Sabía lo que miraban a mi paso y me hacia andar un poco gallito, creo que esto me ha salvado de salir mal parado de alguno de los sitios en los que me he movido (parques, calles oscuras, etc.…)

Para cuando llegue al puerto, había anochecido, a un lado de la carretera que atravesaba la zona portuaria estaban en batería aparcados en batería muchos camiones nacionales y extranjeros, al otro lado varias vías con vagones de carga y naves con su muelle para abastecer esos vagones. Cada muchos metros unas farolas industriales que emitían un luz amarillenta y pobre. Todo un poco oscuro y tétrico, me enamore de la zona al instante y temblando, pero con paso decidido avance hacia los camiones aparcados.

Apenas a la altura del tercer camión, vi la silueta de un tío fumando, yo estaba en una zona con algo más de luz y me pare como para atarme los cordones de mis zapatillas. Mis ojos se acostumbraron a la penumbra y vi que la silueta se giraba y daba unos pasos hacia mí. Se paró a pocos metros, y mientras con una mano aguantaba el cigarrillo, con la otra empezó a tocarse el paquete, vio que yo miraba y retrocedió un poco. Ya no tenía excusa para seguir agachado, me levante y me quede quieto a la altura de la cabina del camión y él a mitad del remolque. Me fije que era unos rubiales un poco bastos, con bigote y camisa medio desabrochada, también llevaba pantalones vaqueros ajustados y unas maravillosas botas de trabajo llenas de mugre (igual que el pantalón). Tenía habilidad el tío, sin soltar el cigarro, se había abierto la bragueta y sacado una enorme polla que acariciaba con toda tranquilidad. Yo, estaba hipnotizado, solo podía mirar aquel tío que se sonreía, fumaba y se tocaba la polla. Me lance y pase por delante de él, a medio metro de su polla y sin desviar la vista. Iba a seguir de largo, disimulando (no se qué), pero él, evidentemente más experimentado, me cogió del brazo, deslizo su mano hasta la mía, bajándola directamente hasta su pene y haciendo que se lo acariciase.

Uff, llegados a este punto y gracias a la oscuridad no se vería lo rojo que yo estaba. No se anduvo con miramientos, me puso las manos en los hombros y empujo hacia abajo hasta que me arrodille delante del macho y con una enorme polla delante de mis ojos. En un rápido movimiento, acabo de bajarse la bragueta y sacar dos enormes huevos peludos y rubios. Colgaban esas bolas y se mecían mientras yo con la polla que latía en mi mano sentía como mi timidez se evaporaba. Mire hacia arriba y vi que esos ojos azules esa sonrisa de dientes perfectos, me invitaban a seguir. No lo pensé dos veces y empecé a lamerle los huevos despacio y menearle esa polla que llenaba toda mi mano para pasar después a masajearlos con mi mano mientras me metía esa enorme verga en la boca. Con la mano libre tocaba sus muslos debajo del la tela de su pantalón mientras que con la mano libre acariciaba en esas sucias botas. Estaba mamando con toda delectación, masajeando unos enormes huevos, desarrollando mi fetiche de vaqueros y botas y levantando la vista hacia el cielo derritiéndome bajo la mirada y media sonrisa socarrona de un macho tipo Tom de Finlandia.

Normal, tan ocupado, que no me diera cuenta que se había acercado otro tío y se estaba pajeando viendo como un latino joven mamaba la verga de un nórdico. Este tío era nacional, no es que yo estuviera muy listo para distinguir razas en la oscuridad, pero era evidente en cuanto abrió la boca y me dice - ¿disfrutas putita? Joder! Debía ofenderme? Pues no! Me calenté más, y más cuando vi esta polla morena grande, muy tiesa y esos huevos que le colgaban. Asentí con la cabeza dando a entender que no pensaba levantarme. A esas alturas, yo me meneaba el rabo de rodillas y no sacaba esa de mi boca. Vi que el rubio le hacia una señal para que se uniera y señalaba hacia mi culo.

El nuevo tenia barba y un poco de barriga cervecera. También me gustaba! Se agacho, levanto mi culo y me quede inclinado sobre una polla y con el culo en pompa. Me desabrochó el pantalón, me lo bajo junto con el calzoncillo y sin más miramientos, escupió en mi ojete y metió el ancho capullo de esa polla. Por mi movimiento se dio cuenta que me había dolido, pero le deje hacer mientras me susurraba – tranquila zorrita, duele al entrar, luego lo disfrutas-.

No se equivocaba, en poco rato estaba feliz, relleno como un pavo en navidad… Las manos masajeando huevos, vaqueros y botas, la boca succionando una gran polla mientras otra polla me reventaba el ojete y me llenaba el culo hasta lo más profundo. El “hijo puta” del rubio se reía abiertamente mientras, supongo que lo intuía, escuchaba como el español me insultaba y me humillaba (debió aprender mucho vocabulario). Con todos mis sentidos ocupados, todos nos dimos cuenta que aquello estaba llegando a su fin.

Empecé a oír jadear a mi Tom de Finlandia y al poco note mi boca llena de una gran corrida, que saboree y trague sin pensarlo. Mientras el otro empujaba dando con sus huevos en mi culo, me daba azotes y me llamaba “zorra” y al momento note algo dentro de mi culo. Evidentemente se había corrido. La saco con pocos miramientos y volví a notar un agradable dolor.

Se despidieron entre ellos con un gesto con las manos. El rubio se fue, y el moreno se quedo viendo como me limpiaba el culo con el papel que me dio y volvía a poner el paquete dentro de su pantalón.

Ya me iba cuando oí a mis espaldas – Mañana sigo aquí, no me ha llegado la carga par el camión- . Me gire y sonriéndole le dije – Intentare venir-.

Por supuesto que volví. Al día siguiente, y al otro y al otro y muchos más.

Ya os contare mas historias portuarias, por si os interesa y os motivan a haceros alguna que otra pajilla.

Estos duro todo el bachiller y COU. Hice mucha pierna y ahorre mucho en autobús. Menos mal que la universidad me toco en otra provincia, si no me voy, solo hago “carrera” en el puerto.

LA PUTA SE VA AL PUERTO

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