Me llamo Luis, de 59 a divorciado hace 15 años de mujer y por circunstancias posteriores sumiso de Maduros.

Tras mi divorcio me volví un poco juerguista y no desaprovechaba ninguna ocasión para pasar un buen rato. Salí de fiesta como si el mañana no existiera.

Lo que relataré a continuación es una experiencia totalmente real que cambió mi vida para siempre.

Era un jueves cualquiera, llegue a casa del trabajo y me senté a ver la tv, me llamo un amigo y fuimos a tomar una copa. Tras dos copas el amigo me dijo que se retiraba y lógicamente yo también. Nos despedimos cogí mi moto u volviendo para casa vi un control de alcoholemia en una conocida y céntrica plaza de bcn, para evitar ser multado sino la moto a la acera, la aparqué y entré en un bar a tomar un refresco y a esperar que quitaran el control.

Pedí mi refresco y me senté en la barra, al rato me di cuenta que tenía a un Señor de unos 70 a tambien solo y en la barra a mi lado.

Empezamos una conversación banal y agradable, poco a poco la conversación empezó a virar a temas calientes. Como yo iba achispado estaba desinhibido y me gustaba el cariz que estaba tomando el tema. Como mi compañero de barra me vio a gusto con el tema empezó a explicarme temas más íntimos y eso hizo que sin querer me empezara a entonar la polla. El seguía hablándome y sutilmente me Gina rozando la pierna con su pierna, después su mano también empezó a tocarme la pierna y ante mi falta de rechazo ya posó su mano en mi pierna sin pudor alguno, la iba moviendo suavemente hacia arriba y abajo de mi pierna acercándose cada vez más a mi ya abultado paquete.

Tras más de una hora de conversación caliente ya me tocaba la pierna abiertamente y me las separaba para tener mejor acceso a mi paquete y notar como me tenía totalmente empalmado.

A eso de las 2 el bar cerró y salimos a la calle para despedirnos. Entonces cuando vio que me iba hacia mi moto me dijo: luis vamos a la última a mi casa, vivo aquí al lado.

Sentí un chispazo en mi interior y no pude rechazar su oferta.

Caminamos 3 minutos y subimos a su casa, era un piso de lujo amplio y muy bien arreglado. Me explico entonces que era viudo de hacía años y que desde siempre había sido bisexual. Me iba explicando mientras prepara dos copas.

Mmmmm os sentamos en su enorme sofá y ya empezó a tocarme sin ningún disimulo, iba directo a mi paquete y lo tocaba por fuera del pantalón sintiendo como mi polla gritaba por salir.

Me dijo que me desnudara y me pusiera frente a él, se levantó del sofá una vez estuve desnudo, cogió mis manos y me las entrelazo por detrás de mímica, luego me hizo abrirme de piernas y me estuvo observando y tocando por donde quiso

Me tocaba las nalgas, les daba algún azote con su mano, jugaba con mis pezones, los pellizcaba, estiraba, lamia y mordía. Cuando por el dolor baja...