Era verano pasado acompañe a mi Amo a una fiesta en la casa de unos amigos suyos, donde acudimos al caer el Sol, y tras presentarme a sus amigos, estos insistieron en ir a la zona exterior, en donde estaba todo casi preparado para recibir a un grupo de unos 30 amigos, con varias mesas dispuestas con bebida y bandejas de comida, haciendo hincapié en hacernos acercar a un árbol de grueso tronco, donde en su parte superior había clavado un cartel de madera clavado con la inscripción “URINARIO”, que tras hacer la reseña al mismo, pude observar que a los pies del árbol había dos trozos de cuerda dispuestos, tras lo cual, comenzó unos irónicos comentarios por parte de los tres, que hacían alusión a que debían dejarlo listo antes de que empezaran a llegar los invitados, a lo que mi amo me dijo:

- ¡Desnúdate por completo!, que vamos a dejar preparado el aseo
- ¿Como? – pregunté yo

Oyendo las risas, casi al instante de los tres, para recibir la orden tajante a continuación

- ¡Venga perra! No pierdas tiempo y despelótate ya.

Obedecí, con algo de reticencia, quedando desnudo tras unos instantes, ante la atenta mirada de ellos

- ¡Arrodíllate! – me dijo a continuación

De la mochila, mientras le obedecía saco las muñequeras y tobilleras, ajustándomelas a las muñecas y tobillos con fuerza y así arrodillado, me hizo retroceder, con sus manos en mis hombros, hasta que me encontré con un pie, a cada lado de la base del tronco del árbol y con la espalda pegada al mismo, donde en presencia de sus amigos me ato por las tobilleras por la parte posterior del tronco, dejándome sujeto por ellos a la base, forzando cruelmente mis piernas, hasta dejarme con el culo pegado al tronco, para posteriormente, con mis brazos hacia atrás, uno a cada lado del tronco, forzarme a pegar la espalda al tronco, tras sujetar de igual forma, las muñequeras por la parte posterior del tronco, quedando de rodillas y sujeto con fuerza al árbol del jardín. Pero la culminación fue, cuando de la mochila sacó un fórceps bucal, que situó en mi boca, forzando a que abriera en su totalidad la mandíbula, dejándome con la boca totalmente abierta.

- ¿Que, os gusta así? – dijo mi amo a sus amigos
- Si, está genial – dijo uno de ellos – pero lo mejor será probarlo para ver si traga bien
- Bueno si no traga, tampoco pasa nada, lo suyo es que la gente disfrute con el servicio
- Pues yo voy a probarlo, a ver si va bien

Como iba solo con un pareado, se abrió la tela y sacó una polla grande, aunque morcillona y tras situar su capullo delante de mi boca abierta, comenzó a orinar abundantemente dirigiendo el chorro al fondo de mi garganta, que al ser incapaz de tragar toda la orina, se precipitaba fuera de mi boca, cayendo por mi barbilla hasta mi pecho, mis muslos y por fin al suelo, donde el suelo se impregnaba y absorbía el excedente.

Tras sacudir s...